Machado

"Caminante, son tus huellas el camino y nada más; Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace el camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante no hay camino sino estelas en la mar". Machado.

jueves, 17 de marzo de 2016

PANTANO DE ELCHE-PICO EL MURÓN Y PUENTES DE LOS 4 OJOS Y 5 OJOS.

VESTIGIOS DEL APROVECHAMIENTO DEL AGUA


FICHA TÉCNICA-
Día: 16/3/2016
Participantes: Julián y Lourdes.
Tiempo estimado: 2 horas y media.
Distancia: 11 km.
Dificultad: Media-Baja
PR CV 169
Como llegar: Por el Norte de Elche, en el Pont del Bimilenari,  tomar Camino de los Magros hasta una rotonda. Tomar la primera salida y enseguida un cruce a la izquierda nos lleva al berenador o merendero del pantano de Elche.


ITINERARIO:
Merendero del Pantano de Elche - Pico el Murón - Crestera - Camino del Murón - Cantera de la Sierra Negra - Camino Casa de la Monfortera - Mirador al Puente de los 5 Ojos - Decantador de aljibe - Mirador al Puente de los 4 Ojos - Charca - Pantano de Elche - Presa - Mirador al Pantano - Merendero



El Embalse de Elche es una presa de gravedad con forma de arco en planta, construida en dos tramos aprovechando un promontorio rocoso en su parte media. Fue construido en el siglo XVII sobre el río Vinalopó, entre la Sierra de Elche y la loma del Castellar, en la provincia de Alicante, y está considerada como la primera presa en arco en Europa desde la época de los romanos.

Originalmente fue construida para retener las aguas de las avenidas del río Vinalopó, habituales en las lluvias torrenciales, y aprovechar estas aguas para su uso en regadíos. Han sido estas avenidas las que, a lo largo de la vida de la presa, se han encargado de colmarla de sedimento, disminuyendo la capacidad de retención de agua y obligando a varias limpiezas para recuperar la capacidad.
En 1995 reventó la compuerta reguladora, ocasionando una gran avalancha de fangos que contribuyó a vaciar la presa. En septiembre de 2007 se iniciaron los trabajos de rehabilitación de la presa con el fin de volver a retener agua, para crear más bien un paraje natural tipo marjal, en el que se cree vegetación y fauna. En marzo de 2008 la presa empieza a retener agua tras un periodo de 13 años prácticamente abandonada.
Actualmente está reconocido como Bien de Interés Cultural por parte de la Generalidad Valenciana.



RUTA:
En vez de dar una vuelta por la zona peatonal alrededor del Vinalopó en Elche ciudad, subimos un poco más arriba al lado de la presa del pantano.
Aparcamos en el berenador o merendero del Pantano de Elche. Hay una zona recreativa con varias mesas para pasar un buen día de asueto.
Comenzamos saltándonos una prohibición, es terreno privado, o eso dice un cartel.
Debemos pasar dos obstáculos, primero subir una rampa de tierra y después trepar entre varios pedruscos.
Accedemos a una pista ancha de tierra y enfilamos rectos.
Es una suave pendiente que en poco tiempo nos sitúa al lado de un hito de piedras, a nuestra derecha, por aquí volveremos. 
Enseguida el camino nos regala una visión parcial del pantano de Elche y el agua que tiene, está a rebosar.
Continuamos rectos unos metros hasta llegar a una bifurcación en la cual giramos a la izquierda. 
Ya tenemos una perspectiva del Pico del Murón, una de las rocas que forman la cresta está practicamente hueca.
Es en ascenso, no demasiado exigente, pero pega el sol y después de comer se hace cuesta arriba. Pasan varios coches y un camión con barcas de naranjas. 
Caminamos hasta llegar a una zona de terreno llano, con varios aljibes y casitas de campo, y en este punto debemos abandonar la pista y subir por nuestra derecha a buscar un angosto sendero evidente
Es un atajo que por la loma de la sierra del Murón,  entre espartos,  nos saca de nuevo a retomar  la pista ancha de tierra. 
Nuevo giro a la derecha.
Si miramos a nuestra espalda, tenemos vistas a varias casas de campo con sus aljibes y matorral bajo, apenas unos pocos pinos aislados se ven por el cauce del barranco.
Ya en este punto disfrutamos de una perspectiva distinta de la peña cimera, parece un gorila en medio de la sierra. Justo encima de estas peñas se encuentra el culmen de la sierra del Murón.
A su izquierda quedan restos de una cantera, ahora sin utilizar.

Y en apenas unos metros nos damos cuenta que nos hemos pasado, regresamos por la pista de tierra al cruce y giro a la izquierda para introducirnos en una estrecha senda de montaña. (si hubieramos continuado nos hubiera conducido por la falda de la montaña, por su cara Norte.)
La imagen que vemos de frente, de la cumbre, tiene apariencia de una roca inexpugnable. 
Hacia atrás se abre la vista a Elche, Arenales...y  hasta el mar Mediterráneo.

Avanzando la senda en algunos tramos es una gran laja de piedra y más adelante solo de tierra que nos encarama sin ninguna dificultad a ella. 
Nos deleitamos con unas preciosas vistas a la cabecera del embalse de Elche inundada de juncos y aneas, no se ve la presa ni el agua del pantano que quedan tapados por la peña que hay sobre ellos. Pero en cambio se ven todas las montañas circundantes, al Norte las antenas del Tabayá y como telón de fondo el Cid y el Maigmó. Al Sur la sierra de Crevillente. Al pie los campos de naranjos que decoran el valle.

Son dos peñas enormes, hollamos la que está mas al Este y sacamos las fotos en la del Oeste, no sabemos cual será la más alta. Debajo de la que nos colocamos para la foto hay una enorme oquedad, así que nos apoyamos con cuidado.
Después de las fotos, y beber agua, reemprendemos la marcha por todo el cordal de la sierra del Murón. Una parada para contemplar el otro peñasco, desgajado de la peña,  que parecía el dedo pulgar de la mano de la cima y que desde esta perspectiva está bastante alejado de ella.


Caminamos entre un mar de espartos con rapidez.
Después de una sencilla llanada vemos de frente un pino solitario y dos caminos, uno por encima de él y otro por debajo. 
Y cuando estamos en el collado una señal azul, hay otro camino que surge de la izquierda.
Nos dirigimos por el sendero que va por lo alto del cordal, sobrepasando el pino por encima y nos damos cuenta que nos hemos equivocado, nuestro descenso comenzaba en el collado. Vuelta por el sendero de debajo del pino y con una brusca curva en zigzag encontramos un difuso sendero, que parece muy utilizado Y que nos baja en serpenteantes curvas hasta el pie de la sierra del Murón. 
Cuando salimos del barranco, en el que hay restos de tapias de piedra de antiguos abancalamientos, nos dirigimos a la izquierda por el Camino del Murón que recorre la cara Norte de la sierra por su base. Tenemos una visión pétrea de la cúspide. Y encontramos una valla que nos cierra el paso a un carretil asfaltado. Pensamos que el recorrido seguirá hacia la derecha. Pero nos salimos del trayecto del track. 
Vuelta hasta la valla y buscamos el punto de paso, por su lateral derecho se ve que sube y baja gente, nosotros lo utilizamos para salir al camino embreado.  
Bajamos por él un tramo con vistas a la cantera de la Sierra Negra, a los tuneles y a la obra del Ave que transcurre en medio de este paraje y enseguida debemos girar a la derecha para internarnos en un camino de tierra.La visión que tenemos de toda la sierra nos sirve para ver la cumbre y se distingue el pino solitario en medio de ella, que marca la bajada por el barranco.
Cuando el camino da un gran giro a la izquierda lo abandonamos para internarnos en un bosquete de pinos, los pobres están sin hojas, por no tener no tienen ni procesionaria. Y yendo rectos nos situamos en un mirador en la confluencia de dos barrancos, al Oeste del Puente de los 4 Ojos. Impresionante. A nuestros pies tenemos un barranco por el que hoy hay un regacho de agua, será de la tormenta de ayer. El cañón que ha formado la erosión tiene desde este mirador una altura importante.
Vamos girando hacia la izquierda para atravesar el otro barranco sin dificultades, con grandes piedras, que llega hasta el puente. Por el lateral del peñasco vamos caminando a media ladera hasta llegar a la pista ancha de tierra del Camino de la Casa de la Monfortera. Un cartel indica la ruta que existe entre Aspe y 

el barranco de los Ojos. Sencilla y espectacular.
Nos encaminamos a la derecha y caminamos rápidos. Pero el GPS nos indica que hay un giro a la izquierda, y como sabemos que en esta dirección se encuentra el Puente de los 5 Ojos marchamos contentos para disfrutar de la visión de un nuevo mirador. 

En pocos minutos estamos en el borde y tenemos una vista sobrecogedora del barranco y el Puente de los 5 Ojos que se construyó para salvar el desnivel de la rambla y transportar el agua. Ya lo habíamos visitado en su base, pero desde este mirador es más impactante.
 
Sacamos varias fotos y volvemos sobre nuestros pasos a la pista de tierra, al Camino de la Casa de la Monfortera. Y proseguimos en la dirección que traíamos, Ahora  a la izquierda.
En pocos minutos nos colocamos en una encrucijada. A la vista tenemos unos paneles indicativos del PR CV 169  que viene desde Aspe y rodea el barranco de los Ojos.
A la izquierda vemos el decantador del aljibe y si nos internamos rectos, por el sendero algo difuso, llegamos al Puente de los 5 Ojos, a sus pies. 
Si continuamos por la pista de tierra, ésta da un rodeo, y vuelve por el otro lateral del barranco a la partida de la Temerosa y desde ella a Aspe. 
También se puede ir recto hacia el único puente que cruza el embalse del Vinalopó, entre juncos,  y situarnos en su otra orilla.
Nos encaminamos a la derecha, a ver el Puente de los 4 Ojos. Nos acercamos a su mirador Este para volver a admirarlo. El sol nos da de frente, pero la visión vuelve a ser fascinante. Una parada para beber agua y en marcha.








Tomamos la pista de tierra que nos lleva por el lateral del pantano de Elche a buscar el camino de regreso.
La temperatura va decayendo y se hace más agradable el paseo
La pista ancha, en algunos momentos asfaltada, nos hace esforzarnos en unas exigentes rampas. En una bajada observamos a nuestro lado una charca de agua y salen huyendo las aves que hay en ella.
Pero cuando nos callamos vuelven a posarse en el agua.

Nos desviamos a la izquierda y sorteamos una valla que cierra el paso caminando entre un campo de naranjos. Estan con fruta y flor a la vez, igual que los madroños.
A pesar de la zona tan árida en la que nos encontramos, el agua obra milagros convirtiendo el valle en un vergel de naranjos y preciosas flores surgen en los ribazos.
Vamos serpenteando entre los arboles frutales y nos extrañamos de la cantidad de naranjas que hay sin recoger.
Desde el lateral de la finca llegamos al camino que está inundado y debemos salvar por la derecha y ya este nos lleva al lado del embalse con agua. Los densos carrizos han quedado detrás, en la cabecera y ahora estamos en el pantano y la presa que estanca el agua.
Hacemos la parada de merienda. Contemplando los patos, que se encuentran a una distancia lejana de nosotros, reponemos fuerzas y aprovechamos para descansar unos minutos.
Retomamos el camino, por el borde del pantano para llegar hasta a la presa.
Cruzamos un resalte para llegar a una especie de isla y situarnos al lado de la cascada.



Volvemos de nuevo al camino y de frente tenemos un puente, vestigio de la conducción de agua.
Desde él podríamos ir a la derecha para llegar a engarzar con la pista de regreso al merendero, pero en su lugar vamos a la izquierda.
Atravesamos un palmeral destrozado, es la imagen del desastre después de un bombardeo.
Y cuando cogemos cierta distancia podemos contemplar la presa y la caída de agua.
Hacia adelante vemos otro puente que une las dos vertientes del barranco. Son parte de las infraestructuras, que recuerdan el trabajo de construcción de numerosos acueductos, para salvar los obstáculos naturales y poder distribuir la escasa agua a todos los rincones.
Pero no llegamos hasta él. Aquí realizamos un giro brusco a la derecha para "trepar" por la loma de la peña. En algún tramo es una gran laja de piedra, pero no resbala, eso facilita la subida.
Tiene un buen repecho, pero el esfuerzo merece mucho la pena.
La mejor visión del embalse de Elche se consigue en su alto. 
Desde esta óptica se puede uno deleitar con la estampa completa del embalse. Con las modestas sierras del Castellar, Tabayá (403 msnm)..que la rodean y al fondo surge la sierra del Cid.
Bonita imagen para cerrar una excursión de pocos kilómetros, pero que nos ha permitido conocer el Pico el Murón que no habíamos hollado y visitar los vestigios de la canalización de aguas de Aspe a Elche.

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