Machado

"Caminante, son tus huellas el camino y nada más; Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace el camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante no hay camino sino estelas en la mar". Machado.

sábado, 22 de agosto de 2015

DE ASARTA A IBERNALO POR FUENTES ALTAS Y CAMINO DE LA ESCALERA

POR LA SIERRA COSTALERA


FICHA TÉCNICA-
Día: 22/08/2015
Participantes: Julián y Lourdes.
Tiempo estimado: 6 horas.
Distancia: 24 km.
Dificultad: Media-Alta. Por la distancia.
Punto de inicio: Desde Estella por la carretera hasta Acedo. Giro a la izquierda dirección a Los Arcos. En dos kilómetros giro a la derecha seguido de otro giro a la derecha que te sitúa en Asarta, a los pies de la sierra Costalera.
Wikiloc: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=10566706  

ITINERARIO:
Asarta - Cementerio - Camino de la Sierra - Balsa - Paso a Fuentes Altas - Fuente del Tejo - Barranco - PR A 64 - Senda la Dormida o Camino de Laquedin - Ermita de Ibernalo - Camino al lado del Ega - Camino de la Escalera - Senda estrecha - Cruce a la ermita de Arquijas - Acedo - Camino de Estemblo - Fuente y Ruinas de Estemblo - Corral de Elías - Camino de Acedo - Asarta.

RUTA:
Tenemos en mente hace tiempo recorrer la cara Norte de la sierra Costalera, conocer sus barrancos y sendas ancestrales y ha llegado el día. Es una ruta que en parte hemos realizado, la primera, pero que deseamos completar. Ha llegado el día, aunque  la tormentas están ahí al acecho.
Comemos pronto y viendo que las previsiones del tiempo se han equivocado, o eso creemos, emprendemos el camino cruzando por detrás de la iglesia de San Juan Bautista en Asarta y dirigiéndonos deprisa hacia el cementerio. Entre camposanto  y la granja de vacas surge una pista de tierra que, desde el primer momento, tiene exigente desnivel. Para llegar al alto nos separan 3 kilómetros y 300 metros de diferencia de altitud.
Enseguida hacemos una parada para abrir una cancela de hierro que dejamos como encontramos. El día está algo encapotado, lo que hace más agradable el camino. Pero las moscas que en verano hay debajo del encinar, por el que transcurre el itinerario, están muy pesadas. Parecen anunciar tormenta. La verdad es que tienen buena intuición.
Vemos a una rapaz enmedio de la pista que lleva una paloma en sus garras, pero ante nuestra presencia intenta tomar vuelo hacia la derecha y se le cae la presa. Cuando desaparezcamos volverá a por su comida. Al menos, eso suponemos nosotros. Es cuestión de supervivencia.
La cuesta llega a una vaguada donde estaba situada la llamada Balsa del Monte. Sin llegar hasta ella, giro a la derecha, marcado por un hito. Es un atajo (si vamos a la izquierda por la pista llega al mismo sitio) que nos conduce hasta una valla. En  este punto giro a la derecha y caminamos paralelos al vallado.
Los brezos, los matorrales van cerrando el paso.
Cuando llegamos a una puerta en el vallado, a la izquierda, es la senda que lleva a Costalera. Nosotros vamos a ir en  rectos, casi en diagonal a buscar unas hayas que nos señalan el paso a Fuentes Altas.

Nos desviamos demasiado abajo, vuelta atrás y andando hacia nuestra derecha por fin hallamos el paso. Se ve más andado el que viene del Alto de Costalera y desandamos este tramo para marcarlo en el track. Más sencillo es atravesar la puerta de la valla caminando hacia Costalera y cuando encontramos este sendero tomarlo. El que nosotros conocíamos, nos lo enseñó Florencio Ichaso y su hermano Luis, pero se ha cerrado con el matorral, boj y brezos.
El paso es un rincón con hayas y hay un hito de piedras para indicar la ruta. Esta va pegada a la pared de la peña por una senda en zigzags que se interna en un frondoso hayedo. En algún tramo está algo difuso pero sin titubeos llegamos a la Fuente del Tejo. Un hilillo de agua fresquísima donde aprovechamos a reponer líquidos. El descenso ha sido muy rápido.

Desde esta fuente bajamos rectos hacia el barranco. Preciosa senda entre hayas, tejos, gurbiotes o madroños. Exigente descenso por su pronunciada cuesta y su firme de arena y piedras. Hay que bajar con cuidado y agarrándose a las ramas que se encuentran a los lados para evitar resbalar. Llevamos también los palos o bastones.
Llegamos a una encrucijada con señales blanca/amarilla. Es el PR-A 64 o Senda de la Dormida. Nosotros la tomamos hacia la izquierda y cuando surge otra senda  recta, volvemos a girar a la izquierda. El precioso sendero se interna en la sierra, bajo la protección de la Dormida. Tenemos una temperatura ideal para caminar y hacemos paradas en el trayecto para contemplar los barrancos de la zona, si nos lo permite el arbolado.
Llegamos a una pista de tierra que tomamos de frente. La vegetación ha ido variando. Nos abandonan las hayas y en su lugar tenemos sobre todo encinas, pinos,  romeros... que nos acompañan hasta la Ermita de Nuestra Señora de Ibernalo. En toda la pista solo nos desviamos a la derecha y al final un pequeño campo a través nos lleva a la ermita. Tiene un restaurante/hostal y hacemos una parada para tomar una cerveza y un pincho. 


Un pequeño descanso para observar el enorme tocón de castaño que ha quedado como vestigio de unos arboles que poblaban la zona y en los años de la plantación de pinos fueron exterminados  en su totalidad.


Después de un merecido descanso toca volver. Estamos lejos de Asarta y desconocemos el camino. Hasta aquí hemos venido porque hemos querido y, ahora, la vuelta es obligada, que decía un amigo cuando llegaba a una cima. Con ayuda de un track parcial llegaremos al Camino de la Escalera y a partir de allí a la aventura. Rienda suelta a la intuición.
Desde la parte trasera de la ermita, donde se encuentran los aparcamientos, surge un sendero a la derecha, que sube hacia la senda la Dormida, al puerto de Nazar y el Yoar. La desechamos.
Tomamos a la izquierda, por un camino de tierra que nos lleva con preciosas vistas a la Sierra de Costalera, a toda la frondosa vertiente Norte. 
Casi todo el camino es debajo del arbolado, por la umbría, lo que hace más llevadero a esta hora del día el paseo.

Cuando encontramos un campo con placas de energía solar giramos a la izquierda para pasar por la orilla de un campo de labranza, desde la esquina debemos seguir rectos por un bosque de pino y encinas. No se ve sendero pero el GPS nos lleva hasta un pequeño bosquete. 

Atravesamos una valla que está caída y enseguida encontramos una pista ancha que nos desciende hasta llegar al río Ega. Esa es la referencia. Giro a la derecha por una pista frondosa, paralela a la rivera del río. Preciosos chopos, fresnos, avellanos y el agua del río al lado nos permiten caminar frescos. Encontramos varios coches aparcados a la vera del río. Son pescadores de cangrejos.
Nos tropezamos con una pareja que van paseando de vuelta al pueblo de Santa Cruz de Campezo y charlamos un rato con ellos.
Seguimos por un paraje idílico con un paso entre dos peñas y con poco desnivel.
Llegamos a un cruce donde señala senda de la Dormida a la derecha. Es la continuación de la ruta que hemos desechado unas horas antes. Comienza el Camino de la Escalera que usaban los habitantes de Asarta para ir al molino de Santa Cruz y  atravesaban la sierra por su parte menos exigente para los animales.
Después de un camino ancho llegamos a una vaguada. Parece que a la izquierda hay una senda, imaginamos que hacia Zuñiga. Nosotros tomamos hacia la derecha por un pequeño camino que apenas se ve su comienzo, pero que se encuentra en muy buen estado de conservación. Increíble ruta. Tenemos que volver a ella en otra ocasión.
Surge otra encrucijada y vamos rectos por el Pecho de la Escalera. Pero, en este momento, oímos un trueno. Muy a nuestro pesar las previsiones del tiempo se van a cumplir. Parece mentira ya que en Ibernalo estaba todo el cielo azul. Las mosca pesadas, son un buena mujer del tiempo.

Aceleramos un poco y llegamos al cruce que nos llevaría a la ermita de Arquijas.
Seguimos a la derecha y otro giro a la derecha para bajar a Acedo y resguardarnos de la lluvia. Desechamos irnos hacia Asarta de forma directa. No caen más que cuatro gotas, pero en la Sierra de Lóquiz está cayendo fuerte. Hacemos una nueva parada en Acedo a tomar unas cervezas con limón y miramos el cielo para ver si escampa. La tormenta pasa y no hace falta llamar a nadie.


Salimos del pueblo dirección a Los Arcos y cuando vemos la señal al cementerio giro a la derecha para caminar hacia él. Lo sobrepasamos y por el Camino de Estemblo pasamos por el camino que discurre por medio de las fincas labradas. Con vistas a la cara Este de la Costalera llegamos hasta las ruinas,  y la fuente de Estemblo, que no baja agua.
Pasamos al lado del Corral de Elías y por el camino de Acedo que va paralelo a Peña Cuervo y el Balconillo, pero a sus pies. Llegamos a las primeras casas del pueblo de Asarta. Encima de la sierra Costalera  se aprecia otra tormenta. Hemos llegado justo en el momento en que el agua empieza a caer con virulencia. La hemos podido esquivar durante todo el recorrido
Maravillosa ruta que repetiremos en breve.

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