Machado

"Caminante, son tus huellas el camino y nada más; Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace el camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante no hay camino sino estelas en la mar". Machado.

viernes, 18 de abril de 2014

ELURZULOAK(1.431 m.), ARATZ(1.443 m. ), IMELEKU(1.319 m. ), ALLAIZ(1.245 m. ), ALLAIZ TXIKI(1.171 m.), EN ÁLAVA

CIRCULAR POR LA SIERRA DE ALTZANIA-


FICHA TÉCNICA-
Día: 18/04/2014
Participantes: Chus, Nieves, Javier, Julián y Lourdes.
Tiempo estimado: 5 horas.
Distancia: 13 km.
Dificultad: Media-Alta, por constantes desniveles.
PR A 11, 12 y GR 25, 121.1.
Tramo del GR 25Mapa.

Tramo del GR 121.1.

COMO LLEGAR:
Desde Estella a Vitoria por la NA 132 A, antes de llegar a Santa Cruz del Campezo, un cruce a la derecha hacia Oteo/Contrasta. Seguir sin desvios hasta el pueblo de Contrasta, enseguida un cruce a la derecha nos conduce hasta el puerto de Opacua. Desde el pueblo del mismo nombre se continua hasta tomar la A-1, dirección a San Sebastián, en pocos kilómetros se abandona para salir al pueblo de Araia, y por la carretera A-3020 nos situamos en su parte alta, al lado de la fábrica Ajuria y Urigoitia.

ITINERARIO:
Araia - Cuesta de las Vagonetas o del Tambor - Fuente de Iturriotz - Txabola del Tuerto - Collado de Argorri - Elurzuloak - Aratz - Collado de Aratzarte  - Imeleku - Collado de Allarte    - Allaiz - Allaiz Txiki - Puerto de Atabarrate - Nacedero del Zirauntza - Gr 25 a San Miguel - Presa del Tambor - Araia.



La sierra de Altzania, límite natural entre Guipuzcoa y Álava,y muy cercana a tierras navarras,  es una parzoneria situada al noreste alavés, y que cuenta con bastantes cimas en su entorno, siendo la más elevada e inconfundible, la del Aratz de 1.443 metros que se ubica al oriente del macizo del Aitzkorri. Justo en la línea divisoria entre Álava y Guipúzcoa, las piedras que marcan el límite entre ambos territorios bordean la cima,es una gran mole caliza que es visible e identificable a distancia. 


Una de sus laderas descansa sobre el histórico paso de San Adrián, que desde lejanos tiempos ha unido la vertiente cantábrica con la Llanada Alavesa y el resto de la península Ibérica por una senda medieval. Ha sido referente de los caminantes y peregrinos que han cruzado estas tierras al verse y distinguirse desde la lejanía con su forma de volcán de color gris.


El porte del monte es inmenso, su cima amplia. Rodean la cima una serie de grandes oquedades que suelen conservar la nieve durante todo el año. Son huecos de 80 metros de profundidad y poca anchura que se han venido utilizando como neveros.
Por el norte las faldas del Aratz se sitúan, cubiertas de bosque de hayas, sobre el valle del Altzania en tierras guipúzcoanas. Al sur se alza sobre el valle alavés de Asparrena, cuyo mayor núcleo poblacional es Araia donde abundan los robles y las hayas.
El predominio de la roca caliza es muy notorio y, tanto el paisaje como las formas generadas, son algunos de los principales rasgos de la cordillera. La circulación de aguas subterráneas, por ejemplo, ha creado un extensa red de galerías.   Tanto sierra como ríos, cuevas, ermitas.. ofrecen alicientes más que recomendables para hacerles una visita, que en este caso tiene como punto de partida la localidad alavesa de Araia, y como itinerario cinco cimas de la sierra de Altzania y visitar en su descenso el precioso río Zirauntza y su nacedero.


RUTA:
Comenzamos al lado de la fábrica metalúrgica Ajuria y Urigoitia, abandonada desde 1.985, pero con una gran importancia industrial en la zona de la Llanada alavesa. Fue fundada en 1847 por Fermín Lasal y Luis Ajuria y supuso una mejoría socio-económica para el pueblo. Se aprovechaba el agua del río Zirauntza como motor del horno para elaborar acero, y se usaba el hierro de Triano y Olvega que llegaba por tren. 






De frente, la Cuesta de las Vagonetas o del Tambor.
Desde los 621 m de altitud, a los que está ubicado el pueblo, partimos. Al principio por un carretil asfaltado serpenteante y sobrepasamos las últimas casas del pueblo, rodeados de recios ejemplares de roble marojo. Más adelante se convierte en pista zigzagueante más estrecha, y al ver un camino de tierra que sube recto nos desviamos por la Cuesta de las Vagonetas. Por este lugar se bajaba la roca extraída en la cantera que hay al pie de la peña. Para ello se usaban  vagonetas y de aquí le viene el nombre.
Evitamos la curva a la derecha y vamos de frente, este acorce tiene un gran desnivel que nos sirve para hacer desaparecer el poco frío de esta mañana.

Continuamos ascendiendo hacia la derecha por una senda bastante cerrada y estrecha que bordea la Peña San Miguel. En algunos tramos coincidimos con el GR 25  y en otros con el PR A 11 y 12. 
Atravesamos una valla y llegamos a un cruce con señalización vertical que indica Zalduondo por el GR-25 hacia abajo, y Araia y Nacedero del Zirauntza a la derecha, desechamos ambas direcciones y giramos hacia arriba por el espectacular hayedo hasta que nos topamos con una nueva señalización vertical que ya nos indica hacia la izquierda 3,9 km. al Aratz.



Seguimos ascendiendo hasta toparnos con la fuente Iturrioz donde bebemos, el agua es fresca, fresca. 
Detrás de la fuente surge una senda difusa por donde ascendemos, rodeados por un paisaje espectacular de rocas y hayas, pasamos al lado de una señal que nos dice que transitamos por el término de Gaztolepo y continuamos rectos, siguiendo la sinuosa y almohadillada senda por efecto de las hojas secas y los hayucos, encajonada entre calizas hasta desembocar en las campas de Askosaroi.
Al fondo y a la izquierda de la pradera se ubica la llamada Txabola del Tuerto, con un redil pétreo a su costado para guardar el ganado y desde donde ya tenemos estupendas vistas al Aizkorri, enfrente, pero hoy no es nuestro objetivo, dejamos trabajo pendiente para el próximo verano.

Las campas y todo lo que las rodean hacen de este lugar un rincón bucólico, solo falta alguna oveja pastando para completar la estampa.


Casi llegando a la borda viramos a la derecha siguiendo la señalización vertical que indica Aratz 2,5 km., buscamos  las marcas rojas y blancas del GR-121, bastante difíciles de localizar en el tronco de los árboles y las rocas.

Pero una vez encontradas nos llevan primero debajo de un hayedo alfombrado por la hojarasca, que poco a poco desaparece para dar paso a unas praderas de hierba.
Hasta situarnos en el collado del Argorri donde un nuevo poste nos señala que a la izquierda iríamos a la ermita de San Adrián, y nosotros nos dirigimos a la derecha.
Vemos el Aizkorri, inmenso a nuestras espaldas.
Elurzuloak.
Comienza una esforzada cuesta entre prados y más adelante por la loma final por terreno kárstico que nos conduce hasta la cima del Elurzoloak, preciosa cima de 1.430 metros de altitud, que hemos ganado a pulso.
Desde donde se contemplan panorámicas extensas: al Norte el Aizkorri, detrás el Gorbeia con algún resto de nieve y el Anboto; hacia el Este la sierra de Aralar con el Txindoki sobresaliendo, San Donato o Beriain y al fondo los Pirineos; hacia el Oeste toda la Llanada Alavesa y  como telón de fondo la sierra de Cantabria y Valdezcaray cuyas cimas blanquean; y hacia el Sur el Aratz, del que apenas nos separan unos metros de una preciosa senda verde, con unas campas interponièndose entre nuestra cumbre y el siguiente reto.

Superamos en pocos minutos el paso por la estrecha senda mullida y llegamos al Aratz de 1.443 metros, cota máxima en la sierra de Altzania. Se ha despejado de gente que hace unos momentos invadía la cima.
Aratz.
Nos hacemos las fotos de rigor en el vértice geodésico y hacia todos los puntos cardinales. Y descendemos en dirección sur hasta un pequeño parapeto de piedras donde estamos a resguardo del poco viento que viene. El día es soleado y tranquilo pero al parar debemos abrigarnos un poco. Todavía es primavera.

Después de descansar y reponer fuerzas salimos en la misma dirección sur, para continuar por el cordal de la sierra, cuya espina dorsal vemos de frente. Primero nos giramos un poco hacia la izquierda, hacia el Este, con preciosas vistas al valle de Burunda y a la sierra de Aralar y San Donato, con los Pirineos blancos de fondo. 


Y luego la senda gira bruscamente a la derecha, por la falda del Aratz. Es un sendero pedregoso y exigente. Nos tropezamos con mucha gente que sube resoplando por esta vertiente guiados por unas pequeñas estacas de madera con un punto amarillo.
Nosotros descendemos rápidamente disfrutando del paisaje primaveral que nos rodea. El bosque toma unas tonalidades verdes claras de las nuevas hojas que brotan, en medio de hayas que se mantienen con su color ocre invernal. 
Desde aquí vemos el cordal que nos resta por hollar, el Imeleku, los Allaiz, y al fondo, el Umandia y el Albeiz. A menos altura de las cumbres estas son más boscosas y menos pedregosas.







El camino se convierte en un sendero de hierba que amortigua nuestros pasos y nos acerca hasta el  bosque  llegando al collado de Aratzarte, situado entre el monte Imeleku y el Aratz. Allí un cairn nos indica un giro a la izquierda, de bajada a Araia y el nacedero, pero nosotros lo obviamos y continuamos rectos a subir al próximo hito de la jornada.




Iniciamos un nuevo ascenso atravesando un pequeño bosque de hayas que pronto desaparece y se convierte en un cómodo sendero entre sabinas rastreras. 



Vamos bordeando por la falda de la montaña, el sendero está marcado con blanca/amarilla, pero en un momento dado vemos la cima y abandonamos las marcas para ir hacia la izquierda buscando la cima. 





Una fuerte pendiente pedregosa nos conduce hasta el peculiar hito en forma de cohete y a su lado una réplica de una cámara de fotos, muy ocurrente, buen sitio para usarla sin parar. El Imeleku, de una altura de 1.319 metros, tiene vistas impresionantes. Al norte todo lo tapa el Aratz, que parece que tocamos con las manos, y en el resto de puntos cardinales a las crestas y sierras que hemos mencionado y a la Llanada Alavesa y al pueblo de Araia desde donde hemos partido, donde se ve las ruinas del castillo de Marutegi o Morutegi. Fue fundado, en el siglo VIII por el rey García Iñiguez de Navarra, en la salida de la Burunda hacia la LLanada Alavesa. Fue uno de los castillos clave en las luchas entre Navarra y Castilla debido a su estratégica posición para controlar el paso por la Calzada Romana de San Adrián.

Imeleku.

Después de las fotos volvemos por donde hemos subido hasta retomar la misma senda que traíamos recorriendo la loma, ya estamos sobre las marcas blanca/amarilla y enseguida desciende abruptamente, girando hacia el este. Primero transcurre por un camino pedregoso, pero después por una preciosa senda de tierra que nos sitúa en poco tiempo en el Collado de Allarte, a 1.142 metros. A la derecha hay un cruce hacia el Nacedero del Zirauntza y Araia, pero lo desechamos y proseguimos rectos para subir la siguiente cima, el Allaiz.

Las hayas de distintos tonos, los helechos y brezos nos saludan en los collados por los que transitamos, que son más frondosos y coloridos que las pétreas cumbres de las montañas de hoy.








La ruta  coincide en su totalidad en este tramo con el sendero PR-A.11 (marcas amarillas y blancas), tuerce a la izquierda y se dirige hacia la peña caliza que constituye el cono cimero del Allaitz. Sin llegar a adentrarnos en el hayedo, alcanzamos sin más problemas el buzón del Allaitz  de 1.245 metros, con unas amplias vistas dominadas por el norte por el Aratz y el Imeleku, convertidos en gigantes de piedra desde esta perspectiva. 
Una pareja muy simpática que está en la cima nos saca la foto. 
Allaiz.













Y sin perdida de tiempo continuamos por el cordal, y por las marcas del PR que nos guían hacia el sur.

Nuestro camino desciende cada vez más protegidos del sol por la cantidad de arboles que crecen a esta altitud.
Cuando pasamos por una vaguada, que hemos visto en el mapa, estamos situados debajo del último reto del día y nos desviamos a la derecha. Abandonamos el sendero de pequeño recorrido y ascendemos campo a través, girando un poco hacia la izquierda llegamos hasta un puesto de caza muy alto y desde allí por el cordal a trepar hasta el Allaiz Txiki de 1.171 m.
Desde está posición tenemos el pueblo de Araia a nuestros pies y muy claramente se distingue el Alto de San Miguel y el de Marutegi o Morutegi con los restos de su castillo.
Volvemos a consultar mapas y continuamos por la crestera, sobrepasando varios puestos de caza de paloma y malvices, que son lo más abundante en esta zona de Álava.




Allaiz Txiki.


En poco tiempo nos  situamos en la pista de tierra que baja desde el Puerto de Atabarrate. Lo comprobamos subiendo un poco a la derecha para ver el cartel indicador, y nuestra ruta va a la derecha. 
Con buen paso vamos adentrandonos en la cara oeste de la sierra por un precioso bosque de hayas.
Hay una señal a mano derecha que indica que es un aparcamiento de seteros, no hay nadie, todavía no es época de perretxikos, en mayo estará atestado.

Del hayedo salimos a una zona sin arbolado, desechamos un cruce a la derecha, creemos que sube al collado de Allarte. Mediante varios zigzags nos adentramos debajo de un espectacular pinar y proseguimos por la senda principal obviando varios cruces a la izquierda.




Estamos en el término de Allondo, como vemos en un cartel, y en una curva a la izquierda oímos el murmullo del río, un riachuelo tenemos al lado, y gente alborotando y decidimos ir rectos por la vaguada, campo a través, a buscar el Nacedero. Nos toca saltar y cruzar un canal, pero ya estamos situados sobre el camino hacia el nacimiento del río Zirauntza.
Vemos en la parte baja de la senda que el río describe varias curvas y cascadas, pero sin demasiada cantidad de agua.

Ascendemos comodamente por la senda paralela al canal de la Central, y nos acercamos hasta la presa del Nacedero.

En el fondo de un cerrado circo formado por las verticales paredes de Allaitz e Imeleku surgen las aguas que dan vida al Río Zirauntza, razón de la existencia de la primitiva ferrería y posterior fábrica que caracterizan este histórico enclave. El caudal es abundante y tras rebasar la presa se precipita con fuerza hacia Araia formando las cascadas que hemos tenido la oportunidad de contemplar en el ascenso. A cada lado de la presa sale un canal. El uno, al lado del cual hemos venido,  transportaba el agua a una central hidroeléctrica (actualmente rehabilitada), donde se creaba electricidad para la fábrica; el otro, por el que volveremos, hasta las turbinas que ponían la maquinaria en funcionamiento. 
Cruzando el puente de madera nace una bonita senda, GR 25 a San Miguel, que desciende por la margen derecha del río, que enseguida dejamos de oír por la altura que toma el canal.
Preciosa ruta que toma una altura considerable, en la que al principio debemos ir en fila de 1, y después la senda se amplia.
Girándonos vemos la crestera de la sierra de Alzania que hemos horadado hoy.

El canal lleva agua a tramos y al principio caminamos cerca del precipicio por un lado y el agua por el otro, pero enseguida se amplia la senda y es apta para todos los públicos.
El lugar es idílico, con esos verdes claros y los ocres/naranjas de la hojarasca con fuertes contrastes. Se oye entre los arboles un pecu. Un placer para la vista, el oído...... 
Es una excursión recomendable para el verano, vas protegido del sol todo el trayecto.
Siguiendo el camino que discurre paralelo al canal llegamos a la presa del Tambor, antiguo embalse donde se canalizaba el agua para producción de corriente eléctrica de la Fundición Ajuria y Urigoitia. 

En unos minutos alcanzaremos la cuesta del tambor o de las vagonetas que nos acercará a la fábrica metalúrgica, inicio y fin de nuestra magnífica ruta de hoy.

Muy recomendable esta zona desconocida para mí, increíbles robles, hayas, praderas, y sobre todo las vistas desde sus cimas. Inolvidable.

sábado, 12 de abril de 2014

LA CIMA DE LA COVA ALTA (890 m.) CUEVA Y COVA DE LES FINESTRES

SUBIDA A LA COVALTA Y LA CRUZ DESDE ALFAFARA


FICHA TÉCNICA-
Día: 12 de abril 2014
Participantes: Vicente, Patro, Ricardo, Miguel Ángel y Julián.
Tiempo estimado: 7 horas.
Distancia: 23 kilómetros.
Dificultad: media/alta.
PR CV 103, 121, 389.
Como llegar: Autovía A-31 hacia Madrid, pasado el túnel de Villena salida a la derecha por la CV-81 hacia Ontinyent, una vez cruzado Bocairente, desvío a la derecha por la CV-700 hasta Alfafara. Aparcamos en la calle dedicada al exciclista Vicente Belda.
ITINERARIO:
ALFAFARA - MAS Y FONT DE CARBONELL - COVA DE LES FINESTRES - VÍA DEL TREN CHICHARRA - ANTIGUA ESTACIÓN DE AGRES - CORRAL DEL GUAPO - BOLCADORS - CIM COVALTA - CREU COVALTA - COVALTA Y FONT - BOLCADORS - DESVÍO PISTA IZQUIERDA - VÍA FERROCARRIL - AGRES - TORRE ATALAYA DE AGRES - FONT - ALFAFARA.


El arqueólogo Enrique Pla Ballester, nos dice en La Gran Enciclopedia de la Región Valenciana que “el grupo de cuevas artificiales conocidas también como de les Finestres, excavadas en una roca vertical junto al Barranc d'Agres, en el término de Alfafara, provincia de Alicante, del mismo tipo y posiblemente contemporáneas de las Covetes dels Moros de Bocairent. Los huecos forman una alineación curva, en forma de arco, y debajo del que existe en el lado derecho, hay una abertura circular, de la que arranca una estrecha y corta escalera labrada en la roca, por la que se accede a las primeras cámaras altas. Se desconoce las fechas de estas covachas, así como su utilidad, pero parecen ser obra de algún pueblo Oriental, quizá judío-bereber o hebreo-fenicio, aunque también pudieron ser excavadas por los sirios llegados a la Península a partir de la invasión islámica del año 711 de nuestra Era”.A día de hoy todavía no se sabe con certeza cual pudiera haber sido su uso, se baraja la posibilidad de almacén de cereal.

Después de la visita a esta espectacular obra de arte tallada en la piedra llegamos hasta la Covalta, gruta natural situada debajo de un antiguo poblado ibérico situado en su meseta superior, a 889 msnm, en la parte más oriental de la sierra de Agullent. 

El poblado ibérico fue totalmente excavado bajo la dirección de Isidro Ballester Tormo a principios del siglo XX y sus resultados fueron una gran aportación para el conocimiento de la cultura ibérica en la Comunidad Valenciana. Había muchos fragmentos de cerámica que formaron la colección que recogió en su casa de Adzaneta de Albaida, donde expuestos en vitrinas fueron conocidos, consultados y estudiados por expertos nacionales y extranjeros. En plena guerra civil se trasladó al Museo de Prehistoria de Valencia, lugar donde se halla actualmente.



RUTA: 
Salimos de la calle Vicente Belda, en Alfafara, y tras atravesar la carretera seguimos las marcas del PR-CV 389. Dejamos un vetusto puente de piedra que cruza el arroyo y caminamos por una pista asfaltada adornada por algunos cerezos que todavía permanecen en flor. Poco después de dejar atrás un antiguo corral de ganado, abandonamos el asfalto y seguimos de frente, ascendiendo por una loma redondeada con un suelo de roca desnuda.
Alcanzamos un cruce de caminos balizado, un poste con paletas informativas nos confirma que este tramo no discurre por els Pantanets como en principio pensábamos hacer. Por la izquierda tomamos dirección hacia la Masía de Carbonell. 
La atravesamos y pronto llegamos a la Font de Carbonell, protegida por dos hermosas y enormes encinas que sobrevivieron al incendio que hubo en esta zona hace un par de años. Entre bancales con almendros y grandes piteras alcanzamos la parte más alta de la loma.

Por la derecha, con largos lazos, comenzamos un suave descenso contemplando el pequeño valle interior. Serpentea hasta llevarnos por la izquierda sin llegar al fondo del barranco y volver de nuevo a la derecha, dirigiéndonos hacia las paredes calizas donde entre sarmientos de zarzas quemadas y otras que comienzan a brotar, llegamos al frontal de la Cova de les Finestres. Los restos del incendio son evidentes y sorprende que tres años después nadie se haya preocupado de arreglar las escaleras de madera que te permiten acceder a la cueva.




Están quemadas. Gracias a unas cuerdas que ha colocado algún senderista se puede llegar a ella.  El sitio es precioso, pero si no se arregla la gente no lo encontrará atractivo.
Enfrente hay un sendero que lleva al cementerio de Ontinyent y que por una pista conecta con la Covalta, pero nuestra idea es la de tratar de llegar al PR-CV 103 que desde gres nos lleva a la citada cueva. Un poco de aventura no viene nada mal. 




Seguimos de frente, bajando hacia el arroyo para cruzarlo y subir por la loma. Vemos la vía férrea del tren chicharra que procede de Alcoy, y con toda seguridad sabemos que en un punto se cruzará con el sendero que viene de Agres. 
Decidimos seguir sobre ella un tramo con los ojos y oídos muy atentos al posible paso del tren. Parece una película del Oeste. 
Seguidamente, avanzamos por senderos y pistas paralelas al trazado de la vía, cruzando por debajo de ella algunas veces para seguir por mejores veredas. Llegamos a la antigua estación de tren Agres y paramos tomar unos frutos secos y a beber agua. 
Pronto llegamos a un paso a nivel sin barrera con el cruce del PR-103. Continuamos paralelos a los raíles hasta llegar al Corral del Guapo a 596 metros de altitud, donde tomamos clara dirección hacia la sierra.
Poco a poco el camino se va elevando hasta alcanzar el collado de Bolcadors  de 815 metros. 
A partir de ahí, arranca una senda que nos lleva a lo más alto, a  la cima de la Covalta, su vértice geodésico a 890 msnm. 
En los alrededores hay un oppidum ibérico también llamado como la sierra. Poblado que corresponde a la época del ibérico antiguo. Delante, a unos metros, vemos la Cruz de La Covalta. Está situada sobre un pedestal de bloques de unos cuatro metros de altura y fue erigida en 1.788 en conmemoración de la predicación del afamado Fraile Diego José de Cádiz, misionero capuchino, efectuada en Albaida el año anterior. Esta es una réplica del original realizada después de la Guerra Civil.


Continuamos las marcas del sendero blanca/amarilla que empieza a descender por la derecha, haciendo un fácil destrepe pegandose a las paredes por la derecha. El entorno rocoso es impresionante. Desde aquí se domina la Autovía Alicante-Valencia que va por Alcoy y cruza el puerto de Albaida.

Una vez en la base de las rocas,  caminamos paralelo a las paredes y seguidamente afrontamos una senda ascendente en zig zag para llegar a la cueva. 


A la izquierda de la cueva, en una especie de nicho natural entre rocas, hay una pequeña imagen de la Virgen del Remedio, que todos los años, un domingo del mes de mayo, las gentes del pueblo de Albaida suben en romería.







La Covalta a 821 metros cuenta con una fuente en su interior. Su abertura es amplia, pero una vez dentro es bastante baja. Desde el interior tenemos bonitas vistas.

Comemos dentro de ella y admirando al fondo el Benicadell. 


Otra perspectiva de una cima que hemos horadado desde todos los puntos cardinales y en cada uno de ellos tenemos una visión diferente y sublime de está cumbre.
Regresamos inicialmente por el mismo camino hacia la cima de Bolcadors, pero con una variación. Un poco antes de la senda por la que hemos bajado y guiados por unas marcas azules hacemos una sencilla trepada de unos 15 metros, acortando el enlace con el sendero.


 

Proseguimos por la Cruz y el punto geodésico, hasta llegar al collado de Bolcadors y por el camino de tierra descendemos al último cruce, virando ahora a la izquierda, lugar contrario al de subida. El descenso es bastante sencillo y con muy buenas vistas. Cruzamos la vía del tren chicharra y el camino termina en la carretera, que también cruzamos para seguir por una senda entre bancales de olivos y casas de campo, y por una pista de cemento entrar en el pueblo de Agres, muy tranquilo a estas horas. Callejeamos por la parte baja y salimos en dirección a la Atalaya.
La Torre Atalaya de Agres, situada en un cerro alto y relacionada con el castillo de la misma población, realizaba funciones de torre vigía. Se trata de una torre de planta cuadrangular de más de veinte metros de largo en el lado mayor; conservando su altura hasta unos ocho metros aproximadamente.
Consta de un zócalo de mampostería irregular y de mortero. La parte superior se desarrolla con tapias de mortero de cal y arena de unos 80 centímetros de alto. Parcialmente destruida falta el lado sur, así como el contorno. El interior se encuentra vacío de forjados.
Esta es la antigua carretera con apenas tráfico que une Agres con Alfafara, por la que dejamos atrás una fresca fuente y en un corto trayecto entre olivos y grandiosos ejemplares de cerezos medio floridos y con frutos cuajados, nos adentramos en el pueblo de Alfafara por la calle Sierra de Mariola. Reponemos líquidos en los frescos chorros de la Font Major y por el estrechísimo callejón accedemos a un atractivo lavadero y de allí a nuestro coche. Ha sido una ruta con muchas variantes.
Ejemplar de cerezo en flor en Alfafara.