Machado

"Caminante, son tus huellas el camino y nada más; Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace el camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante no hay camino sino estelas en la mar". Machado.

sábado, 20 de noviembre de 2010

BARRANCO DE MALAFÍ-SIERRA DE ALFARO

LOS COLORES DEL OTOÑO
Día 20 de noviembre 2010
Integrantes. José María, Miguel, José Ramón, Vicente, Patro y Julián.
Horario. 7 horas, seis minutos y 58 segundos.

INTRODUCCIÓN
Malafí... Su nombre rinde culto a la historia. en el barranco de Malafí es donde ocurrió, en 1609, con la expulsión de los moriscos, un genocidio evocando el desastre en el Plano de Petracos. Allí fueron asesinados los moriscos que huían hacia el mar.

Bajando hacia el camino que nos llevará al Barranco de Malafí.

Al lado de un pozo de agua

Entrando al Barranco de Malafì.

Al lado de esta piedra se repartieron el dinero los autores de un asalto.

El otoño muestra su color.

José Ramón camina por el barranco.

Patro encabeza la expedición.

Cuevas de Petracos.

En el fondo venimos al monte para comer.

La cima ya está cerca y el paisaje que dejamos atrás.

Patro, Miguel, José Ramón, Julián, Vicente y José María en la cima.

Al final del barranco que nos deja al lado de Tollos.
Ruta.
  • Partimos desde Tollos, uno de los rincones mas despoblados de la provincia de Alicante, donde nace el PRV-168. Realizamos parte de su recorrido. Dejamos los coches antes de entrar en el pueblo, en un área recreativa. Seguimos por una pista asfaltada hasta el corral de les Penyetes, donde nos desviamos por una pequeña senda que baja al camino del Barranco de Malafí. Giramos hacia la izquierda y seguimos por el camino hasta encontrar la entrada el citado barranco.
    Son dos hora
    s de bonito recorrido entre rocas y árboles amarillentos que dejan bien claro que el otoño ha llegado. Nos acompañan José María y Miguel. Para el segundo es el bautizo con la "Peña de la Petaca" y la verdad que al final le dimos el aprobado alto (Somos muy exigentes).  El interior del barranco nos hace poner a prueba nuestras botas, sobre todo las de Patro, que acaba de estrenarlas, porque caminamos por un lecho blanquecino de piedras y un pequeño sendero con arbustos y todo tipo de pinchos alrededor. Dentro del sendero existe una roca donde según dice la leyenda se hizo el reparto del saqueo ocurrido en un domingo de otoño de 1874 dentro de la iglesia de Cocentaina. Durante 3 horas fueron secuestrados y llevados a casa cada uno de los ricachones allí presentes. Continuamos nuestra placentera andadura por este glorioso río seco, que también es camino hacia la vall de Ebo. En las laderas las rocas se visten de gris pedrera, mostrándonos así sus inmensas variaciones, las cuales producen la fragmentación de la roca. El barranco termina en la pista asfaltada que une Vall d'Ebo con Petracos. En la pista giramos a la derecha y caminamos hasta encontrar el siguiente poste indicador, situado antes de llegar al Pla de Petracos.  Desde el último poste indicador subimos por un sendero, todavía estamos en el PRV-168. Es una zona en la que hay que estar atento a las señales, ya que se cruzan varias pistas. Llegamos a una casa y en vez de seguir hacia Castell de Castells dejamos la PRV-168 y por un camino comenzamos el ascenso hacia la cima de la Sierra de Alfaro. Paramos a comer a mitad de subida y a pesar de que caen unas gotas no llega a llover. Tras recuperar fuerzas y comernos un pastel que nos ha traído Patro, Made in Mari, seguimos hacia la cima por un camino, que en alguno de sus tramos está asfaltados. Vamos caminando siempre en dirección hacia la izquierda. La vista es preciosa ya que desde allí se puede ver la Sierra de la Serrella. Sólo al final cogemos una senda que nos lleva hasta arriba tras crestear parte de la Sierra de Alfaro. En la cima  hacemos la foto de rigor e iniciamos la bajada hacia Tollos por un camino bien señalizado. Al final nos vamos un poco hacia la izquierda y nos toca bajar por un bonito barranco antes de que un cazador se mosquee un poco con nosotros. Llegamos abajo, hasta una casa decorada con figuras metálicas y de ahí llegamos a la carretera que nos lleva a Tollos y hasta los coches. Sólo nos da tiempo para cambiarnos porque comienza a llover. Mayor precisión, imposible.

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