Machado

"Caminante, son tus huellas el camino y nada más; Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace el camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante no hay camino sino estelas en la mar". Machado.

domingo, 31 de mayo de 2015

SIERRA DE CREVILLENTE: LA VELLA (838 m.) POR LA CARA SUR.

POR LA CARA SUR DE LA SIERRA DE CREVILLENTE


FICHA TÉCNICA-
Día: 31/05/2015
Participantes: Julián y Lourdes.
Tiempo estimado: 2 horas y media.
Distancia: 8 km.
Dificultad: Media.
PR CV 279, 108109.
Punto de inicio: Por la autovía hacia Crevillente, entrar en el pueblo y por el lateral del Ayuntamiento girar a la derecha. Se cruza un puente y por la orilla izquierda del barranco se avanza. Enseguida veremos marcas blanca/amarilla que nos guiaran hasta els Pontets. Continuamos por el carretil de tierra un kilómetro aproximadamente y antes de una cadena aparcamos.
Wikiloc:http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=9825868 

ITINERARIO:
Parking las Canteras - Rambla del Castellar- Cruce del PR CV 109 - Barranc de la Barbereta -Paraje Pouet de la Mèl - Barranc del Alquitrán - Collado del Campanar - La Vella - Cruce del PR CV 109 o Senda Dolça - Pas del Soldat - Pí de l'Alivio - Cruce del PR CV 109 - Rambla del Castellar - Parking las Canteras.


La Sierra de Crevillente, situada en las Cordilleras Prebéticas, es una alineación montañosa que se extiende de Suroeste a Nordeste entre el río Vinalopó y la Sierra de Abanilla, por los términos municipales de Crevillente, Hondón de las Nieves, Hondón de los Frailes, Albatera y Aspe. Presenta fuertes pendientes, y está constituida esencialmente por calizas blancas liásicas y jurásicas sobre el Tríasico-Alpino.
Esta sierra, a pesar de tener una altura modesta, que apenas sobrepasa los 800 metros en sus cotas más altas, tiene un aspecto de mayor envergadura, al estar rodeada de zonas llanas que acentúan sus escarpadas pendientes y abruptos contornos producto de la erosión.
Contemplaremos las diferencias morfológicas y botánicas de las vertientes y Sur y Norte  de la Sierra, es decir, entre la Solana donde apenas hay arbolado, solo matorrales, y la Umbría que cuenta con frondosas pinadas.



RUTA:

Otras veces salimos desde el aparcamiento al lado dels Pontets pero el tramo final de pista de tierra se nos hace un poco largo y como hoy solo pretendemos dar un paseo dominical de unos 6 km., continuamos con el coche por el camino. Una vez sobrepasados els Pontets, pasamos una casa, un cuco o choza de piedra a la izquierda y al llegar al lado de unas cadenas aparcamos en una curva un poco ancha.

Hay 20º, a pesar de que ayer hubo tormentas. Comenzamos por un carretil con tierra rojiza, con señales blanca/amarilla del PR CV 108 y este lo abandonamos al salir a una pista que tomamos a la derecha. Es un camino ancho de tierra que en curvas nos acerca hasta el cruce del PR CV 109, cuyas señales llevamos, y que en una sombría curva gira a la derecha para subir por  la Senda Dolça.
Hay un par de señores disfrutando de lo mejor del sol, la sombra.
Volveremos por aquí, pero ahora continuamos rectos al lado del Barranc de la Barbereta.
Enseguida el GPS nos marca el giro a la izquierda, atravesamos el lecho del río y nos situamos en la orilla izquierda del Barranco del Alquitrán. Caminamos por la falda de la montaña, la senda avanza por el filo de la rambla.
El cauce va adquiriendo más profundidad y nuestra angosta senda va bordeando el desfiladero. Hay que ir con cuidado porque hemos ganado bastante altura, pero clavando bien los bastones y afianzando las botas lo superamos sin problemas.



Llegamos al collado del Campanar. Tenemos imagenes hacia todos los puntos cardinales:  San Caietá, el Raig; se ve un poco la antena de la Vella; el peñón rocoso del Campanar; y el barranco del Quitró que hemos recorrido. Un trago de agua y para arriba.

La cuesta es exigente, medio kilómetro y 200 metros que tenemos que afrontar. La zona es abrupta, atravesamos roquedos, todo ello rodeado de vegetación mediterránea. Lo más sorprendente son las impresionantes vistas conforme ganamos altura, de las comarcas del Bajo Vinalopó y de la Vega Baja, destacando son su tono azulado el Pantano de Crevillente, el Parque Natural del Hondo, pero el Mar Mediterráneo hoy no es posible ver, una franja de brumas lo tapa por completo.

Muy bien señalizada con hitos de piedra, la senda nos sube casi rectos, debemos usar las manos en varios trechos de roquedo, pero sin peligro ninguno, hasta que detrás de los espartos en flor vemos el vértice geodésico y salimos al sendero que recorre la crestera, un giro a la derecha y coronamos La Vella o pico Crevillente como  le llaman en algunos mapas.

Las vistas están algo difuminadas por las nieblas bajas que nos rodean a una cierta distancia, no se ve el mar, ni se ven las sierras al Norte de Alicante, pero sin embargo si podemos observar las sierras más próximas, como el cordal de la Sierra de Crevillente en toda su longitud. Desde esta atalaya se percibe la falta de lluvias que hace que los tonos ocres predominen entre la vegetación de las montañas que nos rodean.
Trago de agua, fotos de cima y en marcha.

Tenemos unos pocos metros de asfaltado, y giramos a la derecha para internarnos por una estrecha senda del PR CV 109. Si continuaramos por el asfalto bajaríamos a Hondón, en la cara Norte de la sierra. Sin embargo nosotros vamos a volver por la cara Sur.
Enseguida hay una bifurcación que no tiene ninguna consecuencia, si tomamos el sendero de la izquierda llegaríamos a un alto con una estación de metereológica de medida de lluvia, nosotros vamos rectos y a una menor altura seguimos el cordal, en dirección al Puntal de Matamoros que se ve al finalizar las peñas.
En pocos metros se unen los dos senderos transitando juntos por el PR CV 109.

Es casi todo en llano o descenso, así que avanzamos deprisa, llegando a una encrucijada. Hacia la izquierda La Vella, y hacia la derecha Casa del Tio Mariano. Hacia abajo no señala nada, sabemos que baja hacia Crevillente, no será por la cantidad de veces que hemos pasado de aqui desechandola. Pero el GPS dice que no, y donde hay GPS no manda marinero, ni capitán.



Continuamos rectos hasta un pequeño bosquete de pinos. Y giramos hacia la derecha para retomar el sendero que habíamos obviado antes. Una señal nos marca que esta es la famosa Senda Dolça,  que por fin conoceremos.

Caminamos por una frondosa senda, entre que es en bajada y que vamos cubiertos por la sombra de los arboles, es una delicia pasear por este paraje. Una parada para comer una fruta y nos pasan 2 muchachos y nada menos que 5 chavalas corriendo. ¡Las chicas son guerreras!
Reemprendemos la caminata en descenso, el primer tramo discurre por una  idílica senda estrecha entre pinos, es una antigua ruta de leñadores.
Pero llegamos a un collado, el conocido Pas del Soldat, donde la senda se abrirá a la solana y la vegetación se reducirá a una más sobria, de espartos y hierbas aromáticas. Presenta una pendiente considerable primero de lejas de piedra y más adelante de roca suelta y tierra con piedrecitas donde hay que tener precaución ante un posible resbalón.



Vamos girando poco a poco a la derecha hasta encontrar un árbol solitario y de destacado porte respecto al resto de vegetación. Es el Pi de l’Alivio, un pino solitario, en su base hay unas piedras lisas muy bien colocadas para sentarse a descansar a la sombra y contemplar el paisaje.
Una vista excelente al Collado del Campanar y la senda de la sierra por la que hemos ascendido a la Vella.

Proseguimos descendiendo hacia la derecha con las marcas del PR CV 109. Vemos un cruce a la izquierda que baja bruscamente hasta la cabecera del barranco del Castelar, recto, para llegar al coche que lo vemos al fondo, al lado de las casas de campo. Pero lo desechamos.









Continuamos por el PR al lado de un pequeño barranco, de cara al collado del Campanar y el barranco del Quitró que hemos subido a la ida.
Desde aquí salimos a cruzarnos con la pista, hay unos muchachos a la sombra y nos dicen que van a comenzar ahora, nos parece demasiado tarde, hace calor.
Giramos a la izquierda por la misma pista ancha de la ida, avanzando con rapidez.



Al cabo aproximadamente de 10 minutos de descenso por la pista encontramos un poste, giramos a la izquierda. Por una senda de tonos rojizos llegamos a la primera casa. Vemos a la izquierda una cadena cerrada y continuamos rectos hasta otra cadena, ésta se encuentra caída, y al lado está aparcado nuestro coche.
Desde esta perspectiva vemos la senda que hemos bajado, a la izquierda, en tono casi blanco y el abrupto Barranco del Castellar a su derecha.
Perfecta ruta para estirar las piernas un par de horas, y disfrutar de la preciosa montaña crevillentina.
Volveremos.






No hay comentarios:

Publicar un comentario