Machado

"Caminante, son tus huellas el camino y nada más; Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace el camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante no hay camino sino estelas en la mar". Machado.

miércoles, 17 de agosto de 2016

6ª ETAPA ALPES- DEL RIFUGIO ELENA AL RELAIS D'ARPETTE POR EL GRAND COL FERRET

TMB- 6 TOUR DU MONT-BLANC


(5ª ETAPA)                                                                                                 (7ª ETAPA)

FICHA TÉCNICA-
Día: 17/08/2016
Participantes: Pedro, Nacho, Julián y Lourdes.
Tiempo estimado: 9 horas y media.
Distancia: 30 km.
Dificultad: Media-alta. Por su continuo desnivel y su kilometraje.
Wikiloc: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=14674941

ITINERARIO: 17 de agosto
Rifugio Elena (2.062) - Grand Col Ferret (2.537) - La Peule (2.071) - Ferret (1.700) - Chemin du Bouquetin - Chemin des Cols Alpins - La Fouly (1.610) - Prayon - Praz de Fort (1.151) - Issert (1.055) - Sentier des Champignons - Rute de la Piscine - Champex (1.477) - Lago de Champex - Chemin d'Arpette - Relais d'Arpette (1.642)
Refugio de Relais d'Arpette: http://www.arpette.ch/

RUTA:

Dejamos el Rifugio Elena y ante nosotros, como casi siempre, un comienzo de la etapa con una subida: el Grand Col Ferret. Es nuestro primer objetivo, paso natural a Suiza, y la frontera entre Francia, Italia y Suiza (aunque la frontera física entre los tres paises está un poco más a la izquierda y la marca el Mont Dolent de 3.823 m.). 
Lo primero que nos deleita la vista es el glaciar de Pré de Bar y el rincón tan especial en que se encuentra este refugio de montaña. Inolvidable.

Vamos ganando altura en grandes zig zags que remontan la loma de la montaña. Al principio, vemos, y más tarde, tan solo oímos el rugido de la catarata que tenemos a nuestra derecha.













Conforme ascendemos se abren las vistas a todo el valle Ferret e incluso al de Veny. Si miramos atrás, de donde venimos, como ahora conocemos los puntos de referencia, podemos ver la Testa Bernarda y las Pirámides Calcaires. Al fondo parece que se distingue el Col de la Seigne. Todo lo que llevamos pateado hasta el momento. A nuestras espaldas, el Mont Dolent, que con sus casi 4.000 metros de altura, destaca entre todas la cordillera del Mont Blanc. 
Se llega sin demasiado esfuerzo al Grand col du Ferret (2.537 m.) 

En este collado también hay una tabla de orientación. Y a partir de aquí, cambia el paisaje. Los pastos verdes, ondulados, inmensos, las suaves colinas suizas, sus vacas, sus pastos... hacen su aparición. Solo nos falta Heidi y Pedro corriendo por sus laderas.
Empieza una larga y continua bajada.
 

Después de varios kilómetros llegamos al refugio de la Peule, en el cual hacemos una parada para tomar una infusión y disfrutar del entorno. Al lado del refugio hay un par de carpas con puertas que parecen traídas de Mongolia, de los programas de televisión en los cuales hemos visto como viven en medio de la estepa siberiana. Curioso.
Después del reposo del guerrero, toca volver al trabajo. La bajada es a saco. Sin parar vamos descendiendo hasta el valle y haciendo varios cruces. Caminamos en dirección Norte.
Como en casi todas las etapas, se ve mucha gente yendo y viniendo, en algunos momentos parece una romería. 
























En  nuestro avance vamos viendo a la izquierda las afiladas cimas del Noreste del macizo del Mont Blanc. Su máximo exponente en este tramo es el Mont Dolent y el glaciar del mismo nombre que cae hacia el valle suizo, que contrasta con las suaves laderas herbosas de las colinas que se sitúan en el lado opuesto, a la derecha.
Al fondo del valle se distinguen las casitas del pueblo de Ferret. Nosotros no pasamos por él, vamos por la otra orilla del río, sin atravesarlo.

Cruzamos varios pequeños puentes y dejamos a la izquierda el refugio de La Lechère, tal como marca el GR oficial y las indicaciones que encontramos en los postes. Proseguimos sin perder detalle de los paisajes que nos rodean.







       










Debemos hacer varios cruces sin prestar mucha atención, ya que el guía nos va diciendo cuando debemos girar. Nuestro interés se centra en los paisajes. Atravesando un gran y último puente, varias praderas o alpages con enormes y bien alimentadas vacas hasta llegar al pueblo de la Fouly, a 1.610 m . 
En la Fouly, el pueblo más grande de esta zona, en el cantón de Orsieres, hay tienda para comprar provisiones. Aprovechamos a tomar una cerveza y descansar. A nuestra izquierda vista panorámica sobre el glaciar de L'a Neuve, inmenso.
Vamos a tomar un autobús que nos evitará casi 9 kilómetros en la ruta de hoy, de lo contrario, el día si no se hace un poco largo.
Se necesitan francos suizos (que hemos cambiado previamente en el aeropuerto de Ginebra) para coger el autobús que nos llevará por Prayon, Praz de Fort a Issert. 
En este pueblo nos bajamos. Nos colocamos de nuevo la mochila y enseguida nos internamos en el bosque. 
Por el "Sentier des champignons" caminamos parando a cada momento para ver em cada recodo, una original escultura de madera que jalona el itinerario marcado, un cartel indicando el tipo de seta que se puede encontrar en este bosque. Vemos un cartel de la seta de pie azul. Esa lo conocemos. Hemos visto alguna seta en este Tour, algún hongo, pero desconocemos su nombre.
El recorrido es muy entretenido, sirve para educar e informar sobre las especies animales que hay en este rincón suizo.
Al ver un bonito mirador, con espectaculares vistas, hacemos la parada de mediodía.
























Y mientras estamos comiendo contemplamos el panorama, el pueblo de Orsieres en el valle y las montañas que lo rodean. En poco tiempo se presentan en la fuente, que está a nuestras espaldas, un grupo de ciclistas que bajan, otra reata de burros de carga que sube, y varios turistas asiáticos, no nos dejan ni dormir la siesta. Parece la Gran Vía madrileña.

Reemprendemos la marcha. El bosque de coníferas tiene múltiples marcas amarillas señalando la dirección del Tour de Mont Blanc y sin darnos cuenta salimos a una carretera asfaltada que nos lleva al núcleo de población de Champex-Lac (1.466 m.). 
Nos situamos en medio de un bonito pueblo vacacional suizo. Vamos callejeando siguiendo los postes indicadores del MTB y con varios cruces llegamos al precioso lago en el cual se pueden dar paseos en barquitas. Cuando nos encontramos admirando el paisaje comienzan a caer unas gotas, pensamos que no será nada pero de frente tenemos unos nubarrones negros. 
Parada de emergencia, la tormenta arrecia y cae un buen chaparrón. Aprovecharemos para tomar un helado.
Y otra de las alternativas en el TMB. En Champex  se puede tomar la ruta Bovina, hace un recorrido más amplio, con menos pendientes y abriéndose pasa por el Col de la Forclaz,  pero nos perderíamos el paso de la Fenêtre d'Arpette y del Glacier du Trient.
Nosotros tomaremos esta segunda variante por el valle  d'Arpette. Creemos que la previsión del tiempo para mañana es aceptable y merece la pena disfrutar de un día más montañero, con grandes losas de piedras por el camino.
Y encontramos carteles de la UTMB. No falta nada para que comience la fiesta.



Después de esperar un rato parece que escampa, salimos a la calle y nos ponemos los chubasqueros. Siguen cayendo unas gotas, no  sabemos si volverá de llover y preferimos ir preparados.









El final del trayecto de hoy es por carretil asfaltado. Sube ligeramente para abandonar el pueblo y vuelve a adentrarnos en el bosque de coníferas. Huele  a hierba y a tierra mojadas.
Debemos hacer un giro brusco a la derecha para seguir el cartel que marca sin lugar a dudas nuestro refugio. Abandonamos el asfalto y se convierte en una senda de tierra.


Avanzamos por el Chemin d'Arpette. Enseguida pasa por debajo de los cables de un teleférico y después nos lleva por el borde de un arroyo. 
Al principio caminamos deprisa por si la tormenta arrecia, pero ante la poca entidad de esta y la belleza que nos rodean ralentizamos en paso y vamos disfrutando del rincón.
Una última bifurcación a la izquierda nos conduce hasta la orilla de una gran cascada, cruzamos un puente y oímos el rugido de la catarata en su precipitada caída, casi se sale del cauce.

Nos imaginamos que en las cumbres de los Alpes estará lloviendo más cantidad y esto ha acrecentado el caudal del río.
Hacemos paradas para sacar fotos y contemplar esta sucesión de salvajes cascadas. 
Y sin prisa vamos llegando a nuestro próximo alojamiento. Una preciosa casa de madera, típica de los Alpes, que hoy se sitúa en Suiza.
Llegamos al Relais d'Arpette (1.642 m.). Es un refugio muy bien equipado y muy agradable. 
A pesar de que hay mucha gente, nos duchamos muy rápidos y organizamos todos nuestros efectos personales para pasar una noche en una habitación para nosotros solos.
La cena buenísima, incluso se puede elegir una fondué de queso. 
Y las vistas a la etapa que nos espera mañana son para enmarcar.


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