Machado

"Caminante, son tus huellas el camino y nada más; Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace el camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante no hay camino sino estelas en la mar". Machado.

domingo, 1 de febrero de 2015

SIERRA DE BAZA-PICÓN DE GOR (2.155 m.) NEVADO.

AL OESTE DE LA SIERRA DE BAZA


FICHA TÉCNICA-
Día: 01/02/2015
Participantes:  Julián y Lourdes.
Tiempo estimado: 6 horas.
Distancia: 17 km.
Dificultad: Media-Alta.
Como llegar: Por la autovía A-92, dirección Granada-Murcia. Después de la salida 20, atentos, en unos dos kilómetros, entre el 318 y 319, salida en la Venta Vicario. Aparcamos a su lado.
ITINERARIO:
Venta Vicario - Barranco de la Solana Andresico - Cortijo los Corvos - Cortijo de las Seguidillas (ruinas)- Umbrías de Gor - Picón de Gor - Collado Resinero - Umbrías de Gor - Barranco Resinero - Barranco de la Fonfría  - Arroyo Baúl - Cortijo del Peñón - Fábrica de Pardo - Cortijo Vicario - Venta Vicario.

El Parque Natural de la Sierra de Baza está situado en el Noreste de la provincia de Granada, se levanta sobre los altiplanos semidesérticos de Baza y de Guadix, con muchas de sus cumbres superando los 2.000 metros de altitud. 
La situación de sus sierras, la diferencia de altitud entre las distintas zonas del Parque y la variabilidad de sus suelos hacen posible una rica diversidad tanto faunística, como botánica. 
Sus altas cumbres son de una belleza insólita, observándose a partir de los 1.800 metros de altitud grandes masas forestales autóctonas de coníferas, sobre todo de pino silvestre y laricio y formaciones arbustivas almohadilladas. El arbolado llega casi hasta sus cimas.

Muchos están cubiertos por pinares de repoblación (iniciadas en los años 60), al abrigo de las cuales se puede observar especies autóctonas como la encina, el quejigo y matorrales. Tampoco debemos olvidar la importancia en éste espacio de los bosques de galería, de gran belleza y riqueza ,con alamedas centenarias como la del arroyo Bodurria.    
En su interior presenta grandes contrastes, pues aglutina espacios de alta montaña e inviernos muy duros que cabalgan sobre las llanuras esteparias del altiplano; suelos de pizarra, cuarcita y mármol que drenan libremente sus cauces fluviales a la hoya de Baza, mientras que allá, donde la roca es caliza, el agua penetra en el interior formando un magnífico acuífero que emerge, ya en el llano, a través de fuentes y manantiales. Dentro del Parque Natural se encuentra la Sierra de Gor, cuya cota máxima es el Picón de Gor, de 2.155 metros de altitud. 


RUTA:
Hace años que vemos la sierra de Baza y sus imponentes cimas desde la A-92 de Granada a Murcia y tenemos pendiente subir a una de ellas. Dado que el pueblo que pasamos se llama Gor, el barranco del río Gor, decidimos subir al Picón de Gor, la más al Oeste de la sierra.
Comenzamos por detrás de la Venta Vicario. Al lado de una valla de alambre hay situado un hito, por el que comenzamos en llano, en dirección Sureste, hacia la sierra de Baza. 
Sus cimas están encapotadas, invadidas por las nieblas.
Enseguida, un hito de piedras nos 
va conduciendo hacia la izquierda para caminar por debajo de un frondoso pinar. Es una pista ancha de tierra donde quedan restos de la nevada de esta noche.
Un cartel señala "camino particular",  nos marca el punto donde otro cairn de piedras nos orienta hacia la izquierda para transitar paralelos al Barranco de la Solana Andresico. El terreno tiene un desnivel suave que nos obliga a parar a quitarnos algo de ropa. Continuamos hasta un pequeño collado. A la izquierda hay unas tuberías pequeñas de canalización de agua y una piedra que semeja un pilón. 
Giramos hacia la derecha, subiendo por la loma para alzarnos hasta el Cortijo de los Corvos. Están rehabilitándolo con mucho gusto. Buen mirador al barranco, grandes vistas.
La presencia de la nieve se hace más patente por las estampas de los pinos blanquecinos, a las espaldas de la casa rural. 
Parece que el día quiere levantar.
Proseguimos hasta  hallar en poco rato las ruinas de otro cortijo, el de las Seguidillas. Un montón de leña a la intemperie y sus paredes caídas están cubiertas de nieve.

Subimos una colina. Vamos rodeados de ejemplares de encina que abundan en esta zona, alternándose con pinos.
Cruzamos el arroyo de los Corvos, el cauce baja seco, pero puede ser debido a su canalización, porque hay una tubería negra a nuestros pies. 
Subimos por la falda de la loma del Cerro Panizo con desniveles ya más exigentes.

El sendero se introduce en un denso pinar donde a veces cuesta seguirlo, pero los constantes hitos y el GPS nos ayudan a no perderlo.






Llegados a un collado nos internamos en la espesura de los pinos blancos. La nieve en aumento nos va dejando postales imborrables. El enclave es precioso.
Conforme avanzamos se van intercalando zonas llanas con declives que exigen gran esfuerzo. 



En lo alto hay una manada de cabras montesas que huyen al oírnos. No nos da tiempo de observarlas bien, pero eran unas 6 o 7.







Las fotos parecen en blanco y negro, solo interrumpida la monotonía de los tonos de la nieve, el suelo y el cielo por nuestra ropa colorida.



Dentro de la cara norte del Picón de Gor la nieve, debido al viento siberiano que sopla, se va conservando más rígida y como vamos muy preparados, llevamos crampones, nos decidimos a ponérnoslos para ascender con más seguridad.
Con la parada nos quedamos fríos y debemos abrigarnos.
Disfrutamos de cada paso que damos. Nos guiamos por el GPS y vamos avanzando en pequeños zigzags evitando los roquedos y afianzando los pies en la nieve. 
Las sabinas rastreras abundan por toda la loma de la Sierra del Gor.
La nieve cada vez cubre más. Estamos hundidos en los ventisqueros de la cara Norte.Cuando llegamos a la altura de las cabras montesas vemos perfectamente sus huellas. Son las únicas que hay en esta peña nevada.
Subimos casi rectos creyendo que el que tenemos enfrente es el pico que buscamos, pero no, debemos girar un poco a la izquierda para situarnos en el collado y, desde él, en pocos minutos coronar el Picón de Gor.


Las vistas son escasas porque estamos rodeados por las nieblas. A lo largo de toda la mañana parece que el sol quiere imponerse, pero su batalla la pierde una vez más y no lo vemos en la cima.

Nos sacamos fotos en el vértice geodésico del Gor. Es el pico situado más al Oeste de la sierra de Baza. El día es gélido y se nos hielan hasta las orejas, lo que nos obliga a ponernos los guantes y los gorros en el descenso. Por la crestera, hacia la izquierda vamos a bajar buscando el Collado del Resinero.

Por el cordal es muy sencillo caminar, la nieve es en polvo, y desde allí, por todo el lateral, llegamos al citado collado, donde salen varios caminos.

Vamos parando a sacar fotos y esperando que suba la niebla para ver Sierra Nevada. Aquí no pega tanto el viento así que decidimos hacer una parada a almorzar para dar tiempo a que se levante la neblina que nos impide ver los alrededores. 

Se asoma tímidamente Sierra Nevada, lo que creemos que es el Chullo, el Picón de Jeres... pero no es posible ver todo, solo una franja azul y blanca de las cumbres más el Este de Sulayr.
Y hacia el Este, tampoco podemos apreciar el resto de picos de más de 2.000 que conforman la Sierra de Baza.









Imagenes invernales se repiten en cada rincón, es difícil saber cuál es la más espectacular.


Reemprendemos la marcha teniendo vistas parciales de la Boleta, y de la Loma de los Tejoletos, con algo más de 2.200 metros de altitud en su cima del Calar,  hacia la cual caminamos casi rectos. El descenso es de casi 200 metros hasta el Collado Resinero, donde hay situado un helipuerto, que con la nieve solo se ve una era redonda. Una pista ancha con dirección derecha e izquierda, rodea la Loma de los Tejoletos.
Pensamos que la ruta nos lleva por la pista pero no es nuestra dirección. El GPS nos orienta para que avancemos un poco a la izquierda, en diagonal,  por el interior del bosque de pinos.
Bajamos serpenteando con una capa de nieve importante en la que los pies se hunden en ella. Es muy fácil y divertido bajar por las laderas. Lo hacemos sin crampones porque la nieve es blanda y no hay hielo en esta zona.


El día se va abriendo y tenemos vistas panorámicas a la cumbre y la cara solana del Boleta, con tonos ocres.

Caminamos por las umbrías de Gor, situadas al pie de la colosal montaña y tenemos vistas al valle del río Baúl y a la cara Oeste de Granada. 














Cuando nos unimos al barranco del Resinero debemos avanzar por él, a veces por medio del cauce y otras por el lateral para sortear algún árbol demasiado crecido o rocas de gran tamaño. Caminamos despacio siguiendo el track al milímetro.
Por fin salimos del cauce del arroyo y caminamos paralelos a él y vemos las señales blanca/verde que nos dan la tranquilidad de que es un camino frecuentado y no un campo a través continuo. 



El sendero es precioso va enriscado pasando a convertirse en el barranco de la Fonfría. 

Vamos ganando altura, entre pinos, encinos... y encontramos un cruce  a la izquierda por el que podríamos ir al Cortijo de los Corvos, ascendiendo por la ladera del Cerro Panizo, pero nosotros elegimos ir a la derecha por todo el encajonado barranco de la Fonfría.

Mirando hacía atrás vemos toda la loma del Picón de Gor, ya lejos,  y sus frondosos bosques, hoy  blanquecinos.
El sendero se interrumpe por la aparición de una fuente de agua que debemos cruzar. Se juntan el arroyo de la Fonfría, que es el que seguimos, y tributa sus aguas al del Baúl, que surge por el barranco de la derecha,  que a partir de ahora da el nombre al río. 
Encontramos un par de puentes rudimentarios, de troncos de árbol, que son suficientes para atravesar los dos ramales del arroyo y situarnos en su orilla derecha. 
A un lado de los mismos se encuentran las ruinas del cortijo del Peñón (llamado así porque parte del mismo se halla bajo una peña). El rincón es idílico. Una era con hierba en el centro,  abancalamientos con almendros hacia lo alto de la sierra y una preciosa alameda al lado del río Baúl.
Pasamos junto a la ruinas de la desaparecida fundición de plomo, la Fábrica de Pardo, situada en las juntas del Arroyo de Baúl con el Barranco de la Fonfría. En la actualidad se conoce con este nombre al paraje situado bajo la Cueva de Saldaña, entre las fincas de La Carrasca, Quintana, el Hoyo de Botas y la propiedad municipal de Baza, haciendo también frontera entre los términos municipales de Baza y Gor. Es el lugar donde el camino que llevamos se torna en sendero, a veces casi imperceptible pero que transcurre junto a una preciosa chopera. 
Caminamos tomando altura sobre el arroyo, y siguiendo su curso, al cual oímos su cantarín murmullo. Como la zona es más abierta, sopla el viento y debemos volver a abrigarnos.



A la derecha vamos sobrepasando, un poco más bajos,  la zona de los cortijos y las fuentes de La Carrasca y el Barranco y la Solana de Caridad ;  y a la izquierda el Hoyo de Botas, el Barranco de los Corvos y el Cerro del Seguidillas.



A nuestra derecha vemos como surgen de la pared pequeños arroyos que inundan nuestro sendero convirtiéndolo en un río. Continuos afloramientos de juncos en mitad de la vereda nos indican donde está la zona donde vamos a chapotear. 
Pasamos bajo el cortijo de la Carrasca, en la ladera Sur del Cerro de Quintana.  
La ladera opuesta, del Cerro Panizo, está cubierta por un denso bosque de grandes pinos laricios y desde ella se unen al arroyo del Baúl distintos barrancos, como el de los Corvos, el de la Solana de Andresico.  
Seguiremos cerca de su cauce durante casi 6 kilómetros, en suave descenso, en dirección Noroeste. 

Cuando el sendero desciende hasta la orilla derecha del arroyo del Baúl, este nos depara una sorpresa, tenemos que cruzarlo, buscando un sitio con piedras lo conseguimos. Nos extraña pero lo justificamos argumentando que las últimas nevadas han acrecido su caudal. Pero el cauce caudaloso coincide con el sendero local señalizado. Perdemos la cuenta de la de veces que debemos atravesarlo. Más de una docena seguro.
Echando la vista atrás vemos la cima de Santa Bárbara, la más alta de la Sierra de Baza, situada al Este, que tiene una capa de nieve cubriéndola totalmente. 



Las marcas verde/blanca salen esporádicamente pero es una senda ancha que no tiene perdida, a pesar de lo inundada que está. Solo exige ir buscando la zona más sencilla para saltar el río y con ayuda de los bastones intentar no mojarnos, que siempre no se consigue.

Vemos una última marca blanca/verde y dudamos si subir para la izquierda. No, vamos a continuar. Al fondo se ve la carretera y un puente de piedra.

Pero antes de llegar a él vemos un último paso de vado en el arroyo y lo cruzamos para salir a la carretera en una curva, girar hacia la izquierda, pasar a lado del Cortijo Vicario y llegar al coche.
Preciosa ruta, con la nieve como protagonista y el imponente Picón de Gor que tantas veces hemos visto desde la autovía. No nos ha defraudado, al contrario nos ha entusiasmado su diversidad.
Para acabar una buena ruta nada mejor que comer en la muy recomendable Venta Vicario, revuelto de espárragos-setas, morcilla, costillas de cordero y postres todo de mucha calidad. Y el servicio a la misma altura. Imprescindible para recuperar fuerzas.  Volveremos.
Punto de inicio y final de la ruta, a la tarde.


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