Machado

"Caminante, son tus huellas el camino y nada más; Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace el camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante no hay camino sino estelas en la mar". Machado.

miércoles, 2 de diciembre de 2015

DE LLÍBER A PENYA ROJA-TOSSAL GRAN-CASTELL Y FONT D'AIXA-PENYES BLANQUES

DESDE LLÍBER A LA SIERRA DEL CASTELL DE LA SOLANA


FICHA TÉCNICA-
Día: 2/12/2015
Participantes: Julián y Lourdes.
Tiempo estimado: 5 horas y media.
Distancia: 14 km.
Dificultad: Media
Como llegar: Por la A-7 hasta Benissa. En la segunda rotonda hay un cartel hacia Senija, por la CV 745. Se pasa Senija por medio del pueblo y el siguiente es Llíber. Muy estrecho, lo cruzamos por su calle principal y aparcamos en las afueras.
Wikiloc: http://www.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=11562086


ITINERARIO: 
Llíber - Muntanyeta - Río Gorgos - Cruce - Penya Roja - Casa 1 - Tossal Gran - Collado de Jalón - Castell d'Aixa - Bajada por el Llibre - Pouet - Cruce - Barranco de la Font d'Aixa o de la Fondacha - Casa 2 - Casa 3 - Casa 4 - Cruce. PR CV 53 - Font y Bassa d'Aixa - Cruce. PR CV 53 - Casa 5 - Paso por les Penyes Blanques - Collado de Llíber - Bajada por el Barranc de la Coveta de la Moneda - Casa 6 - Racó del Gorgos - Cauce del Barranco de la Moneda - Cruce - Río Gorgos - Depuradora - Llíber


RUTA:

Desde la localidad de Llíber, a las afueras, nos calzamos las botas y caminamos en dirección al pueblo, por la carretera que lleva a Senija. En la primera bocacalle tomamos rumbo a la izquierda para ascender por una preciosa calle empedrada. Pasamos por otra vía perpendicular con vistas a la torre de la iglesia. Pero nosotros continuamos rectos, subiendo por una escalera con barandilla e internándonos en un rincón florido y con encanto.

























Increíbles panorámicas a las sierras del Cau, del Alt de l'Ample, del Ferrer....
Entre las casas más altas del pueblo y por debajo del cementerio surge un paseo arreglado de forma muy original con cuadros de losetas intercaladas. Este camino muere para dar continuidad por una angosta senda que recorre la cara Oeste de la Muntanyeta. 
Ahora  nuestras vistas se amplían a todo el Valle del Pop y al cordal de la Sierra del Castell de la Solana. Al fondo se llega a ver el Cavall Verd, que desde esta perspectiva parece un camello con dos jorobas. Y la sierra del Carrascal de Parcent.

El precioso sendero llega a una bifurcación. A la derecha se dirige a recorrer todo el cordal y nosotros nos vamos a la izquierda para descender de la Muntanyeta y dirigirnos a la Sierra del Castell de la Solana, que la tenemos enfrente. 


Salimos a una pista de tierra. Si seguimos rectos, llegamos al mismo sitio, pero vamos a la izquierda apenas unos metros para  girar a la derecha y, en el recodo, que forma el río Gorgos o Xaló con la Penya Roja, nos detenemos un momento para observar que todo continúa igual que siempre. Hemos pasado muchas veces por este maravilloso enclave y lo único que notamos diferente son unas caravanas que han hecho de este rincón su morada, y cuyos perros salen a nuestro encuentro. Gracias a los palos imponemos respeto y se alejan sin ladrar.

Continuamos nuestra ruta haciendo el recodo del río y siguiendo múltiples hitos que hacen de la búsqueda del sendero algo muy sencillo.
En la zona del cauce del río, debajo de las cuevas, se ha acumulado agua, no habíamos visto este río tan caudaloso nunca. ¿Ya podremos cruzar?, nos preguntamos. 
Pero cuando llega la zona donde hay que atravesarlo sólo queda una pequeña poza que vadeamos sin ningún problema, saltando de piedra en piedra. 
En la otra orilla nos espera un sendero rodeno, rodeado de verde hierba y enseguida llegamos a una casa semiderruida a los pies de la Penya Roja.
Continuamos casi  rectos bordeando la sierra y buscando el sendero de subida a la Penya que tenemos sobre nuestras cabezas. El track, de forma brusca, gira a la izquierda. No vemos senda, ni hitos, pero el que nos ha precedido asciende muy decidido por la ladera de la montaña, a saco.
Es muy fácil avanzar porque es una ladera herbosa con algunos espolones rocosos que hay que evitar.
Como en toda esta sierra no hay apenas arboles, sólo algún pino y algarrobo esporádico, que se conservan sobre todo al lado de algún resto de casa o corral.
Vamos ganando altura poco a poco entre brezos, romeros, piedras que llaman nuestra atención por los tonos rojizos y sus formas perfectas. 
A ratos vamos hacia la cima, rectos, pero en otros tramos nos inclinamos hacia el final del barranco, siguiendo el track que llevamos lo más fielmente posible.
Sorteamos un sester y una cueva en medio de la roca y los pocos obstáculos que se ponen por medio. Algun tramo transitamos casi rectos con vistas al rincón formado por unas inmensas colinas, que en esta vertiente son lomas pero que luego veremos que en su otra cara tienen perfiles más abruptos. 
Los pequeños resaltes rocosos los vamos superando sin ninguna dificultad, con solo virar y remontar por su derecha o izquierda.
Pasamos al lado de una gran roca,  es buen mirador para observar nuestro avance. El día esta brumoso, parece que conforme avanza el día va levantando poco a poco pero la visibilidad  es dificultosa. 
Tenemos a nuestras espaldas cada vez más diminuta la Muntanyeta y, en el recodo que describe el río, se ve agua, lo cual acentúa su visibilidad.
Al Este, divisamos la costa, pero con tonalidades blanquecinas. Casi se confunden cielo y mar. Entre las neblinas la silueta del Cau va surgiendo.
Y proseguimos nuestro camino. Nos sorprende ver excrementos de vacas o caballos, pero enseguida llegamos a unas tapias de piedra y nos damos cuenta que ya estamos en medio de la civilización.
Un giro a la izquierda para evitar unas rocas y nos situamos en una vaguada donde se nota perfectamente un sendero que va hacia la derecha.

Llegamos a una gran explanada, al alto de la Penya Roja. No tiene vértice geodésico. En una acumulación de piedras nos hacemos la foto cimera.


Un par de carrascas se asoman al abismo y un interminable cordal de sierras se abre ante nuestra vista.
Cima de la Penya Roja

Nos acercamos al borde del precipicio para observar bien todo el Valle del Pop que se encuentra a nuestros pies. De frente el perfil montañoso que se recorta en el horizonte, el Cau, el Alt de l'Ample, el Ferrer, el Carrascar de Parcent, Cocoll, el Bernia a sus espaldas.....

Nos encanta esta zona montañosa y verde. Todo un vergel es este enclave del Norte de Alicante, con cultivos de almendros, olivos, vides.... y rodeados de sierras.
Volvemos sobre nuestros pasos para salir de la explanada mirando al frente la próxima montaña a subir, el Tossal Gran, una gran loma herbosa nos separa de su cota máxima.
Pero siempre tenemos tiempo para echar una mirada hacia atrás, y sacar una última foto.

Desde el collado, que separa ambas cimas, podemos intuir un sendero a nuestra izquierda que baja a Xaló. Nosotros nos encaminamos casi rectos y vemos el primer hito, perfecto.


Ya llevamos un rato que si nos giramos vemos que el Peñón de Ifach va emergiendo muy lentamente en el horizonte a cada paso que damos. En este momento luce solo media roca.


La senda con esos tonos rodenos tan acentuados es muy fácil de seguir. Se nota que por esta ladera andan animales y el camino se conserva en buen estado.
Girando a la derecha vamos teniendo imagenes grandiosas del Montgó.
El viraje nos acerca a una peña y aquí debemos girar hacia la izquierda y buscar los hitos de piedra dispersos. Al poco rato ya estamos en la buena senda.
Llegamos a una caseta, recién rehabilitada, y lo que más nos sorprende es que al otro lado del pequeño barranco hay cantidad de abancalamientos, construidos con la técnica de tapias de piedra seca, que se conservan en muy buen estado, y que llegan casi hasta la cumbre. Asombroso.
Era la forma de vivir de nuestros antepasados, trabajando la tierra para sacarle el máximo provecho a cada pequeña parcela.
Vamos tras los hitos, y con ayuda del GPS, hasta llegar a un collado. Aquí el itinerario a seguir va girando un poco a la derecha para a continuación ascender a la segunda cumbre del día, el Tossal Gran, de 591 metros de altitud. 
No habiamos estado nunca. Nos encanta hacer variaciones sobre rutas pateadas pero con el aliciente de algo nuevo como esta cima, o algo que hace años que no visitamos como el resto del PR CV 53.
Cima del Tossal Gran

Hacemos cumbre casi a la vez que unos ruidosos muchachos enfrente hollan el Castell d'Aixa, que desde esta atalaya parece todavía más grande de lo que lo recordábamos.
Las vistas son espectaculares.
Hacia el Norte, vemos la Segaria, sur de Valencia con el Montduber... Al Este, el Montgó, el Peñón de Ifach y toda la costa alicantina. Al Sur, el Cau, el Alt de l'Ample, Sierra Ferrer, Carrascal de Parcent, Cocoll, Alfaro.., detrás Bernia y el Puig Campana. Al Oeste, todo el cordal de los Montes de Beniquasi, Castell d'Aixa, el Cavall Verd, la Solana, la Sierra de Migdia, la cabecera del Vall de Pop y todo el valle de Laguar.
Dudamos si comer en este paraje o no y al fin decidimos que mej
or ir al Castell d'Aixa.
Nos dirigimos hacia la izquierda por una loma herbosa en dirección a las Penyes del Gades y en medio de ambas tenemos el sencillo sendero, casi cerrado por la espesura de brezos, romeros, aliagas...
Una parada para observar el perfil rocoso de la peña en la que hemos estado situados y una mirada a todo el barranco de la Font d'Aixa o de la Fontdacha. A su derecha se ven los espolones rocosos de les Penyes Blanques.
El vericueto agreste por el que nos internamos apenas tiene unos metros que nos llevan a un camino paralelo, un poco más alto que el PR CV 53, que sube desde la Font d'Aixa por les Penyes Blanques.
Una vez que hemos enlazado con la senda, giramos a la izquierda para ascender suavemente hasta el Collado de Jalón o Xaló, que separa el Tossal Gran y Penyes del Gades con el Castell d'Aixa.







Caminando hacia el collado de Xalò.
Ya vemos de frente el Castell, enorme, hemos descendido muchos metros y ahora comentamos la pereza que nos da volver a subir. Parece pequeño, pero esta cuesta ya la tenemos andada y sabemos que es mas larga de lo que parece.
En esta vaguada se sitúa una bifurcación. Si vamos hacia la izquierda, casi rectos, llegaríamos a Xaló. Si vamos por la misma izquierda y después giramos a la derecha, bordeando la falda del Castell d'Aixa, llegaríamos a la Font de la tía Xima. Nosotros nos dirigimos rectos para afrontar el último repecho que nos separa de nuestro almuerzo, coca de morcilla con cebolla comprada en Xaló. Una exquisitez.
Con esos pensamientos vamos remontando la exigente cuesta para situarnos a una altura desde la que apreciamos el Tossal Gran a nuestra espalda, pedregoso, a pesar de la facilidad con la que lo hemos recorrido tanto para subir como para bajar de él.
Y después de varios zigzags y superar varias tapias de los abancalamientos ya tenemos enfrente el vértice geodésico. No se que tienen pero nos encanta que haya un signo que nos marque cual es la cima principal de una sierra. Si estuviera el nombre y altura ya sería perfecto.
Nos sentamos lo primero a reponer líquidos y a comer, estamos hambrientos.
Después las fotos de cima hacia todos los puntos cardinales.
Cima del Castell d´Aixa.
En el Castell d'Aixa, a 607 msnm, hemos estado multitud de veces, se puede subir desde la carretera que une Llíber con Gata de Gorgos, desde Pedreguer, desde Xaló, o desde Llíber. Son preciosas sus vistas a este oasis todo el año, pero en especial en primavera cuando hay una gran variedad de flores, sobre todo por la umbría de la cara Norte. 
A la espalda tenemos la cabecera del valle del Pop con el Carrascal de Parcent y el Cocoll en la parte izquierda y el Cavall Verd o Penya Roig a su derecha marcando los margenes. Al fondo, cerrando, se ve la sierra de Alfaro y la Solana.










Partimos hacia el fondo de la pequeña meseta, de frente al Montgó. Cuando llegamos a su orilla vemos el peñón el castell d'Ocaive y los pocos restos de las murallas y torreones que se mantienen en pie.
El sendero describe un giro brusco a la derecha y serpenteando nos descabalga de su cima. Las vistas a  los Montes de Beniquasi son impresionantes. Se agradece que el camino está muy bien señalizado con marcas blanca/amarilla.
Llegamos a una bifurcación, en medio hay un pouet con agua y dos calderos con agua a su lado.
Nosotros proseguimos hacia la derecha.
L

as inmensas vistas, algo tamizadas con la persistente neblina, nos muestran en primer plano las cresteras de la Muntanya Gran y el pico del Tossal de la Llosa.

Por medio de un sendero en el que hay que caminar en fila india, por su estrechez, llegamos a un nuevo cruce. Hay dos ramales, en ambas direcciones tienen pintura blanca/amarilla del PR CV 53. Aon variantes de la misma ruta. El ramal de la izquierda nos llevaría por la zona central de la sierra del Castell de la Solana hasta el Tossal de la Llosa y a Pedreguer. Nosotros tomamos el sendero de la derecha.
El primer trecho caminamos deprisa porque es
 un un trazado de tierra casi en llano, pero enseguida se convierte en una vereda empinada, con piedra suelta y puntiaguda que nos hace poner más atención a donde pisamos y lo debemos hacer con más precaución.
Vamos rodeando el Castell d'Aixa,  poco a poco,  y cuando nos colocamos en su cara Este vemos la muralla pétrea, infranqueable, difícil de descender si no es con cuerdas y arneses. 
Si venían los cristianos a invadirles desde esta vertiente les sería difícil el asalto.
Se ve el contrafuerte rocoso que protege a la cima del Castell d'Aixa de posibles invasores.
Enfrente intentamos ver el sendero que nos permitirá subir a les Penyes Altes por la otra vertiente del barranco, pero no es visible.

Entramos de lleno en el barranco de la Font d'Aixa o de la Fontdacha y entre la espesura de la vegetación que nos rodea vemos a lo lejos los restos de una casa de campo. 
Después de un rato pasamos por su lateral y empezamos a observar manchas de sangre en el suelo. Qué raro que hayan llegado hasta aquí los cazadores, tan lejos de los caminos, y se hayan visto obligado a llevar la presa arrastrando. Pensamos que quizá hayan estado de caza este fin de semana inundando de ruido de tiros de escopeta y ladridos de perros toda esta rambla y las sierras que nos rodean. Menos mal que no vinimos.
Continuamos por la orillla derecha de la rambla entre matorral bajo de brezos con tonos granates y con cantidad de arbustos verdes que dan un precioso contraste al paisaje que nos rodea.
En poco tiempo debemos cruzar el cauce seco y nos acercamos hasta otra casa semiderruida. Está situada en un enclave especial, al resguardo del Tossal de la Llosa, con vistas a los dos picos más altos, del Tossal Gran y Castell d'Aixa. En los aledaños de la caseta hay unos enormes chopos que dan un color otoñal a la rambla.  


Una vez que hemos observado el paisaje de lo recorrido hasta el momento, y del entorno que nos rodea, continuamos. Vamos un momento por la orilla izquierda del barranco y enseguida debemos volver cruzar el cauce seco del río d'Aixa. 
Un pequeño tramo sin ninguna dificultad hasta tropezar con los restos de una casa en ruinas que bordeamos para llegar a la confluencia que buscamos. El poste indicador del PR CV 53 nos informa de que venimos del Castell d'Aixa por el Llibre. A la derech, podemos ir hacia el Castell d'Aixa por les Penyes Blanques. Y a la izquierda, a la Font d'Aixa.Vamos a dirigirnos primero por la izquierda para visitar la fuente y bassa.

En el mismo cruce hay una pequeña poza de agua en el río.
Caminamos deprisa, en suave descenso por un precioso y angosto sendero con tapias de piedra seca en su lateral.
En pocos minutos estamos en la explanada donde está situada la Bassa y la Font d'Aixa. Conforme nos vamos acercando se oye el murmullo del río a nuestra derecha, que se pierde entre el bosque de juncos. Y al lado de la bassa existe un enorme charco de agua.
Bassa de la Font d´Aixa.
Pero cuando llegamos a su lado es una desilusión ver el estado en que se encuentra la pequeña balsa. Está parcialmente llena y cubierta de unas babas que no permiten ver los reflejos que siempre hemos visto en su superficie.
Todo apunta a que están canalizando todo y nos están dejando las fuentes sin agua.
Sacamos unas cuantas fotos del entorno, aprovechamos para beber un trago de agua de la botella que traemos y decidimos volver sobre nuestros pasos para regresar a la encrucijada.
Lo mejor conservado es el paraje donde está situada la Font d'Aixa, hay varios chopos y debido al otoño tan extraño todavía no han coloreado sus hojas ni mucho menos las han perdido. 
Pero con una temperatura que te permite comer en camiseta en el mes de diciembre no se puede esperar otra cosa.
Para bajar a disfrutar de la fuente veníamos tapados con los pinos, los matorrales y sin vistas abiertas. Pero el camino contrario está adornado con el espolón rocoso de les Penyes Blanques y, en poco tiempo, la cima del Castell d'Aixa.
En suave ascenso vamos mirando si hay otra salida, a nuestra izquierda,  hacia Llíber, una vez la buscamos, pero la cantidad de maleza no nos dejó pasar. Hoy no la vemos. 

En el enlace tomamos hacia nuestra izquierda para encontrar muy pronto una exigente cuesta. Y más que el desnivel es el calor que invade el barranco el que nos hacer resoplar. Arriba.
Primero atravesamos un paso que parece excavado en la roca para permitir el paso de carretas y enseguida se convierte en un sendero estrecho y serpenteante que sube sin piedad entre matorral bajo.

Una paraeta para visitar las ruinas de una casa de labor con unas vistas espectaculares al barranco y a las peñas que nos circundan.
Y adelante. Enseguida nos colocamos debajo de los farallones rocosos de les Penyes Blanques. Miramos hacia arriba, pero desde esta perspectiva no podemos ver el paso con el que ya estamos soñando. Hacia el otro lateral del barranco d'Aixa o de la Fontdacha no podemos ver tampoco la huella del vericueto por el que hemos descendido. Está oculto entre la maleza.

Y por fin, con un último esfuerzo, nos situamos debajo de las peñas. A la izquierda queda una especie de sester para refugio de animales que parece haberse formado de forma natural.
Un momento para disfrutar del rincón y proseguimos pasando por debajo de la roca extraplomada para, a continuación, subir por la roca, como si de una escalera se tratara. Muy sencillo de superar.
Esta nos lleva hasta un angosto paso entre varias enormes piedras, que pasamos sin ningún problema. Muy recomendable visitar este enclave, a pesar de que hemos estado varias veces es un placer volver a traspasarlo.
Después de franquear los enormes batientes que hay a ambos lados y sobre la puerta el dintel pedregoso formado con una enorme roca haciendo equilibrios echamos la mirada hacia atrás para contemplar con más detenimiento el paso. 


Espectacular.
Solo por pasar por un rincón tan grandioso como este merece la pena hacer esta excursión. Nos deja sin palabras.
En el otro margen del paso el tono de los abundantes brezos nos recuerdan que estamos en otoño, sino ni nos habríamos enterado.

El contraste entre los tonos blancos de la piedra y los brezos da un toque de color otoñal a nuestra ruta de hoy.


Una última imagen del Castell d'Aixa y del Tossal Gran. Y nos giramos para buscar el paso.


En el collado, a nuestra izquierda, tenemos un cartel que pone Llíber y las huellas del nacimiento de una ancestral senda que nos da una pista bien clara para saber donde surge el ramal. Nos internamos por el último tramo de la ruta.

En el descenso vamos despidiéndonos del Peñón de Ifach, que ahora se va ocultando a cada paso que avanzamos, y del Montgó, que cuando se escora el sendero hacia el barranco de la Moneda, a la derecha,  se tapa su estampa magnífica. En cambio, descubrimos de nuevo a nuestra derecha la Penya Roja y las siluetas recortadas en el cielo de las peñas que tiene a su espalda, cerrando el Valle del Pop por el Sur.
Aparte de los brezos granates en este descenso encontramos muchas aliagas, que dan un toque amarillo al itinerario.
Y surgen al fondo, en un rincón resguardado, unas tapias de piedra seca que fueron hechas para resguardar un precioso huerto. Todavía se conservan varios almendros.
Pasamos al lado de la casa semiderruida y por el lateral de un pouet, está poco seguro porque el brocal tiene poca altura, han puesto un madero pero bajo y en su interior hay agua. 



Da gusto pasar por estas antiguas casas porque los árboles más grandes siempre se conservan a su lado, tenemos algarrobos y acebuches de un tamaño considerable.
La lástima es que aunque mires en mapas o preguntes en información turística no se saben los nombres de las casas y corrales.





Continuamos la ruta por el ancestral camino de herradura que mantiene sus laterales de tapias de piedra, como hemos visto esta mañana cuando subíamos a la Penya Roja.


En bruscos zigzags va en descenso.

Vemos enfrente de la Penya Roja. Desde aquí nos parece más rocosa y abrupta de lo que la recordábamos. Pero en verdad es sencillo avanzar por su loma, sin ningún peligro.
Perdemos altura muy rapidamente para llegar al Barranco de la Moneda y cruzar el arroyo seco que nos sitúa en la otra orilla. Aquí es donde hemos girado a la mañana para subir a saco a la Penya.
Continuamos por el sendero que nos lleva en un instante hasta una casa de piedra en ruinas, en la falda de la Penya Roja.
Por el estrecho sendero rojizo nos acercamos hasta el río. Al fondo la depuradora.

Volvemos a vadear el río Gorgos o Xaló por mitad de su cauce seco en dirección a la depuradora. 
Vemos de frente la enorme pared roja que da nombre a la Penya y en la cual hay varias vías de escalada. 
Pensamos ir por donde hemos venido pero salen los perros con cara de pocos amigos y decidimos ir casi rectos hasta llegar a la pista de la mañana y en ella giramos a la derecha para buscar una llegada directa hasta el coche.
Casi al lado de donde hemos aparcado, en las primeras casas del pueblo, hay un riurau, que nos detenemos a contemplar. Así deberían haberse construido las urbanizaciones de la zona, para conservar estas tradicionales casas del Valle del Pop.

No hay comentarios:

Publicar un comentario