Machado

"Caminante, son tus huellas el camino y nada más; Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace el camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante no hay camino sino estelas en la mar". Machado.

sábado, 5 de abril de 2014

DEL CASTELL DE BENISSILI A LA FORADÀ

CIRCULAR POR EL CASTELL DE BENISSILI, LA FORADÀ Y REGRESO POR LOS PUEBLOS DE LA VALL DE GALLINERA-


FICHA TÉCNICA-
Día. 5/04/2013
Participantes. Vicente, Santi, Ricardo, Miguel y Julián.
Distancia. 21 kilómetros.
Tiempo estimado. 6 horas y 40 minutos.
Dificultad. Media.
Altura máxima: 911 M. (La Creu de les Morteres)
Altura mínima: 291 M. (Lavadero de Benitaiá)
Desnivel positivo: 997 metros.
Desnivel negativo: 915 metros.
CÓMO LLEGAR: Por la A-7 dirección Valencia, salida en la nº 691 rotonda de San Vicente del Raspeig, dirección Alcoy por la A-7. Después de pasar los túneles del Barranc de la Batalla, salida nº 802, en la rotonda por la CV-700 dirección Benimarfull. Seguir hasta tomar por la izquierda dirección Vall de Gallinera, y luego por la izquierda girar para tomar la CV-714 hasta Benissili. Aparcar al final del pueblo.
Wikiloc:  http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=6493746

ITINERARIO: 
BENISSILI - SENDA AL CASTELL - CASTELL D’ALCALÁ O DE BENISSILI - FONT DEL CASTELL O DE JOAN PELLICER - COLLADO -  LA CREU DE LES MORTERES -  TOSSAL DE LES QUARTESOS - PENYAL GROS - LA FORADÁ - COVA OBRADA DEL MORO- PENYA ALTA - CORRAL Y ERA DEL TÍO CAMILO - PASSET DE BENISSIVÀ - CRUCE DE SENDEROS - BENITAIÁ - LA CARROJA - ALPATRÓ - LLOMBAI - BENISSILI.


La Vall de Gallinera está situada al norte de Alicante. Formada por varios núcleos de población que forman un solo ayuntamiento. A su espalda la sierra de la Foradà tiene dos centinelas,el castillo árabe de Alcalà o de Benissili al oeste y el de Gallinera o de Benirrama al este. A medio camino la emblemática peña de la Foradà, donde un par de veces al año, los rayos del sol pasan por el "forat" e iluminan los restos de un convento franciscano en la falda del monte.

El castillo de Alcalá está situado a la entrada del Valle, si vienes por Alcoi,  a 785 metros de altitud, dominando este paso natural. Históricamente recibe el nombre de castillo de Alcalá, pero actualmente es más conocido con el nombre de castillo de Benissili, por la localidad más cercana a la citada fortaleza.
Su función era la de vigilar y defender la entrada al Valle desde el interior. Es un castillo musulmán y está compuesto por una albacara (patio grande) y una celoquia (ciudadela). Era residencia de al-Azraq durante su primera sublevación (1247-1258). El castillo podría remontarse al siglo XI prolongándose hasta el XVI, es decir. La primera noticia escrita data de 1245, con la firma del Tratado del Pouet, entre el rey Jaime I y al-Azraq, por el cual este último cede al cristianismo a los castillos de Pop y Tárbena, retiene para sí los de Alcalá y Perpuxent, y se compromete a entregar dentro de tres años los de Gallinera, Margarida, Xeroles y Castells. El 1 de junio de 1258, el castillo es tomado por el rey Jaime I.
Unos días antes, el 26 de mayo, ante la inminencia de la toma del castillo, Jaime I hace donación a Gil Eiximenis del castillo de Alcalá y el de Margarida con sus alquerías y fortificaciones, pero no a perpetuidad. En 1261 el castillo vuelve a estar en manos del rey, quien lo cede a diferentes personajes para cubrir sus deudas. Entre 1261 y 1263 retienen el castillo los hijos de eximir de Foces hasta cobrarse lo que el rey les debe. De 1267 a 1271 se embarga a favor de Pedro Ferrando, hijo natural de Jaime I. En 1271 tendrá la alcaldía Pedro Roiç de Corella. En abril de 1273 se entrega a Berenguer de Latera, por deudas al rey, y por la misma causa, tres meses después, el 19 de julio, a Pedro Diego Muñoz. En 1275, se embarga a favor de Mateo de Montreal, quien tiene la alcaidía hasta 1277. Entre 1278 y 1282, tras el fin de la sublevación y pacificación de los mudéjares, el nuevo rey Pedro III el Grande (I de Valencia) encomienda la custodia del castillo a Rodrigo Jiménez de Luna. En 1283, lo vuelve a tener Mateu de Montreal, por otra deuda al rey. En 1286 las rentas del castillo son para Jaume de Mansó y en 1287 son, de nuevo, para Pere Ferrando. El 27 de agosto de 1288 el castillo de Alcalá deja de pertenecer a los reyes de Aragón por la donación que efectúa Alfonso III a un Rosellón, Bernat Guillem, de Vilafranca de Conflent,  en recompensa por las pérdidas que había tenido en la guerra contra Francia de 1282-1985. Esta donación termina con la situación de realeza para el distrito del castillo de Alcalá que pasa a ser un señorío feudal



RUTA:
Empezamos en Benissili, pueblo al que llegamos desde Pego o desde Planes por la CV-700. Dejamos el coche en el centro del pueblo. Cruzamos Benissili por el carrer Pont, pasamos junto a una fuente, seguimos por el carrer de l'Esglesia y encontramos el cartel de la ruta de los 8 pueblos. Seguimos el sendero entre olivos y cerezos en flor hasta salir a la carretera CV-700. 
Giramos a la derecha, y unos metros más adelante, a la izquierda, por una pista que nos conduce al comienzo del sendero del castillo. Pronto comprobamos que la primavera ha invadido el valle y los cerezos están llenos de flor, espectaculares. 
La senda del castillo de al-Azraq, serpenteante, es empinada y sube por la umbría. Pasa por una antigua calera. Mirando hacia atrás vamos dejando abajo el pueblo de Benissili, Alpatrò. 
Sin prisa, pero sin pausa trepamos el pequeño trecho, pero exigente de casí 400 metros de desnivel, que nos separa de las ruinas del Castillo de Benissili. Ya vemos restos de un torreón en lo alto. 


En poco tiempo nos situamos en un lado del castillo, que ha sido rehabilitado como indica un cartel de obras cercano, han instalado con bastante mal gusto unos hierros que lo afean. 
Los lienzos de las murallas que se conservan en estos resaltes rocosos desafían a la gravedad,  manteniéndose orgullosos sobre el antiguo valle de Al-Azraq, pero las hiedras van apoderándose de sus paredes. Vicente, Ricardo y Santi entran dentro de la zona del castillo derruida, y Miguel y yo preferimos llegar directamente, evitando todo tipo de peligros. Algunos aman la aventura.
Rodeamos el castillo para proseguir por el sendero. Detrás de la fortaleza, a poca distancia hay una fuente. Junto a ella, una modesta piedra nos deja leer unos versos de Lao-Tsé en recuerdo de Joan Pellicer, conocido etnobotánico valenciano. 
Y las panorámicas son impresionantes, las últimas torres que resisten el embate del tiempo y al fondo la cordillera del Benicadell y de la Safor. Testigos mudos, en este rincón, donde la historia rezuma por todos los costados.

El sendero sube hasta un collado, y desde allí, nuestra ruta prosigue hacia la izquierda. Si nos fuéramos por la derecha llegaríamos al Tossal del Xarpolar en pocos minutos, donde se hallan los restos de un poblado íbero.
La senda difusa continúa por el cordal de la sierra, casi en llano. Los primeros pasos van por el lateral izquierdo de la primera loma que vemos al frente, es el alto de Les Morteres de 911 metros de altitud, la más alta de la jornada de hoy. En su parte superior hay una gran cruz metálica. Llegamos hasta ella y desde la cima tenemos vistas del Vall de la Gallinera y también de la Vall de Alcalá. 
Luego bajamos dicha colina por la izquierda hasta volver a coger el cordal de la Sierra de la Foradà. 

Paramos a tomar un refrigerio y seguimos por una senda evidente, que se ve muy clara. Hay que superar varios barrancos, en monótono sube y baja,  y poco a poco vamos avanzando hasta llegar al Tossal dels Quartesos.


Por la crestera caminamos observando a nuestra izquierda la vall de Gallinera, verdea por las hojas de los cerezos que ya han brotado, detrás tenemos vistas sobre la sierra del Almirall y de telón de fondo la Safor. Al otro lado el Valle de Alcalá y de Ebo.
En poco rato nos situamos en una vaguada desde la que tenemos que ascender una pequeña colina en la que existe un hito situado sobre una gran roca blanca. Es el Penyal de Gros de 854 metros de altitud. 


Desde el vértice geodésico tenemos espectaculares imágenes, hacia nuestra izquierda,  la inmensa ladera bi-piramidal que acabamos de descender con el Tossal de Xarpolar de fondo y a nuestra derecha, la inmensa cresta de la sierra pendiente de recorrer hoy,  con el arco de piedra esperándonos. 
Prácticamente estamos en el centro de la Sierra. El siguiente objetivo es llegar a la Foradà, que da nombre a toda esta cordillera. 
La senda no es muy clara, vuelve a ser empedrada y es fácil de perder pero ya da igual, el objetivo se ve a simple vista, en la distancia, y es obvio el destino, saldrán al paso hitos que ayudan en el avance.
La senda de continuación pasa por momentos cerca de la cresta y en otros no tanto. En este tramo hacia el arco es cuando más cerca pasaremos de la zona de arboleda pasto de un incendio del verano de 2009, una imagen funesta ver todavía troncos negros y  yermos.
Y llegamos a la Foradà, al arco rocoso que vimos tan lejano a contraluz horas antes, al inicio de ruta. 




Si se llega cresteando nos situaremos prácticamente en su techo, por lo que en algún momento hay que descender algo por la derecha y bordearlo.
El arco de la Foradà  destaca por su tamaño, pero sobretodo por su ubicación, está en el punto más alto de una peña. Al traspasarlo hay una zona en donde deambular y poder observar tranquilamente todo el valle interior. Sin duda el emblema de la Vall de Gallinera.
El lugar ofrece vistas hacia el oeste de todo  el declive y vertiente vertical y abrupto de la cresta de la sierra por donde hemos avanzado (en el interior de la Foradà) y hacia el este la continuación de la sierra un poco más suave, sin tantos peñones verticales (desde la parte externa de la Foradà) está situado del castillo de la Gallinera o de Benirrama y el Miserat que se distingue por sus antenas. Y al fondo ya el mar. El lugar es un auténtico balcón enmarcado por la Foradà.
Y desde esta parte "exterior" se visualiza el descenso hacia el fondo del valle y los pueblos, nuestro regreso.
Dejamos atrás la Foradà con el absoluto convencimiento de haber visitado un lugar mágico, un capricho geológico natural de los más bellos de la provincia de Alicante.
Desde la Foradà, seguimos el sendero bien marcado que continúa por el cordal. A unos 400 metros nos encontramos con un cruce de bajada a Benitaia por la izquierda (por la Cova d'en Moragues). No lo tomamos. Continuamos hacia la derecha por el cordal y pasaremos por un abrigo construido en una cueva de la montaña. Se denomina la Cova Obrada del Moro a 663 metros. Tiene la entrada por un pequeño corral/huerta sin techo y era una oquedad natural abierta al valle que fue tapiada para el refugio de ganado y el cobijo de personas en épocas invernales. Allí decidimos parar a comer. 
Tras el descanso, proseguimos por el cordal de la sierra. Nos queda 1,5 km aproximadamente para el cruce de bajada, sobrepasando el corral y huerta abandonados del tío Camilo encontramos el Passet de Benissivà, un pequeño hito de piedras marca el descenso hacia la vall de Gallinera. 
Donde giramos hacia la izquierda e iniciamos la bajada por la umbría con vistas a las altas paredes por donde antes hemos transitado. Y una fabulosa vista enfrente de la peña Foradà y el resto de picachos que conforman la sierra.

Es un ancestral sendero pegado a los paredones, que luego se separa para salvar un enclave rocoso por medio de rampas y zigzags. 
En un entorno frondoso y exuberante, con árboles y flores de muchas variedades avanzamos rápidamente para terminar en una pista asfaltada.

La pista nos trae por antiguos bancales de piedra seca repletos de cerezos floridos, entre ellos hacemos fotos a La Foradà, es una bajada plácida y tranquila. Poco después por la izquierda se une el sendero que antes del almuerzo hemos desechado. 
Llegamos a Benitaiá y cruzamos hasta el lavadero donde enlazamos con la Ruta de los 8 pueblos, en un largo recorrido que nos llevará de nuevo a Benissili.
Se trata de un recorrido cómodo, sin desniveles importantes que pasa por todos los pueblos del Vall de la Gallinera y con numerosas fuentes donde coger agua. Está bien señalizado en general, salvo en algún tramo entre La Carroja y Alpatró, donde sería necesario añadir algún cartel.
Salimos del lavadero y a escasos 80 metros hay un desvío que nos aparta de la carretera y entra en un camino de cemento pero que en breve se desvía a una senda frondosa, rodeada de naturaleza. 
Así avanzamos en paralelo a la carretera, que la tenemos por encima de nuestras cabezas. 
Vemos señales amarillas/verdes del PR-V 167, un sendero muy parecido al de los "8 pobles" y con el que coincidiremos constantemente.
La senda aboca de nuevo a la carretera y estaremos por ella unos pocos metros pero que coincidirán con una curva, mucha precaución, pero tras unos 200 metros aparecerá un desvío a la derecha, indicando la piscina municipal de la Vall de Gallinera.
El siguiente pueblo es La Carroja y a él se llega por ese desvío por un camino de asfalto que va en paralelo a la carretera principal.
Pasaremos por campos de cultivos, al lado de la piscina y justo en su parte final vuelve a desviarse a la derecha para acabar entrando al pueblo por una calle empedrada y con bancales a los lados.
En medio del pueblo giramos a la izquierda y llegaremos a la Font de Baix, tiene un pequeño estanque verde a su lado. Tras la fuente pasaremos por una pequeña curva con mucha vegetación, con un riachuelo que invade el camino, dado el día que hace de calor se agradece. 
Pero pronto un poste nos advierte del desvío a la izquierda, tras cruzar la carretera ascendemos por una pista asfaltada, en este tramo casi no existen señales y nos hará dudar, pero es por ahí. Tras unos 600 m la pista prácticamente desaparece de golpe y tras caminar por tierra debemos estar atentos a un pequeño desvío que hay a la derecha en una zona de matorrales y arboleda justo al fondo del camino de tierra.
En su parte final tras un pequeño repecho en ascenso contacta con un pequeña  carretera de asfalto que da servicio a casas de campo. Se terminó el tramo más "selvático" del regreso. En bajada llegamos a la Font Vella, y por un camino a Alpatrò.
Desde el pueblo por una pequeña carretera, CV 714, hasta la meta, tan solo hay que dejarse guiar por ella y disfrutar del entorno que en esta ocasión son campos repletos de floridos cerezos. 
Nos hemos alejado de los paredones de la izquierda, con las atalayas enormes y desafiantes de la Sierra de la Foradà, los peñones y peñascos abruptos de los que consta su parte alta ... aquella por donde se anduvimos hace unas horas, una imagen de arisca piedra  y roca pero realmente atractiva. Y mirando a nuestra espalda asoma, ya  lejana, la Foradà,  podemos otear en la distancia su característico arco. Sublime.

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