Machado

"Caminante, son tus huellas el camino y nada más; Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace el camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante no hay camino sino estelas en la mar". Machado.

viernes, 18 de abril de 2014

ELURZULOAK(1.431 m.), ARATZ(1.443 m. ), IMELEKU(1.319 m. ), ALLAIZ(1.245 m. ), ALLAIZ TXIKI(1.171 m.), EN ÁLAVA

CIRCULAR POR LA SIERRA DE ALTZANIA-


FICHA TÉCNICA-
Día: 18/04/2014
Participantes: Chus, Nieves, Javier, Julián y Lourdes.
Tiempo estimado: 5 horas.
Distancia: 13 km.
Dificultad: Media-Alta, por constantes desniveles.
PR A 11, 12 y GR 25, 121.1.
Tramo del GR 25Mapa.

Tramo del GR 121.1.

COMO LLEGAR:
Desde Estella a Vitoria por la NA 132 A, antes de llegar a Santa Cruz del Campezo, un cruce a la derecha hacia Oteo/Contrasta. Seguir sin desvios hasta el pueblo de Contrasta, enseguida un cruce a la derecha nos conduce hasta el puerto de Opacua. Desde el pueblo del mismo nombre se continua hasta tomar la A-1, dirección a San Sebastián, en pocos kilómetros se abandona para salir al pueblo de Araia, y por la carretera A-3020 nos situamos en su parte alta, al lado de la fábrica Ajuria y Urigoitia.

ITINERARIO:
Araia - Cuesta de las Vagonetas o del Tambor - Fuente de Iturriotz - Txabola del Tuerto - Collado de Argorri - Elurzuloak - Aratz - Collado de Aratzarte  - Imeleku - Collado de Allarte    - Allaiz - Allaiz Txiki - Puerto de Atabarrate - Nacedero del Zirauntza - Gr 25 a San Miguel - Presa del Tambor - Araia.



La sierra de Altzania, límite natural entre Guipuzcoa y Álava,y muy cercana a tierras navarras,  es una parzoneria situada al noreste alavés, y que cuenta con bastantes cimas en su entorno, siendo la más elevada e inconfundible, la del Aratz de 1.443 metros que se ubica al oriente del macizo del Aitzkorri. Justo en la línea divisoria entre Álava y Guipúzcoa, las piedras que marcan el límite entre ambos territorios bordean la cima,es una gran mole caliza que es visible e identificable a distancia. 


Una de sus laderas descansa sobre el histórico paso de San Adrián, que desde lejanos tiempos ha unido la vertiente cantábrica con la Llanada Alavesa y el resto de la península Ibérica por una senda medieval. Ha sido referente de los caminantes y peregrinos que han cruzado estas tierras al verse y distinguirse desde la lejanía con su forma de volcán de color gris.


El porte del monte es inmenso, su cima amplia. Rodean la cima una serie de grandes oquedades que suelen conservar la nieve durante todo el año. Son huecos de 80 metros de profundidad y poca anchura que se han venido utilizando como neveros.
Por el norte las faldas del Aratz se sitúan, cubiertas de bosque de hayas, sobre el valle del Altzania en tierras guipúzcoanas. Al sur se alza sobre el valle alavés de Asparrena, cuyo mayor núcleo poblacional es Araia donde abundan los robles y las hayas.
El predominio de la roca caliza es muy notorio y, tanto el paisaje como las formas generadas, son algunos de los principales rasgos de la cordillera. La circulación de aguas subterráneas, por ejemplo, ha creado un extensa red de galerías.   Tanto sierra como ríos, cuevas, ermitas.. ofrecen alicientes más que recomendables para hacerles una visita, que en este caso tiene como punto de partida la localidad alavesa de Araia, y como itinerario cinco cimas de la sierra de Altzania y visitar en su descenso el precioso río Zirauntza y su nacedero.


RUTA:
Comenzamos al lado de la fábrica metalúrgica Ajuria y Urigoitia, abandonada desde 1.985, pero con una gran importancia industrial en la zona de la Llanada alavesa. Fue fundada en 1847 por Fermín Lasal y Luis Ajuria y supuso una mejoría socio-económica para el pueblo. Se aprovechaba el agua del río Zirauntza como motor del horno para elaborar acero, y se usaba el hierro de Triano y Olvega que llegaba por tren. 






De frente, la Cuesta de las Vagonetas o del Tambor.
Desde los 621 m de altitud, a los que está ubicado el pueblo, partimos. Al principio por un carretil asfaltado serpenteante y sobrepasamos las últimas casas del pueblo, rodeados de recios ejemplares de roble marojo. Más adelante se convierte en pista zigzagueante más estrecha, y al ver un camino de tierra que sube recto nos desviamos por la Cuesta de las Vagonetas. Por este lugar se bajaba la roca extraída en la cantera que hay al pie de la peña. Para ello se usaban  vagonetas y de aquí le viene el nombre.
Evitamos la curva a la derecha y vamos de frente, este acorce tiene un gran desnivel que nos sirve para hacer desaparecer el poco frío de esta mañana.

Continuamos ascendiendo hacia la derecha por una senda bastante cerrada y estrecha que bordea la Peña San Miguel. En algunos tramos coincidimos con el GR 25  y en otros con el PR A 11 y 12. 
Atravesamos una valla y llegamos a un cruce con señalización vertical que indica Zalduondo por el GR-25 hacia abajo, y Araia y Nacedero del Zirauntza a la derecha, desechamos ambas direcciones y giramos hacia arriba por el espectacular hayedo hasta que nos topamos con una nueva señalización vertical que ya nos indica hacia la izquierda 3,9 km. al Aratz.



Seguimos ascendiendo hasta toparnos con la fuente Iturrioz donde bebemos, el agua es fresca, fresca. 
Detrás de la fuente surge una senda difusa por donde ascendemos, rodeados por un paisaje espectacular de rocas y hayas, pasamos al lado de una señal que nos dice que transitamos por el término de Gaztolepo y continuamos rectos, siguiendo la sinuosa y almohadillada senda por efecto de las hojas secas y los hayucos, encajonada entre calizas hasta desembocar en las campas de Askosaroi.
Al fondo y a la izquierda de la pradera se ubica la llamada Txabola del Tuerto, con un redil pétreo a su costado para guardar el ganado y desde donde ya tenemos estupendas vistas al Aizkorri, enfrente, pero hoy no es nuestro objetivo, dejamos trabajo pendiente para el próximo verano.

Las campas y todo lo que las rodean hacen de este lugar un rincón bucólico, solo falta alguna oveja pastando para completar la estampa.


Casi llegando a la borda viramos a la derecha siguiendo la señalización vertical que indica Aratz 2,5 km., buscamos  las marcas rojas y blancas del GR-121, bastante difíciles de localizar en el tronco de los árboles y las rocas.

Pero una vez encontradas nos llevan primero debajo de un hayedo alfombrado por la hojarasca, que poco a poco desaparece para dar paso a unas praderas de hierba.
Hasta situarnos en el collado del Argorri donde un nuevo poste nos señala que a la izquierda iríamos a la ermita de San Adrián, y nosotros nos dirigimos a la derecha.
Vemos el Aizkorri, inmenso a nuestras espaldas.
Elurzuloak.
Comienza una esforzada cuesta entre prados y más adelante por la loma final por terreno kárstico que nos conduce hasta la cima del Elurzoloak, preciosa cima de 1.430 metros de altitud, que hemos ganado a pulso.
Desde donde se contemplan panorámicas extensas: al Norte el Aizkorri, detrás el Gorbeia con algún resto de nieve y el Anboto; hacia el Este la sierra de Aralar con el Txindoki sobresaliendo, San Donato o Beriain y al fondo los Pirineos; hacia el Oeste toda la Llanada Alavesa y  como telón de fondo la sierra de Cantabria y Valdezcaray cuyas cimas blanquean; y hacia el Sur el Aratz, del que apenas nos separan unos metros de una preciosa senda verde, con unas campas interponièndose entre nuestra cumbre y el siguiente reto.

Superamos en pocos minutos el paso por la estrecha senda mullida y llegamos al Aratz de 1.443 metros, cota máxima en la sierra de Altzania. Se ha despejado de gente que hace unos momentos invadía la cima.
Aratz.
Nos hacemos las fotos de rigor en el vértice geodésico y hacia todos los puntos cardinales. Y descendemos en dirección sur hasta un pequeño parapeto de piedras donde estamos a resguardo del poco viento que viene. El día es soleado y tranquilo pero al parar debemos abrigarnos un poco. Todavía es primavera.

Después de descansar y reponer fuerzas salimos en la misma dirección sur, para continuar por el cordal de la sierra, cuya espina dorsal vemos de frente. Primero nos giramos un poco hacia la izquierda, hacia el Este, con preciosas vistas al valle de Burunda y a la sierra de Aralar y San Donato, con los Pirineos blancos de fondo. 


Y luego la senda gira bruscamente a la derecha, por la falda del Aratz. Es un sendero pedregoso y exigente. Nos tropezamos con mucha gente que sube resoplando por esta vertiente guiados por unas pequeñas estacas de madera con un punto amarillo.
Nosotros descendemos rápidamente disfrutando del paisaje primaveral que nos rodea. El bosque toma unas tonalidades verdes claras de las nuevas hojas que brotan, en medio de hayas que se mantienen con su color ocre invernal. 
Desde aquí vemos el cordal que nos resta por hollar, el Imeleku, los Allaiz, y al fondo, el Umandia y el Albeiz. A menos altura de las cumbres estas son más boscosas y menos pedregosas.







El camino se convierte en un sendero de hierba que amortigua nuestros pasos y nos acerca hasta el  bosque  llegando al collado de Aratzarte, situado entre el monte Imeleku y el Aratz. Allí un cairn nos indica un giro a la izquierda, de bajada a Araia y el nacedero, pero nosotros lo obviamos y continuamos rectos a subir al próximo hito de la jornada.




Iniciamos un nuevo ascenso atravesando un pequeño bosque de hayas que pronto desaparece y se convierte en un cómodo sendero entre sabinas rastreras. 



Vamos bordeando por la falda de la montaña, el sendero está marcado con blanca/amarilla, pero en un momento dado vemos la cima y abandonamos las marcas para ir hacia la izquierda buscando la cima. 





Una fuerte pendiente pedregosa nos conduce hasta el peculiar hito en forma de cohete y a su lado una réplica de una cámara de fotos, muy ocurrente, buen sitio para usarla sin parar. El Imeleku, de una altura de 1.319 metros, tiene vistas impresionantes. Al norte todo lo tapa el Aratz, que parece que tocamos con las manos, y en el resto de puntos cardinales a las crestas y sierras que hemos mencionado y a la Llanada Alavesa y al pueblo de Araia desde donde hemos partido, donde se ve las ruinas del castillo de Marutegi o Morutegi. Fue fundado, en el siglo VIII por el rey García Iñiguez de Navarra, en la salida de la Burunda hacia la LLanada Alavesa. Fue uno de los castillos clave en las luchas entre Navarra y Castilla debido a su estratégica posición para controlar el paso por la Calzada Romana de San Adrián.

Imeleku.

Después de las fotos volvemos por donde hemos subido hasta retomar la misma senda que traíamos recorriendo la loma, ya estamos sobre las marcas blanca/amarilla y enseguida desciende abruptamente, girando hacia el este. Primero transcurre por un camino pedregoso, pero después por una preciosa senda de tierra que nos sitúa en poco tiempo en el Collado de Allarte, a 1.142 metros. A la derecha hay un cruce hacia el Nacedero del Zirauntza y Araia, pero lo desechamos y proseguimos rectos para subir la siguiente cima, el Allaiz.

Las hayas de distintos tonos, los helechos y brezos nos saludan en los collados por los que transitamos, que son más frondosos y coloridos que las pétreas cumbres de las montañas de hoy.








La ruta  coincide en su totalidad en este tramo con el sendero PR-A.11 (marcas amarillas y blancas), tuerce a la izquierda y se dirige hacia la peña caliza que constituye el cono cimero del Allaitz. Sin llegar a adentrarnos en el hayedo, alcanzamos sin más problemas el buzón del Allaitz  de 1.245 metros, con unas amplias vistas dominadas por el norte por el Aratz y el Imeleku, convertidos en gigantes de piedra desde esta perspectiva. 
Una pareja muy simpática que está en la cima nos saca la foto. 
Allaiz.













Y sin perdida de tiempo continuamos por el cordal, y por las marcas del PR que nos guían hacia el sur.

Nuestro camino desciende cada vez más protegidos del sol por la cantidad de arboles que crecen a esta altitud.
Cuando pasamos por una vaguada, que hemos visto en el mapa, estamos situados debajo del último reto del día y nos desviamos a la derecha. Abandonamos el sendero de pequeño recorrido y ascendemos campo a través, girando un poco hacia la izquierda llegamos hasta un puesto de caza muy alto y desde allí por el cordal a trepar hasta el Allaiz Txiki de 1.171 m.
Desde está posición tenemos el pueblo de Araia a nuestros pies y muy claramente se distingue el Alto de San Miguel y el de Marutegi o Morutegi con los restos de su castillo.
Volvemos a consultar mapas y continuamos por la crestera, sobrepasando varios puestos de caza de paloma y malvices, que son lo más abundante en esta zona de Álava.




Allaiz Txiki.


En poco tiempo nos  situamos en la pista de tierra que baja desde el Puerto de Atabarrate. Lo comprobamos subiendo un poco a la derecha para ver el cartel indicador, y nuestra ruta va a la derecha. 
Con buen paso vamos adentrandonos en la cara oeste de la sierra por un precioso bosque de hayas.
Hay una señal a mano derecha que indica que es un aparcamiento de seteros, no hay nadie, todavía no es época de perretxikos, en mayo estará atestado.

Del hayedo salimos a una zona sin arbolado, desechamos un cruce a la derecha, creemos que sube al collado de Allarte. Mediante varios zigzags nos adentramos debajo de un espectacular pinar y proseguimos por la senda principal obviando varios cruces a la izquierda.




Estamos en el término de Allondo, como vemos en un cartel, y en una curva a la izquierda oímos el murmullo del río, un riachuelo tenemos al lado, y gente alborotando y decidimos ir rectos por la vaguada, campo a través, a buscar el Nacedero. Nos toca saltar y cruzar un canal, pero ya estamos situados sobre el camino hacia el nacimiento del río Zirauntza.
Vemos en la parte baja de la senda que el río describe varias curvas y cascadas, pero sin demasiada cantidad de agua.

Ascendemos comodamente por la senda paralela al canal de la Central, y nos acercamos hasta la presa del Nacedero.

En el fondo de un cerrado circo formado por las verticales paredes de Allaitz e Imeleku surgen las aguas que dan vida al Río Zirauntza, razón de la existencia de la primitiva ferrería y posterior fábrica que caracterizan este histórico enclave. El caudal es abundante y tras rebasar la presa se precipita con fuerza hacia Araia formando las cascadas que hemos tenido la oportunidad de contemplar en el ascenso. A cada lado de la presa sale un canal. El uno, al lado del cual hemos venido,  transportaba el agua a una central hidroeléctrica (actualmente rehabilitada), donde se creaba electricidad para la fábrica; el otro, por el que volveremos, hasta las turbinas que ponían la maquinaria en funcionamiento. 
Cruzando el puente de madera nace una bonita senda, GR 25 a San Miguel, que desciende por la margen derecha del río, que enseguida dejamos de oír por la altura que toma el canal.
Preciosa ruta que toma una altura considerable, en la que al principio debemos ir en fila de 1, y después la senda se amplia.
Girándonos vemos la crestera de la sierra de Alzania que hemos horadado hoy.

El canal lleva agua a tramos y al principio caminamos cerca del precipicio por un lado y el agua por el otro, pero enseguida se amplia la senda y es apta para todos los públicos.
El lugar es idílico, con esos verdes claros y los ocres/naranjas de la hojarasca con fuertes contrastes. Se oye entre los arboles un pecu. Un placer para la vista, el oído...... 
Es una excursión recomendable para el verano, vas protegido del sol todo el trayecto.
Siguiendo el camino que discurre paralelo al canal llegamos a la presa del Tambor, antiguo embalse donde se canalizaba el agua para producción de corriente eléctrica de la Fundición Ajuria y Urigoitia. 

En unos minutos alcanzaremos la cuesta del tambor o de las vagonetas que nos acercará a la fábrica metalúrgica, inicio y fin de nuestra magnífica ruta de hoy.

Muy recomendable esta zona desconocida para mí, increíbles robles, hayas, praderas, y sobre todo las vistas desde sus cimas. Inolvidable.

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