Machado

"Caminante, son tus huellas el camino y nada más; Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace el camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante no hay camino sino estelas en la mar". Machado.

domingo, 6 de diciembre de 2015

DE BENASAU A CONFRIDES POR LA SIERRA DE AITANA

CUATRO PASOS DE SUBIDA/BAJADA A LA SIERRA DE AITANA


( 2ª ETAPA )

FICHA TÉCNICA-
Día: 6/12/2015
Participantes: Julián y Lourdes.
Tiempo estimado: 8 horas.
Distancia: 24 km.
Dificultad: Media-Alta

PR CV 21PR CV 20
Wikiloc:http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=11612718-Travesía completa

ITINERARIO:
Benasau - CV 70 - CV 770 - Camí rural de les Llenques - Puente sobre el río Frainos - Alcoleja - CV 770 - SL/Camí Vell de Aitana - Mas y Font de Riola de San Gabriel - Font de Romeu - Caseta de Severino - Font del Espinar o de Aixeta o del Grifo - Clot del Banc dels Esquiladors - Racó del Espinar - Bajada por Arran dels Esquiladors - Moleta de Aitana - Coll de l'Arbre - Coveta de l'Alt - Coll del Ventisquer - Azagador - Pista de Tudons a Font de la Forata/PR CV 21 y 20 - Clot de Forata I - Cruce - Clot de Forata II - Paso de la Font de la Forata - Aitana - Simas de Partagat - Pas de la Rabosa - Font de la Forata - Clot de la Font de la Forata - Depósito - Corral de Bernal - Foia del Pi - Mas de Machelis - Castell de Confrides - Mancal de Ostia - Confrides. 



Confrides es un municipio de la Comunidad Valenciana. Situado en el interior de la provincia de Alicante, en la comarca de la Marina Baja. Cuenta con 303 habitantes, repartidos en dos núcleos de población: Confrides y Abdet.
El Valle de Guadalest lo conforman los pueblos de: Confrides, Beniardá, El Abdet, Benifato, Benimantell y El Castell de Guadalest. Confrides, en la parte superior del valle de Guadalest, en la frontera entre la Marina Baja y el Comtat. Tiene, por tanto, una localización dual, siendo la primera población de la montaña o la última de la Marina. 

Es uno de los pueblos más altos de la provincia de Alicante, se eleva a 785 metros de altitud. Su situación entre Aitana y la Serrella hace que su término municipal, de 42.20 km2, depare muchas posibilidades para los excursionistas. Está la Mallá del Llop (1.360m), la Peña Alta, el Peñón Mulero, el Pas de la Rabosa, las Simas del Partegat, el Puerto de Confrides (960 m.), el nacimiento del río Guadalest y las fuentes conocidas como Font de l'Arbre, de Forata, de Fuster y la de Machelis.

Confrides, tiene su origen en un alquería musulmana denominada Aljofra; tras su conquista el año 1264, Jaime I de Aragón donó la villa a Vidal de Sarriá; aunque su población permaneció en manos de los Sarriá durante dos generaciones, pronto fue cedida al Infante Pere; más tarde, las familias Cardona y Ariza señorearon la jurisdicción de la villa; durante la segunda mitad del siglo XIV y con motivo de la guerra en Castilla, Confrides fue conquistada por las tropas castellanas y mantenida en su poder hasta el 1364 qué la recuperó Pedro IV de Aragón; a comienzos del siglo XVI y como consecuencia de la guerra de las Germanies su población musulmana, que entonces podía elevarse hasta los 120-160 habitantes, fue obligada a convertirse al cristianismo. Los mudéjares de Confrides aceptaron de mal grado su conversión forzosa y el 1526 se rebelaron contra la decisión de la junta. Pocos años antes de la expulsión, Confrides podía contar con unos 240 habitantes que opusieron una fuerte resistencia armada, se refugiaron a las montañas del Valle de Alauar, ante el orden de extrañamiento de la minoría morisca (1609). Confrides se distinguió por su rechazo al bando Borbón durante la guerra de Sucesión.
Los lugares imprescindibles a visitar son:
• Iglesia Parroquial. Edificio de interés arquitectónico del siglo XVIII

• Restos del Castillo árabe medieval. Erigido en un lugar casi inaccesible conocido como Penya del Castellet, es el más alto de toda la provincia. 

• En la plaza del pueblo nos encontraremos con el símbolo de Confrides, un magnífico nogal centenario.




RUTA:
Desde septiembre teníamos en mente esta travesía, por fin hemos logrado 2 días seguidos y ha llegado el momento de ir al Pirineo, nos conformaremos con dormir y cenar en el hostal de Confrides de este emblemático nombre.
Aparcamos en Benasau. Comenzamos por la acera de la CV 70 en dirección a Confrides, con vistas a la cara Oeste de la Serrella.  Sobrepasamos el restaurante Nou Serrella, y continuamos unos metros. Llegamos a un cruce de carreteras. A la izquierda iríamos por la cara Oeste de la Serrella dirección al pueblo de Quatretondeta. Rectos llegaríamos al Port de Confrides y al Valle de Guadalest. Ambas direcciones las desechamos.
Tomamos hacia la derecha, a Alcolecha y puerto de Tudons. 
Un tramo de estrecho carretil por el que transitamos por el arcén,  hay muy poco tráfico, y en pocos metros tomamos el ramal de la izquierda que nos lleva por huertos de olivos. Enseguida debemos girar en la intersección a la derecha por el Camí de les Llenques, que ha sido recientemente acondicionado. 
Caminamos jubilosos, rodeados de huertos de olivos, almendros... y atrás tenemos vistas magníficas a la Serrella (el objetivo de mañana) y de frente a la Sierra del Carrascal y el Morro del Salt, contrafuertes que se desgajan de Aitana y lucen en primer plano, enormes, pedregosas. El sol nos ciega para sacarles fotos.
Tras varios recodos nos situamos de frente al pueblo de Alcoleja, ya lo vemos cerca, encaramado a lo alto de la colina.
Atravesamos un precioso puente de piedra, que cruza el río Frainos y llegamos entre tapias de huertas a las primeras casas de las afueras del pueblo. 
Dentro de la localidad vemos el entramado de calles estrechas. Giro a la izquierda para situarnos enfrente del palacio del Marqués de Malferit. Lo más destacado de esta casa palacio son la singular torre adosada al edificio, en muy buen estado de conservación, y el gran portalón con arco de medio punto.   
Dejamos Alcoleja por la CV-770 en dirección a Tudons. Hay un poste de madera que señala la senda  local, con pintura blanca y verde, que lleva el nombre de “Camí Vell d'Aitana”.  
A unos 200 metros del pueblo giramos a la izquierda, cruzando de nuevo el río Frainos. Las flores de los juntos relumbran con un tono blanco eléctrico, hacen el efecto de la iluminación navideña por todo el cauce del río.



Nos internamos en una preciosa senda que fluye por caminos de Alcoleja y que sale en algún momento a la carretera que sube a Tudons. Pero apenas son unos metros y vuelve a introducirnos en el monte.
De frente caminamos hacia las moles rocosas del Alto del Carrascal y del Morro del Salt, las veíamos desde el principio pero el sol no nos permitía sacar fotos y ahora vamos acercándonos hacia sus paredes. Pasaremos por un costado de ellas, pero eso dentro de unos kilómetros.

Seguimos por una pista que ataja y vuelve a salir a la carretera más adelante. Tras caminar ahora unos 150 metros por la carretera, volvemos a dejarla a mano izquierda por otra pista. 
Pasamos por varias bifurcaciones, señalizadas con pintura del sendero local, lo cual se agradece y hace más sencillo seguir la ruta. 
Y llegamos a un exuberante rincón con varias casas, una en ruinas, parece que ha sido víctima de una bomba, por el boquete de una de sus ventanas. Y una alameda en medio de la cual hay una fuente. Por unas escaleras llegamos a la fachada de una señorial casa, Mas de Riola de San Gabriel, un alojamiento dedicado al turismo rural.
Un enorme perro vigila desde el vallado, pero debe estar tan acostumbrado a ver pasar gente que ni siquiera nos ladra.


El paraje es espectacular para pasar fines de semana e iniciar desde aquí excursiones a Aitana. Pero se ve poco movimiento, creo que habrá más por Benidorm.
La senda va ascendiendo por el lateral de la mansión, tiene hasta una pequeña capilla y cuando nos situamos encima de ella observamos una preciosa piscina, que hará las delicias en un día de verano.
Desde la parte de atrás debemos buscar, escondida al lado de una carrasca,  la pintura verde/blanca del Sendero Local. 
Este nos saca de nuevo a la CV 770 y la cruzamos hacia la derecha para entrar en una zona de monte bajo con una fuente, es la toma de agua de la font de Romeu, y pequeños depósitos la tienen recogida.


Llegamos de nuevo a la carretera y la cruzamos por última vez, hacia la izquierda, hasta encontrar una valla verde para cortar el paso de vehículos en la otra orilla, la pasamos por debajo.
El sendero se interna en un precioso bosque de carrascas, pinos, matorral... También encontramos lo que parecen los restos de un horno de cal.
Y vemos los contrafuertes de la Vertiente Noroeste de la sierra de Aitana, desafiantes.
Hacia nuestra espalda se aprecia el pueblo de Alcoleja, Benasau y todo el valle del Comtat, en este momento se ha descubierto el Montcabrer pero ha estado buena parte de la mañana tapada su cumbre con las brumas.
Es toda una delicia descubrir senderos antiguos tan bonitos, y es que la sierra de Aitana es tan enorme que todavía nos sorprende con rincones inolvidables e inéditos para nosotros.
El sendero va remontando por caminos de herradura, serpenteantes,  que con poco esfuerzo nos van elevando a la altura de las que nos parecían gigantes acantilados del Morro del Salt y ahora son pequeñas colinas al alcance de nuestra mano.
Preciosas carrascas, de gran envergadura nos vamos encontrando en nuestro caminar.
Llegamos hasta
la Caseta de Severino, tiene aspecto de recién pintada. Desde la explanada hay un precioso mirador con unas buenas vistas del valle, de las peñas que tiene a su lado y de la vertiente más Oeste de la Serrella.  


Vemos el lateral Oeste de Aitana. Por su pedrera, en diagonal, es por donde vamos a ascender. 
A continuación seguimos sobrepasando otra casa, que como las que vamos viendo, no está habitada. Que poco gusta la tranquilidad del campo.
Y ya una pequeña senda que nos lleva hasta la font del Espinar o de Aixeta o del Grifo. El aprendiz de pintor podía guardar la brocha y no ensuciar el patrimonio de todos.
Es una lástima lo olvidada que está, la maleza casi la engulle.
Desde esta fuente salimos a la pista de tierra que une el Port de Tudons con la Font de l'Arbre y de la Forata. PR CV 20 y 21.
Una parada para almorzar y beber algo.
Reemprendemos la marcha y nos dirigimos casi rectos hacia la cima, el sendero es muy estrecho.



La ladera que vamos remontando está llena a rebosar de plantas de salvia que hacen contraste con los tonos verde fuerte de los cojines de monja y los colores rojos de los manzanillos.
Hay que pasar al lado de una caseta, que parece un refugio, y que tampoco está ocupada.
Caminamos entre pedreras y sendas algo difusas, pero con el track es sencillo de seguir.
Nuestro itinerario gira lentamente hacia la derecha para buscar el Pou de la Neu.
Las paredes que tenemos sobre nuestras cabezas son colosales. Abruptos roquedos caen estrepitosamente y con su presencia cambia el clima de esta sierra. Debajo de su muralla el ambiente está más fresco, baja la temperatura un par de grados. Lo cual ya hace falta.
Hacemos una parada para contemplar el Clot del Banc dels Esquiladors, sacar unas fotos y echamos un vistazo a la Serrella que también luce una pequeña capa de niebla por encima de sus cimas más altas.
 
Y retomamos la ruta para continuar en dirección Suroeste, hasta una zona donde las paredes del lateral de Aitana decrecen y nos dejan trepar con cierta facilidad por el cordal. 

Una vez subidos a la loma pedregosa debemos caminar en diagonal para subir a la parte alta del cordal, siempre en dirección Este.
Hay pocos hitos de señalización, al principio hay que ir buscando las carrascas y una vez que estas desaparecen rectos hasta la peña más grande.  Una vez superado el primer "cabezón", o enorme peñón rocoso caminamos un tramo por el borde del acantilado dirección a un gran hito de piedras,  señala la bajada por el Paso de Arran dels Esquiladors.
Nosotros lo desechamos y vamos a continuar por el cordal guiados por el track y algún hito esporádico que va surgiendo.
Ya el desnivel es más suave. 
A nuestra derecha no vemos nada, unas nubes espesas, blancas nos tapan las vistas de la costa, del Puig Campana, del Ponoch.... Y circulan cada vez a más velocidad hacia el Valle de Guadalest, que lo tenemos a la izquierda. A este costado podemos ver la crestera de la Serrella, nuestro objetivo para mañana, y las cimas más altas están cubiertas con una boina blanca.

Proseguimos la ruta por el cordal de Aitana viendo de frente un resalte rocoso que creemos será la Moleta, pero cuando ascendemos un obstáculo de peñas, que se supera con facilidad, vemos un resalte de algo más altura que debemos afrontar. Con un último empujón llegamos a la meseta que tiene un gran cairn de piedras y que nos marca la situación de la Moleta de Aitana, de 1.461 metros de altitud.
Si echamos una mirada hacia atrás las nieblas nos van invadiendo poco a poco.


Era una cima en la que nunca habíamos estado, a pesar de la cercanía, y nos hace mucha ilusión haberla hollado y de una forma tan sencilla. 
Nos detenemos a observar la Serrella y cada vez apreciamos menos sus cumbres, sobre todo las más altas del Pla de la Casa y de la Mallá del Llop.

Bebemos un poco de agua y seguimos la marcha, hacia el Este.
Y aquí se encuentra la única dificultad de la Moleta, un sencillo destrepe que hay que pasar por el punto indicado con una pintura roja. Pero no tiene caída al precipicio, solo hay que apoyarse en alguna hendidura y descender del peñón rocoso. (Si se viene en la dirección contraria es más sencilla la trepada.)
Después de varias fotos del cordal de Aitana que hemos sobrepasado y se ve desde este punto seguimos.
Es un sendero herboso con matorral bajo, algunos rincones tienen pequeñas coscojas, que no alcanzan un gran tamaño, no nos extraña por el frío de algunos inviernos y el terrible calor del verano. Y sobre todo la sequía, meses sin llover ni gota.
Vamos desfilando por un sendero herboso, en descenso suave que nos llevará hasta el Coll de l'Arbre. A la izquierda hay una fácil y bonita subida desde la Font de l'Arbre.
Desde este collado continuamos rectos, la senda se percibe muy bien y después de un pequeño ascenso cumbreamos en la Coveta de d'Alt.
Las nieblas pasan veloces tapando las cimas, los valles.. y solo tenemos vistas parciales de la crestera.
Caminamos atentos al lateral del precipicio para buscar un nuevo sendero de paso. 
Desde la zona del Coll del Ventisquer miramos hacia atrás viendo la enorme cueva que da nombre al alto que ya hemos descendido.
Y eureka, hemos encontrado el hito de piedras que da inicio al Paso del Azagador, o al menos eso creemos que será, un trecho de piedra que se nota que ha sido cincelado para poder pasar las carretas y subir hasta la crestera de Aitana. Pero en los mapas el azagador lo sitúan mas cerca de la Coveta de d'Alt.
Desde que pasamos el año pasado teniamos entre ceja y ceja bajar por este precioso sendero, hay muy poca información de él, pero es una bajada o acceso muy recomendable por su sencillez, apta para todos los públicos.
Nos introducimos por el paso sin saber el punto de salida, pero no nos preocupa si lo tiene o donde lo tiene. Si no se puede bajar, volveremos.
Es un placer descender de una forma tan sencilla desde la muralla pedregosa.
Tenemos unas vistas limitadas pero no nos hace falta más, el encanto de la niebla cubriéndolo todo pero nos permite ver la sierra de Aitana con un manto de grandes pinos(que parecen abetos) y los roquedos abruptos que caen en picado hasta nuestros pies, nos dan una estampa inolvidable por esta montaña tan cercana y tan querida.










Descendemos desde este camino ancho unos pocos metros, para a continuación convertirse en una angosta senda entre el bosque de pinos.
Debajo de los blancos acantilados se da una gran variedad de especies que dan un color diferente al paisaje: en rojos los rosales silvestres, anaranjados/amarillos los arces, verdean los cojines de monja y las matas de salvia...

En el sendero solo hay que seguir la huella evidente y algún hito que ayuda a no perderse y enseguida enlaza con la pista de tierra que va desde Puerto de Tudons a la Font de la Forata. Perfecto. PR CV 20 y 21.
Salimos a la pista y giramos a la derecha.
Vamos hablando del tiempo que tenemos y si nos sobra para subir de nuevo por el Paso de la Font de la Forata, si, nos sobra.

Vemos a nuestra izquierda la Serrella bastante encapotada. Mañana la previsión es que aún más nieblas.
Caminamos rápido por la pista, pero enseguida nos detenemos para contemplar un pou de la neu a la izquierda, Clot de Forata I, está el pobre bastante deteriorado.
Continuamos por el camino y como tenemos previsto subir, en cuando vemos el ramal que se desvía hacia la derecha, en ascenso lo tomamos. Este camino estaba sin recorrer y queríamos pasearlo, ademas sabemos que si seguimos por la pista descendemos un poco hasta la Font de la Forata y solo queremos subir.
Después de unos pocos metros, girando a la derecha, descubrimos otro precioso nevero, Clot de Forata II. Este está invadido por lo que parece ser un arce, ya no tiene hojas pero por el tamaño y por la variedad que más abunda en la zona creemos que lo será. Tiene una gran profundidad.
Desde este punto salimos en diagonal a buscar el paso de la Font de la Forata.
El sendero al principio no tiene marcas, pero enseguida hallamos hitos de piedra que nos suben con tremendas rampas hasta el inicio del precioso paso.
Un sencillo ascenso que notamos muy erosionado, y entonces nos acordamos del Lurbel, carrera que se organiza por estas fechas y que hace un recorrido casi integral de Serrella y Aitana. Se han llevado una gran cantidad de piedras para abajo.
La senda pedregosa es empinada pero tan corta que en cuanto nos despistamos ya estamos de nuevo en el cresterío de Aitana, estupendo.
El día acompaña, al estar cubierto de brumas el sol no calienta tanto como en otras rutas pasadas.









Las nieblas lo invaden todo y dudamos si llegar por el lateral de la valla al verdadero vértice geodésico que está dentro de ésta y no vemos. Pero lo desechamos.
Nos dirigimos a la izquierda a buscar el hito de piedras de la cota máxima pisable.
Hemos reservado mesa en el restaurante de la cima, pero se nos ha adelantado un cuervo que tenemos que espantar antes de llegar.
Estamos en la cima de Aitana o Aitaneta (ya sabemos que la verdadera cota máxima, Aitana, está dentro de las instalaciones militares).
Parada de almuerzo, y lo más sorprendente es que a pesar de las nieblas podemos comer en camiseta, en diciembre y con estas temperaturas tan exageradas.
Mientras comemos parece que las brumas quieren levantar, pasan corriendo hacia el valle de Guadalest y por fin vemos el vértice geodésico. 

Pero a pesar de que de postre hay hasta una granada, para darle tiempo al día,  no podemos ver el Puig Campana que sabemos está enfrente, con lo grande que es.
Recogemos los bártulos y nos volvemos a poner en camino. 
Después de comer que el sendero sea en descenso se agradece mucho, avanzamos rapidamente con la ilusión de volver a atravesar el Pas de la Rabosa. Nunca hemos pasado en dirección contraria y hace tiempo, siempre es un placer volver a recorrerlo.
Desde la loma vemos las simas de Partagat y con cuidado de las piedras puntiagudas, características del paisaje kárstico, bajamos hasta el cruce. Si nos desviamos a la derecha por la Penya Alta iríamos al Collado de Tagarina. Lo desechamos.
Vamos a la izquierda para bajar a la Font de la Forata  a través del Pas de la Rabosa, por el Sendero Botánico.

Y como estamos de campaña electoral no podía faltar algún espontáneo con ideas de marketing nuevas, espero que no se repita demasiado. Las pinturas se usan para otras cosas y no para ensuciar las paredes. Respeten el patrimonio de todos los demás, que pongan el cartel en la puerta de su casa.
El que ha pasado por este espectacular paso ya sabe que con una mochila es complicado atravesarlo, lo justo cabe una persona, pero con paciencia  se atraviesa sin problemas.
En la roca se abre una pequeña oquedad que deja paso para cruzar de uno en uno.
Y desde este paso se llega a una pedrera en la cual los derrumbes han hecho variar algo la senda oficial que marcaba el PR. Pero no tiene dificultades para una persona que tenga algo de experiencia para caminar por el monte, un poco de cuidado y disfrutando de cada paso, de cada recodo del laberinto de piedra.
Cuando salimos a la otra vertiente, cara Norte de Aitana, nos espera la sorpresa de la Peña Forada, las nieblas difuminan el arco natural de roca, pero es grandiosa la estampa desde este punto.
Que mas se puede pedir, alguien me ha dicho que son unas vacaciones cutres estar todo el día en el monte. Que pena que no sepan la alegría que se siente por ver cada piedra, cada árbol, cada camino y disfrutar cada día más de una cosa tan sencilla, tan al alcance de la mano. Y compartir un par de días con tu pareja, lo mejor.


La bajada no tiene dificultades, excepto si ha nevado y tiene hielo. Que no es el caso.
En medio del Passet de la Raposa se conserva un gran tejo, "mi tejo", que hace de este enclave algo muy especial. Es una especie con pocos ejemplares en las sierras alicantinas, en l'Aixorta queda alguna, en Mariola si subes por Agres, en Aitana en su cara Norte.
Desde la pedrera enlazamos con una senda herbosa y disfrutando de las panorámicas a ambos lados nos dirigimos rectos en dirección a la Font de la Forata. El día ha levantado un poco, en el cielo se ha abierto varias ventanas de color azul y el valle de Guadalest luce sus mejores tonos verdes.
Llegamos a la Font de la Forata en la cual tomamos un trago de agua, una parada en el Pou de la Neu de la Font de la Forata y fotos.

El rincón con una belleza desbordante nos hace detenernos para contemplar delante y detrás cada retazo de paisaje.
Y retomamos nuestra marcha casi rectos, al lado de un depósito de agua contra incendios que está lleno, a rebosar.
El camino debemos abandonarlo hacia la izquierda por una angosta senda entre matorral bajo, que apenas permite pensar en el paso anterior de otras personas, pero entre algún esporádico hito de piedras y el track que nos guía vamos avanzando deprisa, entre los vericuetos por donde nos lleva.
Echando la vista atrás observamos que se ve el cielo azulado, y las antenas de Aitana se aprecian perfectamente, anuncian más nieblas para mañana, pero igual se equivoca Joan Carles. Pero no nos importa el tiempo, cada día es diferente y especial.






















Desde este otero vemos la crestera de la Serrella, y las nieblas se han agarrado al cantil del Pla de la Casa y la Mallá del Llop.
Desde este alto giramos a la izquierda por la loma herbosa para bajar a encontrar una pinada que enlaza con el sendero oficial. A la derecha.
Este tramo ya lo recorrimos el año pasado cuando fuimos al Castell de Confrides y caminamos a buen paso por él.
Tenemos varias bifurcaciones.
La ruta está jalonada de pinos, ésta primero transcurre por una senda ancha en la que hay parcelas labradas a ambos lados, después nos internamos más en la sierra. Y al final pasa por el lateral de unas fincas agrícolas abandonadas, que están separadas por tapias de piedra. Encontramos restos de lo que parece un pouet. Es la zona de la Foia del Pi.
Y superadas estas fincas un tramo de sierra que nos sitúa por detrás de les Moles y enseguida se abren las vistas a las Penyes de Machelis y a su lado una preciosa finca rústica con tapias de piedra ancestrales y una preciosa casa de piedra rehabilitada, el Mas de Machelis.

La senda pasa por el lateral derecho de la finca y nos sitúa justo encima del pueblo de Confrides. Desde el estrecho sendero enlazamos con una pista ancha de tierra que permite el paso de vehículos, para llegar a la casa.
Dudamos si bajar rectos hasta Confrides o desviarnos al Castell de la Cua Bacallà o de Aljofra. Tenemos tiempo.
Vamos a ver de nuevo el impresionante Castell de Confrides que se haya erigido encima del Morro de la Pinareta.
Los últimos rayos del sol dan sobre sus puntiagudos pináculos y la imagen del espolón rocoso es majestuosa, no sin razón es el castillo situado a más altura de la provincia de Alicante, también el que tiene un perfil más abrupto.
Desde la pista de tierra en una curva brusca a la izquierda debemos tomar una bifurcación a la derecha, marcada con un hito de piedras.
Caminamos rápido, el sendero en muchos tramos es una sencilla pedrera, pero casi es en llano.
Desde su puerta debemos acceder entre dos enormes rocas y pasar por la cara Norte por un estrecho sendero. En medio hay un derrumbe de piedras que hay que pasar por encima y seguimos la senda que se ve perfectament.
Cuando llegamos a la explanada que hay en su parte alta nos pega el sol de frente.
Vemos las paredes de les Moles y Aitana al fondo.
La Serrella desaparecida entre las nubes blancas.


 Y en el valle de Guadalest se van acumulando todo un mar de nubes.
Sacamos unas cuantas fotos y en marcha, tenemos el tiempo justo de llegar a Confrides.
Hay que bajar con cuidado, lo tienen muy mal acondicionado.




Todavía nos paramos otro rato en el arco que está construido de cara al embalse de Guadalest.
Y no podemos dejar de fotografiar las grandes piedras que dan paso para entrar en el inexpugnable castillo.



Después de traspasar la puerta de salida giramos a la derecha para bajar. Una vez descendidos unos metros vamos virando a la derecha, por debajo de las murallas del castillo de Confrides o Aljofra.

























Mantiene en pie una gran parte de su muralla. Desde la cara Norte lo vemos con detenimiento.
Desde la pedrera descendemos hasta el carretil asfaltado que tenemos en su falda. Giro a la izquierda para avanzar rápido en llano y descenso. 
Atravesamos unas pequeñas casas con varios perros que nos ladran sin parar. Pero después de desembarazarnos de ellos continuamos con el serpenteante itinerario.
Vemos en el track que se ha salido por la izquierda, y buscamos el sendero a seguir, pero nos equivocamos y después de intentar situarnos al subir sobre una pequeña zona rocosa observamos a lo lejos el ramal el sendero que debemos tomar y debemos bajar campo a través a por él, por medio de un sencillo barranco y enlazamos con la senda oficial.
(Después en el mapa vemos que el sendero nace un poco más abajo de donde lo hemos tomado, o podemos seguir por el carretil asfaltado para salir en la CV 70 y con viraje a la izquierda llegar al pueblo por la carretera.) 
Nosotros tomamos el sendero que nos lleva hasta un pequeño barranco en el que hay un depósito de canalización de aguas, un pequeño canal y se oye el murmullo de un arroyo.
Nosotros damos un giro brusco a la derecha para encarar el tramo final de la ruta en dirección a Confrides.
Solo nos resta por pasar por un ancho camino flanqueado por varias casitas de campo, con sus huertos de almendros, olivos....   y 

la densa niebla y la oscuridad de la noche nos van cubriendo, cuando ya vemos las luces del pueblo a nuestro lado. Llevamos frontal, pero no nos hace falta. 
Nos ha encantado la ruta de principio a fin. Espectacular la sierra de Aitana.
Nos da tiempo a salir a dar un paseo por el pueblo, es la fireta de Navidad, un grupo de viento actúa en la plaza del nogal, espectacular colofón para un día inolvidable.
Y una buena cena en el Pirineo, es un pequeño hotel muy recomendable, de trato muy amable y una comida exquisita. Hay que reponerse para la aventura de mañana. 


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