Machado

"Caminante, son tus huellas el camino y nada más; Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace el camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante no hay camino sino estelas en la mar". Machado.

sábado, 24 de septiembre de 2011

MONTCABRER (1.390 m.)

SAN CRISTÒFOL, PUNTO DE PARTIDA y ....LLEGADA POR EL MAL PASSET.


Vicente y Patro, con el Montcabrer a sus espaldas.
FICHA TÉCNICA-
Día. 24 de septiembre 2011
Integrantes. Vicente, Patro y Julián
Tiempo. 5 horas y 20 minutos (2:45 de subida).

En el área recreativa de Sant Cristòfol.
Elegimos la subida al Montcabrer desde la ermita de San Cristòfol como la primera de la temporada montañera 2011-2012 para mí. La "peña de la Petaca" ya inició el sábado pasado en Aitana otro año lleno de aventuras y con la amistad por bandera. Atrás han quedado los "bolos" veraniegos. Vicente, Patro y Julián no faltan a la cita y aprovechan la jornada para recordar todo lo hecho en el mes de agosto y las distintas rutas que han dibujado durante la época veraniega.
El día acompaña. A la mañana cae una ligera lluvia que refresca el ambiente y hace más bonita la subida, ya que la vegetación tiene otro color.

Paisaje otoñal.


Sant Cristòfol-Huit  Piletes.
Tras dejar el coche en el aparcamiento del área recreativa nos dirigimos al cartel con la descripción del sendero que hay en la entrada. Continuamos por la pista, con algún tramo asfaltado, que pasa junto a algunos chalets y termina en unas escaleras, donde comienza el sendero de tierra. Junto a las escaleras hay unas baldosas con un dibujo de la ruta que vamos a seguir.
Cartel que nos indica la ruta.
Cae una ligera lluvia, pero ni siquiera nos ponemos los chubasqueros. El sendero asciende y pasa por el Racó de la Mala Cabra y por Penya Banyada. Después encontramos una bifurcación que lleva a la font de la Hedra por la izquierda. Seguimos por la derecha y alcanzamos un mirador, con un dibujo del paisaje, que abarca desde el Benicadell hasta el Pla de la Casa, incluyendo la Plana de Muro y el pantano de Beniarrés. De momento el sendero discurre por una zona con pinos, sabinas y brezos conocida como el pinar de Llusian. Dejamos una desviación a la izquierda antes de llegar a la font de Huit Piletes donde hay un perro bañándose.
Huit Piletes

Huit  Piletes-Font de Sanxo.
El sendero se empina tras la fuente y llega a otra bifurcación. Por la izquierda se va a la font de la Hedra en 25 minutos, por donde volveremos, y al refugio de les Foietes en 1 hora. Seguimos por la derecha, pasamos junto al mirador de la caseta Tanilla y después por l'Asquererola, una peña totalmente vertical que hace de abrigo a una mesa y una valla. Se empiezan a ver rodales de carrascas, tomillo y siemprevivas.

Pasando L´Asquerola.
Más adelante está la font de Sanxo, con una pequeña pileta y que también mana agua, de las más frescas que se encuentran por las sierras de Alicante.
Font de Sanxo.

Vicente y Patro delante de unos álamos.

Font de Sanxo-Cima del Montcabrer
Desde la font de Sanxo el sendero llanea y pasa al lado del Mas de Llopis, en ruinas, con unas vistas impresionantes a todo el valle y a todas las sierras de la zona, hasta alcanzar un collado en el que nos encontramos con el GR 7 y un poste del PR V 37.

Font de Llopis










Nos encontramos con un par de montañeras que nos preguntan por el tiempo que queda hasta la cima. "Unos 20 minutos", les decimos. Si siguiéramos a la derecha iríamos a Agres, también podriamos ver  la Cava Arquejada.
Mas de Llopis y la crestera por la que regresaremos.
Pero para ir a la cumbre del  Montcabrer, seguimos el GR 7 hacia la izquierda, pasando bajo la escarpada cara este del monte, hasta localizar el sendero para subir a la cima (1.390 metros). Clavamos los 20 minutos, aunque las dos mujeres llegarán diez minutos más tarde.
Arriba, en un hueco, decidimos almorzar mientras contemplamos un paisaje espectacular y muy difícil de encontrar en otro rincón de Alicante. Delante nuestra está la comarca del Comtat, la Serra de Agullent, la Safor, el Benicadell, La Serrella, La Serra de Almudaina, embalse de Beniarrés sobre el Serpis, Aitana, El Menetjador, El Maigmó, y un largo etc.. Hasta sale el sol y desaparece la niebla que reinaba en el valle, pero es lo normal lo teníamos contratado para la hora de la comida.
Vicente y Julián en el vértice geodésico del Montcabrer.
Bastante gente va llegando a la cima y en la parte de abajo se puede ver un montón de ciclistas con sus bicicletas de montaña. Todo esto, acompañado por un bocata, un buen vino, té, café y unos polvores de Estepa y chocolate, hacen que el momento sea espectacular. De guardar en vídeo.
Crestera que descendemos, con el Montcabrer al fondo.

Montcabrer-Font de la Hedra
Bajamos del Montcabrer y seguimos el GR 7 hacia el sureste, en dirección a la derecha hacia las peñas Montesas, y localizamos el sendero que baja por el cordal en dirección Este, con el castillo de Cocentaina como referencia. El sendero no es demasiado evidente al principio y no parece muy transitado.

Bonita vista al valle.
La ruta  es muy atractiva y baja hasta la font de la Hedra y acaba saliendo a un sendero que nos lleva en dirección a la Font de Huit Piletes. Antes, pasamos por la Font del Huit, de donde unos metros más adelante hay que girar hacia la izquierda por la GR 7 y abandonar el sendero que nos lleva al Refugio de Foietes.
Vicente atravesando el "mal passet"

Cruz situada antes de llegar a la Font de Huit Piletes.



Además, atravesamos el mítico "Mal passet", un tramo de piedras en el que han colocado unas escaleras metálicas que tanto Patro como Vicente habían pisado hace ya muchos años y casi no se acordaban del  lugar exacto de su situación. 






Font del Huit


Seguidamente, pasamos a lado de una cruz metálica y llegamos a la mencionada Huit Piletes.  

Font de la Hedra
A partir de ahí desandamos el camino de la mañana y llegamos hasta el coche que hemos dejado aparcado en Sant Cristòfol. Una vez más la subida al Montcabrer nos ha dejado un buen sabor de boca. El otoño comienza a mostrarse, aunque todavía le queda unos días para alcanzar su máximo esplendor.








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