Machado

"Caminante, son tus huellas el camino y nada más; Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace el camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante no hay camino sino estelas en la mar". Machado.

domingo, 16 de junio de 2013

PARQUE NATURAL DE SIERRA NEVADA (2): ........................... AL ESTE (CHULLO).

CHULLO (2.611 M.)


Parque Natural de Sierra Nevada-
Aquí se alza la montaña más alta de la Península, el Mulhacén, con 3.482 m, y otras 14 cumbres que superan los tres mil, como el Veleta (3.398 m.), la Alcazaba (3.366 m.), o el Picón de Jerez (3.088 m.).
El Puerto de La Ragua, paso natural que divide la sierra en dos, está vigilado por el Chullo (2.611 m.) y el Morrón del Hornillo 2.375 m.). 
Cara sur del Chullo.
Al recorrer estos parajes, observamos las suaves lomas que caracterizan a esta sierra silícea, a diferencia del relieve tan agreste de las sierras calizas.
Entre estas lomas que miran al sur se excavan profundos barrancos, en un intento de llegar hasta el mar, no así los de la cara norte, que forman valles más abiertos y menos profundos, que terminan en una altiplanicie, la Depresión de Guadix-Baza, a unos 1.000 metros sobre el nivel del mar.
La monotonía de este suave relieve se rompe en determinados lugares, donde se producen afloramientos rocosos o peñones, como los de la Cuerda de Fuente Fría o el Chullo, tajos y cascajales, estos al pie del Morrón del Mediodía y el Cerro del Almirez, producto del modelado periglacial que sigue actuando a estas altitudes.
Castillo y pueblo de La Calahorra, en la cara norte del Chullo.

En la actualidad está ausente el modelado glacial que, sin embargo, ha dejado sus huellas en algunos relieves claramente visibles: valles en "U", circos, lagunas, morrenas laterales y crestas, presentes en la parte occidental de las altas cumbres.
La Lagunilla Seca, situada al noreste del Chullo, no se describe, sin embargo, como una laguna típicamente glacial, como la mayoría de Sierra Nevada, que se formaron por la acción del avance del hielo, aunque este ha debido tener una gran importancia en su formación.


FICHA TÉCNICA-
Día: 16/06/2013
Participantes: Julián y Lourdes.
Tiempo estimado: 4 horas.
Distancia: 14 km.
Dificultad: Media.
GR 240 Sendero de Sulayr y 
PR-A 334
Punto de inicio: Venimos de Mecina Bombarón, en La Alpujarra granadina, por la carretera que transita por la falda de Sierra Nevada hasta llegar a Laroles. Allí, a la izquierda, llegamos hasta el Puerto de la Ragua, a 2.000 metros de altitud, y estacionamos el coche.
La otra vez vinimos de Elche por la autovía a Granada, salimos en Guadix, hasta el pueblo y castillo de La Calahorra y de allí subimos el Puerto de la Ragua.
Puerto de la Ragua- Refugio la Ragua -Morrón de las Tres Lindes - Los Asperones - Meseta de Prados Altos  - Cañada Real del Castillejo- Refugio del Chullo - Cima del Chullo - Morrón del Chullo - Lagunilla Seca- Prado del Espino - Cordel de los Verederos -Barranco del Diablo - Barranco del Lobo - Barranco de Dólar -Fuente de las Agüillas - Barranco del Castañar - Cañada Real del Castillejo - Los Asperones - Puerto de la Ragua


RUTA:
Estaba planeado desde abril-mayo, y con está fecha tan tardía a nuestros compañeros les ha surgido un viaje así que nos quedamos solos ante el peligro.
En principio tenemos idea de cumbrear y depende del tiempo que tardemos y la temperatura que tengamos seguiremos haciendo una circular o nos volveremos por el mismo itinerario.

La ruta tiene su inicio en la parte de atrás del albergue-refugio-bar de madera de la Ragua, por un cortafuegos o por la senda que transcurre paralela al lado de los pinos, más fresquita.
Atravesamos una vaguada donde hay vacas pastando y proseguimos rectos. Enseguida las señales del PR y GR se dirigen hacia la izquierda internándose entre los pinos, las desechamos y vamos de frente por un camino ancho que transcurre paralelo al pinar, viendo la silueta del Chullo al fondo. Tenemos unos montañeros delante que nos ayudan a saber cual es la dirección correcta. Pasamos por el Morrón de las Tres Lindes, donde confluyen los términos municipales de Ferreira, Bayárcal y Dólar.
Vistas al oeste de Sierra Nevada
La cuesta es muy exigente, pendientes cercanas al 20%, de los 2.000 metros que hemos partido tenemos que llegar a los 2.600. 
El día está ventoso, ¡¡¡que suerte!!, mantiene la temperatura agradable. 
Pasamos por la zona de Los Asperones, con pequeñas rocas silíceas, parecidas a las pizarras, cuyo componente principal es la mica, que es lo que les da un aspecto metálico, brillando con el sol.


Vamos elevándonos y se amplia nuestra vista hacia el oeste de Sierra Nevada. Podemos observar el cordal donde están: Morrón del Hornillo, Morrón Sanjuanero, Morrón del Mediodía, Alto de San Juan, Cerro Pelado, Puntal de Juntillas y  Picón de Jerez.
Atravesamos la zona de Prados Altos cubierta con la vegetación típica almohadillada de piornal-enebral y con arbustos que dan un tono amarillento a toda la loma que termina en la cúspide del Chullo.
El Chullo, contemplado desde la distancia se ve como una montaña asequible y redondeada, pero la senda que nos lleva hasta su cumbre, trazada totalmente recta y a modo de cortafuegos en pronunciada pendiente, puede hacerse algo dura, tecnicamente no tiene ninguna dificultad. 
Reanudamos la marcha que nos llevará hasta una cabaña de piedra, el  refugio-vivac del Chullo, muy cercana ya a la cumbre. Apenas la separa un pequeño repecho y tocamos el techo de Almería. Sopla el viento bastante fuerte, pero estamos encantados, de lo contrario el calor nos obligaría a regresar por el mismo sitio.
Mirador desde el vértice geodésico del Chullo, hacia el oeste.
Las vistas desde el vértice geodésico del Chullo son magníficas: hacia el norte, la Hoya de Guadix-Baza, se encuentra a nuestros pies el Marquesado del Zenete; al oeste, distinguimos a la izquierda la Alcazaba y el Mulhacén, asomando por detrás del Morrón Sanjuanero; por el sur, las sierras de Gádor y la Contraviesa, y el mar al fondo, aunque hoy no se puede ver por la neblina que nos rodea; y al este, el Cerro Almirez, con su característico doble pico, que es el extremo más oriental de Sierra Nevada y la segunda mayor elevación de la provincia de Almería.

Precisamente vamos en dirección este, siempre de frente hacia el Cerro Almirez. Reiniciamos la segunda parte de nuestro recorrido buscando el siguiente objetivo, la Lagunilla Seca, pues allí tenemos el cruce donde giraremos para volver por la cara norte.
Mirador al sureste.
El tramo comprendido entre la cumbre del Chullo y la Lagunilla Seca se hace a través de una cresta muy sencilla, avanzando siempre en dirección este y disfrutando de magníficas vistas a ambos lados de la misma.
Vamos caminando por una difuminada senda, marcada con hitos de piedras,  que se abre paso a lo largo del cordal  con suaves subidas y bajadas,  y va sorteando sin dificultad grandes rocas, llegando hasta el Morrón del Chullo (2.527m.).
Enfrente la hondonada de la Lagunilla Seca.
A lo largo de este tramo del itinerario, nos encontramos con alguna vaca pastando en prados cercanos a los 2.500 metros, alternados con magníficos bloques de rocas, que poseen formas curiosas, y tienen líquenes de colores que van desde el amarillo hasta el rojizo y rodeadas de “piorno amarillo” que dan un intenso colorido al paisaje.
Al fondo la esquina donde está el letrero del PR.
Desde el Morrón distinguimos la Lagunilla Seca y paramos a tomar una fruta y beber agua. Vemos a los de delante que no han subido al Morrón, sino que han tomado un sendero que va por debajo y están llegando a la senda ancha al lado de la Laguna Seca, tomando dirección al Cerro Almirez.

Nosotros bajamos casi rectos para atravesar la loma en diagonal, poco a poco perdemos altura pero no llegamos a la Lagunilla Seca (se queda a nuestra derecha) ya que buscamos el camino más recto. Encontramos una senda muy pisada que nos lleva hasta la esquina del Prado del Espino donde se encuentra un cartel verde que indica Senda de la Ragua y tiene marcas de PR-A 334 blanca/amarilla. Perfecto.
Este es el enlace que buscamos que nos llevará por la cara norte del Chullo, es el Cordel de los Verederos.

Está zona es el reino de las plantas tapizantes y el matorral almohadillado con algunos endemismos propios de Sierra Nevada y otros matorrales mas comunes propios de las zonas de alta montaña que durante los meses de invierno permanecen totalmente cubiertos de nieve.
No es casualidad que en Sierra Nevada se hayan inventariado recientemente 66 endemismos de distintas especies vegetales y que de las 8.000 especies que componen la flora española, 2.000 de ellas se encuentren aquí. Lo que mas nos encontramos en este tramo es “el piornal” y su variante de “piorno amarillo”, junto con la “draba hispánica”.
La senda que en todo momento va faldeando la cara norte del Chullo, apenas tiene desnivel y resulta muy cómoda, excepto en las zonas donde hay que atravesar algunos pequeños barrancos, algunos con arroyos, sobre todo el barrando de Dólar, que está erosionado y hay que cruzar con un poco de cuidado. Conforme más avanzamos volvemos a ver la cara oeste de Sierra Nevada que se asoma con sus cumbres blancas y relucientes.
Llegamos a un pequeño prado con  la Fuente de las Agüillas, fresquísima y el arroyo que baja con las cristalinas aguas que alimentan la cabecera del río Huéneja.
En esta fuente abandonamos el Cordel de los Verederos que gira al sur hacia los Bartolos. Desde el manantial parte un sendero con dirección oeste, hacia la izquierda, que seguimos.
Cruzamos el barranco Rambla del Castañar. Abajo está el arroyo del Castañar y arriba el Chullo.
En este tramo se avanza rápido y con ayuda de hitos salimos a la Cañada Real del Castillejo, cuando subíamos habíamos visto una piedra a nuestra izquierda señalando un camino, aquí es donde hemos cerrado la ruta circular. Solo nos queda bajar por la pista ancha que hemos recorrido por la mañana hasta el coche y cambiarnos rápidamente porque el objetivo del día es comer en Terraza Carmona (gurullos de conejo, ajo colorao, gambas...) de Vera, este paseo sólo era una excusa para abrir el apetito. Muy recomendables ambas cosas. Y mejor las dos juntas.
Resumen del fin de semana inolvidable. Lo que cunden tres días.

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