Machado

"Caminante, son tus huellas el camino y nada más; Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace el camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante no hay camino sino estelas en la mar". Machado.

Irlanda


ÉIRE, LA ISLA ESMERALDA

Información de Irlanda.













1º DIA- 2 DE AGOSTO. DUBLIN O BAILE ÁTHA CLIATH

Con la excusa de ir a buscar a nuestro hijo nos disponemos a visitar Irlanda.
Salimos de Santander y el vuelo en sí es una maravilla, ver las costas francesas, inglesas e irlandesa desde el aire.
El aterrizaje sobre las 6 de la tarde nos da una gran alegría, la temperatura sobre 20º, de lujo. Con el calor que hemos sufrido este verano en España.




Cogemos el autobús número 16 y con ayuda de una muchacha de Aranda de Duero llegamos al hotel, dejamos las maletas y emprendemos el viaje a Dublín. Tenemos el autobús que nos lleva al centro de la ciudad enfrente de la puerta.

Nuestros conocimientos de inglés son reducidos, pero suficientes para conseguir un plano y pasear por el Spire, las diferentes edificaciones del Trinity College, el Castillo y las iglesias. Todo cerrado, pero nos da una idea general de los lugares a visitar mañana.
Lo más impresionante es el ambiente por las calles en la zona de Temple Bar. Música, mucha gente, flores.
No nos atrevemos a pedir cerveza, pero una conversación con la familia para decirles que hemos llegado bien y Nieves nos dice que se pide: "half pint beer" o "half lager". Mañana será otro día.


2º DÍA- 3 DE AGOSTO. DUBLIN

Algo muy extraño cuando estas tan al norte de Europa es que amanece hacia las 5 de la mañana y no usan persianas. Madrugamos, desayunamos y a ver Dublín.
Cogemos el autobús y cae un ligero chirimiri, la gente no lleva chubasqueros, saben que para enseguida.

Librería del Trinity College.

Por la calle principal, O'Connell Street, nos dirigimos desde el Spire a ver el Custom House, edificio necoclásico del siglo XVIII, con un pórtico de estilo dorico, que funcionaba como aduana en el puerto de Dublín, se encuentra en las orillas del rio Liffey. Hoy esta el Ministerio de Medio Ambiente. Lo primero que queremos visitar es la Librería del Trinity College y el Libro de Kells. Muy recomendable, no se permite hacer fotos, pero es impresionante ver las hileras de libros situados en las antiguas estanterías de madera, con unas estrechas escaleras para subir hasta el techo a consultar los textos.
Más tarde nos dirigimos hacia el Castillo y allí tienen visita guiada, en  inglés en ese momento,  para recorrer las diferentes estancias reales, que debido a un incendio han sido restauradas. Lo más impresionante es su capilla real. Detrás hay un jardín en forma de laberinto y esta repleto de excursiones de españoles. ¿¿Que crisis.!!!













Vamos a continuación a ver la Catedral protestante de Christ Church, su estilo medieval y su cripta del siglo XII son destacables. Por la Nicholas Street se baja a la Catedral de San Patricio donde se encuentra la placa mortuoria dedicada a Jonathan Swift, y en el coro hay estandartes guerreros que le da a la iglesia una fisonomía diferente, espectacular. En este momento un coro está ensayando, maravillosas voces, angelicales.













Vemos sus jardines y rehacemos el camino volviendo hasta el pasadizo entre la Christ Church y Dublinia, bajamos por la calle hasta llegar al rio Liffey. 
Vemos el edificio Four Courts y buscamos un sitio donde comer por la orilla norte de río, pero no nos gusta ninguno,  así que volvemos  a cruzar el Liffey y nos  situamos en una taberna irlandesa donde pedimos comida típica.

 Grafton Street. Con Santa Ana al fondo.

Después de un merecido descanso nos vamos hacia la calle más concurrida de la ciudad: Grafton Street, tiene un ambiente formidable, con decenas de músicos, guitarristas, flautistas...y hasta un grupo de rancheras. Desde aquí vamos a visitar la Galería Nacional de Irlanda, es pequeña y tiene alguna obra de Velázquez, Rembrandt e incluso de Picasso.
Cierran, asombroso, hasta las 10 no anochece pero para las 5 de la tarde se cierran los museos. Nos dirigimos a pasear por Sant Stephens Green, precioso parque en el centro de la ciudad. Cotilleo, vemos a Boris Izagirre con un joven de buen ver, intentamos sacar una foto, pero no se le ve bien. Los arboles y las flores lo inundan todo, es un placer dar una vuelta por sus jardines.
Volvemos de nuevo a la zona del Temple Bar y cenamos, nuestro inglés mejora por minutos. Ya estamos preparados para pedir una cerveza. Entramos en un pub con buena música y pedimos half pint y ...sorpresa ni se dan cuenta de que no sabemos su idioma, la moneda es la misma, en euros.
Estamos un buen rato oyendo cantar y viendo a grupos de gente beber pintas, los ojos los delatan,  llevan ya demasiadas. No me extraña, hemos pedido cerveza negra y está buenísima. Casi es sólida.
Salimos a la calle y de nuevo está el grupo del flautista, ¡¡que  artistazo.!!
Buscamos un nuevo pub con música y nos volvemos a situar al lado del cantante, que ambiente, hasta nos pone en la televisión la letra del estribillo, pues a cantar...  en inglés claro.
Son las diez y debemos volver al hotel.
Ya no volvemos a Dublin, nos ha encantado su ambiente musical, sus calles están llenas de flores, sobre todo los pub. Una bonita y acogedora ciudad a donde recomiendo ir.


3º DÍA- 4 DE AGOSTO. CLONMACNOISE-ATHENRY-GALWAY-ORANMORE

Clonmacnoise

Hoy es el día  para  cruzar la isla de este a oeste. Hemos quedado con Diego para recoger el coche de alquiler. Que difícil conducir. La salida hacia Galway la tomamos mal y vamos por la carretera vieja del aeropuerto, sin apenas tráfico, pero  le sirve a Julián como entrenamiento. Al pobrecito le costará todo el día coger el truco a la conducción por la izquierda, ¡¡que valiente.!!

Regresamos y tomamos bien la M 50, y  la salida hacia Galway por la autopista. A medio camino, tomamos la bifurcación para la izquierda hacia el monasterio de Clonmacnoise y la dificultad aumenta por las carreteras tan estrechas, en mitad del campo y con túneles de arbustos y hierbas, pero llegamos sanos y salvos al aparcamiento del monasterio. Uno de los lugares más sagrados en Irlanda es Clonmacnoise, en los condados Offaly y Laios. Fue fundado en 548 por San Ciarán en un cruce estratégico del río Shannon. Durante épocas medievales se desarrolló en un sitio de enseñanza, reconocido por reyes.  Las estelas del exterior son réplicas de las preciosas piedras talladas, en forma de la típica  cruz irlandesa, que se encuentran en el museo, bajo la protección del techo. Visita obligada a estas maravillosas ruinas  al lado del rio Shannon y como todas sus edificaciones religiosas, al lado un cementerio.
Vuelta al coche y decidimos ir al monasterio de Athenry
, pero nos despistamos y llegamos al monasterio de Esker, el edificio no tiene mucho interés, pero los alrededores son impresionantes, con unos hayedos enormes y todo verde. Cae una ligera llovizna.













Volvemos a Athenry y comemos en un pub. Visitamos su castillo, o único torreón que se mantiene en pie, y restos de otras torres y vamos a ver el monasterio, está cerrado, pero sus ruinas rodeadas del cementerio son espectaculares.
Nuestra última visita del día es Galway, es sábado y la gente va vestida como para una boda, pero nos enteramos por otros turistas españoles que es lo normal vestirse de gala los festivos, los hombres de traje y las mujeres más cortas y escotadas que en España..... tiene mérito no hace la misma temperatura.
   La ciudad es encantadora, atravesada por el río Friars y a orillas del Atlántico, hay agua y paseos al lado del río y del mar preciosos. 
Galway fue destino  habitual de barcos españoles en los siglos XV y XVI, en el antiguo muelle aún se conservan Arcos españoles, justo delante el Spanish Parade. Galway conserva  su vocación de puerto español, robándole los versos a José Agustín Goytisolo-  "el deseo de ser capital de los mares, albergue de extranjeros y patria de los valientes". Como acostumbramos acabamos el día  bebiendo cerveza negra en un pub, entre el bullicio y la música.





4º DIA- 5 DE AGOSTO. KINVARRA-DOOLIN- ACANTILADOS DE MOHER- ENNIS- LIMERICK

Hoy vamos a ir al cenit de nuestra escapada: a los acantilados de Moher.
Salimos del B&B que hemos alquilado en Oranmore, al lado de Galway, después el desayuno irlandés y nos dirigimos hacia Kinvara,  pueblecito muy recomendado, con el castillo normando de Dunguaire en su entrada, que se encuentra en perfectas condiciones, pero está cerrado a las visitas. Situado en uno de los brazos de  la bahía de Galway,  tiene una planta espectacular. Visitamos el pueblecito y seguimos nuestra ruta, con paradas de vez en cuando, que aprovechamos para ver cosas y que nos adelanten los pesados que vienen detrás. Algo muy curioso tienen unas estrechas carreteras con límites de velocidad de 100 km/h ¿Están locos??? Si lo justo se puede circular a 50.
El paisaje es espectacular, al lado de los acantilados, viendo las lenguas de mar adentrandose en la  tierra. En un momento determinado nos desviamos hacia el interior y vemos lagos, campos verdes con vacas, ovejas, caballos...  todo muy verde, donde hay tapias a los lados de la carretera que todavía dificultan más la conducción. 
Hasta que tomamos el desvío a la derecha al pueblo de Doolin. Más que pueblo son casas dispersas en medio del verdor, campos de golf, caballos, vacas y los acantilados de Moher vistos desde el  norte. Impresionantes. Hay barcos que van hasta las islas Aran y otros que dan una vuelta alrededor de los acantilados, nos animamos a este último pero debido a la marea baja no salen hasta la tarde. Da igual, contemplamos los inmensos precipicios con unas caídas de 200 m. desde aquí. Vemos un delfín que sigue a una barcaza que va y viene desde el puerto a llevar pasajeros al barco que va hacia las Aran.
Aquí decidimos comer unos bocadillos que llevamos en las mochilas y a disfrutar del paisaje, paseamos entre puzzles de rocas, que con la marea alta estarán cubiertos de agua. Compramos unos cafés y nos dirigimos a la parte alta de los acantilados de Moher.
En diez minutos llegamos a un aparcamiento (recomendable entrar sólo el conductor, porque cobran por persona que va en el  coche y luego no piden tiques).
Desde la entrada de acceso se contempla una panorámica increíble de los cortados de roca que caen vertiginosamente al mar. Se llaman en irlandés Aillte an Mhothair: Los acantilados de la ruina.  Estamos rodeados de españoles, sobre todo estudiantes. A nuestro lado tenemos la torre de O'Brien,  luego la visitaremos, ahora nos dirigimos hacia la torre del sur. Vamos avanzando por toda la cornisa hasta un mirador donde se indica que es buen sitio para ver frailecillos, pero no se ven.
Aparte hay otros pájaros que anidan en la zona: el arao común, el alca torda, el fulmarus, fratérculas y la gaviota rissa. Vamos oyendo el rugido del oleaje y las diversas aves que habitan en este asombroso paraje. Y respirando la brisa
fresca del Atlántico. 
Existen unos carteles prohibiendo el paso, pero mucha gente salta la pequeña tapia y sigue avanzando por el sendero evidente. (habíamos leído que no hay peligro y por eso continuamos)
.
Donde hay tramos que nos parecen un poco expuestos, a ratos vamos por dentro de la tapia de losas que nos separan del precipicio, andamos al lado de unas vacas que pacen tranquilamente. Avanzamos sin prisa y sin parar de hacer fotos hasta la otra torre que cierra los acantilados, su interior está  en ruinas, es el  mirador llamado South Platform. Se tarda un poco más de 1 hora en  llegar a él. Y desde aquí vemos que hay gente que accede por esta parte del barranco.
Descansamos y regresamos, hay menos gente y ya más seguros vamos en todo momento por fuera, por el sendero, eso sí cerca de la valla de piedras. Espectacular. Las dos islas rocosas que se pueden contemplar son las Great Raven y Little Raven, que aparecen al lado del desfiladero bañadas por el océano Atlántico. En el horizonte se distinguen las islas Aran. Temperatura muy agradable para pasear.
Desde aquí nos dirigimos al pueblo de Ennis. Precioso. Pero como son las 7 de la tarde está todo cerrado, sus iglesias, su monasterio.  Lo recorremos y  cenamos en un italiano.
Salimos dirección a Limerick, pasamos al lado del castillo de Bunratty pero ya es tarde,  así que lo vemos desde la carretera y nos vamos al hotel Jurys Inn. Vamos a tomar algo y preguntamos por un pub con música irlandesa y nos envían a uno estadounidense, si, hasta nosotros notamos la diferencia. Entramos a otro y es una bajera con música demasiado alta, eso si la cerveza exquisita. Mañana será otro día.





5ºDÍA. 6DEAGOSTO.LIMERICK.ADARE.PARQUENACIONAL KILLARNEY -CASCADA DE TORC-CASTILLO DE ROSS.

Comenzamos el día con un superdesayuno irlandés. Lourdes ha estado paseando esta mañana por el pueblo de Limerick y nos guía hasta la catedral de Saint Mary, impresionante iglesia de época medieval. Después a King John's Castle, donde se pueden visitar sus torres y sus interminables salas de exposiciones que explican el funcionamiento y la importancia del Castillo y la historia del rey John que nunca llegó a reinar.
Cruzamos el Thomond Bridge, sobre el río Shanon, para ver otra perspectiva del Castillo y la Catedral desde la otra orilla y encontramos con un grupo de turistas visitando la piedra del Tratado, donde se firmó la paz entre ingleses e irlandeses después de la batalla del Boyne.

  

Nos despedimos de esta preciosa ciudad y vamos en dirección a Adare. Un par de kilómetros antes de llegar al pueblo paramos en una impresionante iglesia St. Nicholas y frente a ella hay unas ruinas de un  monasterio franciscano. Todo esto está situado en la ribera del río Maigue donde  hay un espectacular paseo que merece la pena recorrer sin prisas.
Volvemos a parar en el centro del pueblo de Adare. Imprescindible. Aparcamos, Julián lo deja donde le resulta más fácil, a la izquierda y en un sitio que cabe un autobús. Al lado tenemos unas cottages típicas con tejado de paja. Vemos un matrimonio de Cartagena y les preguntamos donde está el castillo, no lo tienen muy claro.


Cottages


Paramos a almorzar unas fresas que hemos comprado a unos agricultores que estaban en el arcen de la carretera (no tienen mucho sabor. pensábamos que podían ser como las de Escocia, pero no, son más sosas) Y viene un coche a aparcar a nuestro lado, turista, tarda mucho. Su mujer se ríe y dice que habitualmente también le cuesta. Después de las risas les preguntamos por el Castillo y nos dicen que está convertido en un hotel y ellos también van, así que nos dirigimos juntos, son 4, 1 gallego y 3 catalanes, están recorriendo todo Irlanda, muy agradables.  Después de un par de kilómetros de jardines verdes, arbolado... llegamos al impresionante hotel, con el río, campos de golf, las ruinas del monasterio franciscano al fondo,  un paraíso. Nos despedimos y damos un paseo por el pueblo.
Vuelta a la carretera, tapias de piedra, setos, cualquier cosa vale para dividir las parcelas.Y muchos animales vacas, ovejas, caballos... Entre este paisaje tan idílico llegamos a Killarney. Situado a las espaldas de la cordillera más alta de Irlanda: los Macgillicuddy's Reeks, el pueblo tiene una estampa montañera.
Están celebrando la llegada del verano, música en las calles y decidimos parar a comer. Sorpresa, una malagueña trabajando en un bar, así que le preguntamos que nos recomienda y comemos de maravilla, bueno Diego con el "sirloin steak" no falla en ningún sitio, buena carne. Comer no es demasiado caro ya que pidiendo el plato principal de carne lo sirven acompañado de patatas fritas, cocidas, asadas y en abundancia. Buscamos el B&B, reservado con anticipación, dejamos las maletas y nos vamos a pasear toda la tarde por el Parque Nacional de Killarney. 


 


Castillo de Ross y al fondo las  Macgillicuddy's Reeks.

Ya casi anocheciendo entramos a visitar el Castillo de Ross, situado al lado del lago, maravilloso y muy bien conservado. Cenando unos bocadillos vemos caer la noche sobre el lago, el bosque. Nos hubiéramos quedado un rato más, pero viene una invasión de mosquitos pequeños que nos hace huir.
De vuelta al pueblo de Killarney vemos su catedral y nos acercamos a la oficina de información turística a preguntar por las islas Skellig, pero no tienen datos ni teléfonos. Recorremos el pueblo, tomamos una cerveza y nos recogemos.

6º DÍA- 7 DE AGOSTO.RING OF KERRY- ISLAS SKELLIG- ISLA VALENTIA.
Información de las islas Skelligs.

El suroeste de Irlanda está formado por 5 penínsulas, como 5 dedos de una mano, abiertos y bañados por el mar. Hoy vamos a rodear la península Iveragh, el Anillo de Kerry es un impresionante paseo en coche de 170 kilómetros, con numerosos desvíos en los caminos de la costa hacia varias islas, como las Skellig Michael. Un paseo por las colinas, vía Moll's Gap y el Paso Coomakesta, revela sorprendentes paisajes con lagos, montañas, playas y ríos. Nosotros iremos en dirección contraria a las agujas del reloj, llegaremos hasta Portmagee y desde allí cogeremos un barco hasta las islas Skellig.
El día amanece lluvioso. Circulamos al lado de la montaña más alta de Irlanda, el Carrantuohill (poco mas de 1.000 m.), pero la niebla y la lluvia nos impide observar la cumbre.  Seguimos la ruta marcada por el Ring of Kerry con cuidado, porque hay charcos en la carretera, alguno no se ha dado cuenta y encontramos un accidente, creemos que habrá hecho aquaplaning. Vamos avanzando cerca de los acantilados, el día está brumoso y nuestras esperanzas de llegar a la isla no decaen, ya levantará. Tardamos unas dos horas en llegar al pueblecito de Portmagee. Antes del pueblo vemos carteles donde dicen que se venden tiqués para el viaje a las Islas Skellig, pero no es necesario comprar  antes. En el puerto unos marineros te ofrecen  los pasajes, bastante caros, pero merece al pena. Lo dudamos porque el día está bastante encapotado, pero Julián tira del grupo y nos embarcamos.
El viaje es un poco largo, más de 1 hora, en una barca pequeña de 12 pasajeros, una muchacha se marea y vomita.
Pero manteniendo la vista fija y teniendo cuidado de haber hecho la digestión, llegamos sanos y salvos a la irrepetible isla Michael o Great Skellig  (Sceilig Mhichíl en gaélico).
La mole rocosa impresiona, sobresale 230 metros sobre el nivel del mar y tiene un color verde claro reluciente, pero la cima no se distingue.  El día sigue algo brumoso. 
Desembarcamos y después de recibir las recomendaciones de un muchacho para poner el máximo cuidado en la subida y bajada de los escalones, un matrimonio de Huelva le pregunta por los frailecillos que anidan en la isla y les contesta que justamente hace una semana se han ido, que lástima.
Subimos los 600 escalones sin darnos cuenta, creemos que nos han robado la mitad, y llegamos hasta una llanura donde están los monasterios cristianos de piedra, en forma de huevo, donde se recluyó una congregación de frailes para llevar una vida miserable, no tenían apenas comida, frailecillos y algo que cultivaban, pero el sitio es impresionante. Ha sido nombrado Patrimonio de la Humanidad muy merecidamente.

Debido a las brumas no podemos ver el mar que nos rodea ni la isla más pequeña que está a su lado, pero para las personas con vértigo creo que esto facilita la bajada por las escaleras. Nos dejan 2 horas de paseo por la isla, con una guía que nos explica la historia del monasterio y el faro, y después regresamos al barco,   pero la vuelta es visitando la isla Skellig más pequeña conocida como Little Skellig  (Sceilig Bheag en irlandés). Está cerrada al público, y contiene la segunda población más grande del mundo de alcatraces, con casi 30.000 parejas. Little Skellig está aproximadamente a 1,5 km de Great  o Michael Skellig .  Vemos un frailecillo,  una docena de  focas y la isla está cubierta de pájaros que ante la invasión de los barquitos despliegan sus alas por encima de nuestras cabezas. Fascinante. (Estuvimos en North Berwick, Escocia, y fue una sensación semejante, rodear la isla  Bass Rock entre los aleteos de los albatros.) La naturaleza salvaje nos invade.
Una vez devueltos al puerto de Portmagee cogemos el coche, cruzamos el puente y llegamos a la isla de Valentia (en algunos sitios llamada Valencia). Paramos a comer algo al lado de donde se envió el primer cable subterráneo de comunicación de Europa con EEUU.  
Desde aquí se divisa el precioso pueblecito de Portmagee, el océano Atlántico y  lo poco que se ven las islas Skellig, seguimos sin poder ver las cimas ya que están cubiertas de boira, eso que a media mañana parecía que levantaba. ( El día 9 de agosto oímos en la tele que no se podían visitar las islas Skellig, así que el tiempo puede ser malo... o peor para poder llegar a ellas.)
Volvemos sobre nuestros pasos atravesando de nuevo el puente para llegar a  la península de Iveragh y seguimos el Ring of Kerry por su cara más sur, es una delicia ver la cantidad de árboles, flores, viajando entre acantilados, playas de arena.... vamos deleitándonos con cada rincón.
 Paramos en el pueblo de Kenmare a cenar, el famoso sirloin steack, algo de pescado y el seafood chowder (especialidad irlandesa, que es una sopa de pescado con nata) y todo esto regado con la imprescindible Guiness. Actúa un grupo de música en vivo.
Desde este último pueblo la ruta deja el mar y se interna en el monte y las praderas. Tenemos las montañas de Macgillicuddy's Reeks de frente, con sombrero en la cima. Subimos un puerto de montaña con ovejas y carneros por sus ribazos.
Llegamos al Moll's Gap y desde allí divisamos toda la sierra. Bajamos rodeando el Parque Nacional de Killarney y vamos parando para ver los lagos y bosques desde otra perspectiva diferente a la de ayer. Desde la parte alta hay un mirador llamado View Lady con vistas a los lagos y montes. Son casi las 10 de la noche, pero todavía hay claridad. Llegamos al pueblecito de Killarney y decidimos ir al hotel, el día ha sido muy largo.



7º DIA- 8 DE AGOSTO.CAHIR- CASHEL- PARQUE NACIONAL DE WICKLOW-BRITTAS.

Información del Parque Nacional de las Montañas de Wicklow.
Centro de Interpretacion de Glendalough.

Salimos temprano, después del desayuno irlandés, en dirección a Dublín. Pasaremos la noche en un pueblecito a 40 kilómetros de la capital, para mañana llegar temprano al aeropuerto.
Como último día de visita tenemos reservada una sorpresa, el castillo de Cahir.

Precioso, muy bien conservado. No pensábamos que era tan impresionante. No es solo el castillo, el  pueblo está para pasar revista, con una ermita del siglo XII,  un acueducto romano y por si faltara algo un caudaloso  río atravesándolo. Bucólico.

Nos dirigimos ahora a la ciudad de Cashel. Son muy pocos kilómetros los que separan ambas poblaciones pero la diferencia de visitantes es muchísima, está abarrotado con hordas que visitan todos sus rincones,¿¿ habrán vuelto los vikingos a la reconquista??




 

 

 

Lo afean un poco los andamios, están rehabilitando la fachada de la capilla de Cormac, cuando vimos el folleto no tenía hierros y a alguno le desconcierta. Pero a pesar de ello, el conjunto de ancestrales edificios elevado sobre una colina, su aspecto desde el pueblo es majestuoso, inexpugnable. Está compuesto por un grupo de edificios medievales situados encima de un saliente calizo: una torre circular del siglo XII, un cruceiro, la capilla románica de Cormac, una catedral gótica del siglo XII en ruinas, un castillo del sigo XV y la sala restaurada del coro de los vicarios. Se llama Rock of Cashel o Saint Patrick's Rock porque en este lugar cuenta que es donde Aenghus, el Rey de Munster, fue convertido al catolicismo por San Patricio. Se respira historia en todas sus estancias. Hace poco estuvo la reina de Inglaterra y su marido, y tienen fotos de ese momento, para ellos histórico.
Nuestro último destino en nuestra primera visita a Irlanda (decimos que volveremos) es el Parque Nacional de las Montañas de Wicklow que cubre gran parte de las tierras altas del condado del mismo nombre,  
es  una zona de casi 20.000 hectáreas. Así que volvemos a coger el coche y primero hacia Dublin, en la zona donde está el pueblo de Hollywood nos desviamos, es un condado agrícola y solitario, donde nos cuesta un rato encontrar la carretera hasta llegar a nuestra próxima parada, entre pequeñas carreteras, lagos, campos de cebada sin cosechar llegamos a Wicklow. El parque nacional tiene un hábitat que incluye bosques nativos, como los robledales de Glendalough y sus lagos. Paramos en la ciudad y después de picar un poco comenzamos la ruta por el bosque. Vemos los edificios religiosos en un costado,  pero los visitaremos a la vuelta. Ahora nos dirigimos hacia el lago Upper entre un camino rodeado de hayas, robles, enebros, bojes, acebos, pinos.... Precioso paseo que nos lleva hasta el lago superior de este parque, decidimos recorrerlo por su ladera derecha, y andamos un buen trecho, comienza a gotear y decidimos volver. Luego solo es una falsa alarma.
Nos tomamos un helado y bajamos por otra senda viendo a nuestro lado el otro lago inferior o Lower Lake y ciervos en sus orillas. Llegando hasta el mágico conjunto monacal.
Durante siglos, el condado Wicklow fue un baluarte del cristianismo celta, con un punto focal alrededor de Glendalough ( en gaélico Gleann Dá Loc: valle de los dos lagos). Se trata de un lugar de peregrinaje sagrado situado en un valle glacial entre colinas con dos lagos donde San Kevin fundó un monasterio en el año 570. La torre redonda, de 33 metros de altura, es un punto de referencia, y fue usada como campanario y como punto de vigilancia. La catedral se encuentra en ruinas, pero sigue siendo evocadora, también hay  iglesias de piedra y numerosas cruces celtas.
Después del paseo cogemos el coche y nos dirigimos hacia el pueblo de Brittas que está cerca de Dublín, conducimos por una estrecha carretera que se empina y en medio de praderas con ovejas, caballos, vacas nos elevamos hasta ver precipitarse una cascada. Después el paisaje cambia no hay animales ni pueblos, apenas un par de coches y alguna bicicleta. Llegamos a Sally Gap, desde lo alto se ve todo el condado de Kildare, el río Liffey a nuestra izquierda y bajando volvemos a la civilización, un grupo de casas, unas ovejas, caballos, vacas  y desde allí hasta Brittas.Encantadora B&B para el último día de estancia en Irlanda.

 

8º DÍA- 9 DE AGOSTO.VUELTA A CASA

Nuestra ruta en rojo.
Hoy tenemos el tiempo justo de devolver el coche de alquiler y coger el avión con destino a casa.
Mil imagenes pasan por nuestras cabezas de los sitios tan asombrosos que hemos visitado, pero si tuviera que quedarme con los imprescindibles serían: Los acantilados de Moher, Las islas Skellig (si la visita es en junio- julio se pueden ver una gran colonia de   frailecillos), Doolin, Adare, Cahir, el Parque Nacional de Killarney y de Wicklow, y el ambiente de la zona de Temple Bar de Dublín. Diego tiene otro favorito la Calzada de los Gigantes en Belfast.
Y también una recomendación nosotros habíamos reservado los hoteles con anticipación pero nos dimos cuenta que encontrar el B&B a veces era laborioso y tienen muchos hoteles libres y pocas aglomeraciones. Así que yo creo que es mejor visitar las ciudades y dormir donde nos lleve la curiosidad. Algo muy bueno de los hoteles B&B es que para las 7 puedes desayunar y así aprovechas muy bien el día.
Otro consejo el jersey y el chubasquero deben ir siempre en la mochila, si paseas no hace falta ropa, pero si paras normalmente un jersey fino es necesario. Un día normal puede tener varios cambios de estación.

Una última información en Irlanda, verás gran número de animales, pero lo que no hay son reptiles, que suerte. Otro punto a su favor, por si les hiciera falta más. 

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