Machado

"Caminante, son tus huellas el camino y nada más; Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace el camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante no hay camino sino estelas en la mar". Machado.

domingo, 14 de agosto de 2016

3ª ETAPA ALPES: DEL REFUGIO DE NANT BORRANT AL DE MOTTETS POR COL DES FOURS

TMB- 3 TOUR DU MONT-BLANC


(2ª ETAPA)                                                                                                    (4ª ETAPA)
FICHA TÉCNICA-
Día: 14/08/2016
Participantes: Pedro, Nacho, Julián y Lourdes.
Tiempo estimado: 8 horas y media.
Distancia: 17 km.
Dificultad: Media-alta. Por su continuo desnivel.
Wikiloc: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=14649331

ITINERARIO: 14 de agosto
Refuge de Nant Borrant (1.459 m.) - TMB y GR 5 -  Alpages de la Rollaz - Refuge de La Balme (1.706 m.) - Plan des Dammes (2.040 m.) - Col de Bonhomme (2.329 m.) - Croix de Bonhomme (2.479 m.) - Col de Fours (2.665 m.) - Tête Nord des Fours (2.756 m.) - Ville des Glaciers (1.789) - Chalet de Mottets (1.870).
Chalet de Mottets: http://www.lesmottets.com

RUTA:

Salimos del precioso refugio de Nant Borrant (1.459 m.) en dirección Sur, a buscar el de la Balme (1.706 m.), ambos con fuente.(No hay problemas para recargar agua en todo el TMB).
Nos han comentado que está mejor el nuestro que este segundo, más limpio y se cena mejor. Pero, depende como te plantees la jornada cualquiera de los dos queda de paso y te da alojamiento.

Después de unos veinte minutos de caminata, también dejamos atrás este segundo albergue, de la Balme, ascendiendo por unas lomas herbosas con vacas paciendo dentro de sus fincas valladas. Estas parecen de anuncio de chocolate. Sus enormes cabezas blancas, el cuerpo marrón, no lila, y unos grandes cencerros, que a cada paso que dan suenan
como si fuera la campana de una ermita.
El día va levantando poco a poco y caminamos un rato con un grupo de asturianas que también han venido a hacer el Tour, y con las que coincidimos en el refugio de hoy(Mottets) y en el de mañana(Maison Vieille), aunque en el resto de los días no veremos, pues su itinerario es diferente.


















Enseguida damos con una bifurcación. A la izquierda, hacia los Lacs Jovet, la descartamos, para continuar rectos. 
Grandes lazadas nos sitúan en la base de un gran hito de piedras, el Plan des Dames (2.040 m.), un túmulo, donde siguiendo la tradición, habremos dejado una piedra.
Cuenta la leyenda que bajo estos montones de piedras yacen una señora y su criada que, volviendo de Italia, fueron sorprendidas por una gran tormenta y perecieron en este lugar. 


Otra tradición en cambio dice que bajo el montón se halla una estatua de Mercurio, protector de viajeros y mensajero de Zeus, que inspiró la idea de erigir señalizaciones en los cruces de caminos, llamados hermes (en francés y español). Por ello, al pasar por aquí, debe colocarse otra piedra más al túmulo (cada año más grande y alto) si queremos invocar la protección de Mercurio.
Sonreímos ante tanta superstición y continuamos el avance con una pendiente un poco más inclinada que nos lleva hasta una peña, que nos sirve de amplio mirador para ir identificando las montañas que nos rodean.
Las vistas de la zona 
son impresionantes.


Pasamos al lado de un pequeño nevero y llegamos al Col du Bonhomme (2.329 m.). Hay un gran hito de piedra con caseta incluida. Nos han hablado que el viento sopla muy fuerte y frío habitualmente en este collado. Al hallarnos en medio de dos montañas Eolo se muestra furioso de manera habitual. Hoy hemos tenido suerte, el día está muy calmado.
Parada en la tabla de orientación y después nos sentamos un minuto para tomar una barrita, descansar un poco y admirar el cordal del macizo de Mont Blanc, reconociendo los picos cerca de los cuales pasamos ayer, Aiguilles de Tré la Tête, al fondo les Dômes de Miage con nieves perpetuas, y viendo el Lac Jovet en primer plano.


A nuestras espaldas una roca con la forma de un torreón inexpugnable.

Reanudamos la marcha por un sendero de tierra que asciende suavemente en el primer trecho y nos sitúa con muy buen punto de vista para tener una imagen del Col de Bonhomme, que ha quedado atrás. Se ve el corredor que se forma entre las paredes de las Aiguilles de la Pennaz y el colosal macizo de Mont Blanc, temible paso por el viento tan frío que corre a través de él.















Una parada para contemplar la zona. Hacia el Sur, el Parque Nacional de la Vanoise, perteneciente a Francia; en primera línea se ve un embalse en un tono azul intenso. 


Hacia la izquierda, Sureste, el Parque Nacional Gran Paradiso, en tierras italianas. Debemos atravesar una zona más rocosa para acceder a una nueva bifurcación.





Tomamos a la izquierda, para llegar al Col de la Croix de Bonhomme (2.479 m.) y un poco más abajo, visible desde el col, el Refuge de la Croix du Bonhomme, el más alto del TMB situado a 2.433 metros sobre el nivel del mar.
Hacemos una nueva parada para observar el parque nacional de Vanoise, de Gran Paradiso, de la zona Les Chapieux. Una ruta alternativa del TMB pasa por el refugio de la Croix du Bonhomme y se dirige a Les Chapieux, desde ahí se llega a la Ville des Glaciers y a Mottets. Se suele utilizar en días lluviosos y nublados en los que ir por las zonas más altas no merece la pena por la falta de visibilidad.

























A mano izquierda, por una senda marcada con señales de GR, que nos llevará más directamente, y con más esfuerzo por la altitud que ganamos, a la Ville des Glaciers, pasando por el Col des Fours. 

Avanzamos viendo un nevero que baja y después de unos minutos entramos en él. La nieve está blanda y muy pisada, hay un camino limpio a través del reducto de nieve.
















Llegada al Col des Fours. En este punto decidimos que tenemos tiempo de sobra y dejando las mochilas iremos hasta el pico Tête Nord des Fours de 2.756 metros de altitud.



Debemos pasar por una zona de pedrera y después de un giro a la derecha el sendero de tierra enfila directo hasta la tabla de orientación que se encuentra en la cumbre.
La cima está  situada en la Saboya (Savoie) y desde ella podemos ver todo el recorrido de hoy. La subida por las largas praderas desde el fondo del valle. 
Están  visibles les Lacs Jovet, Mont Tondu, l'Aiguille des Glaciers, l'Aiguille Tré la Tête, y el incomparable Mont Blanc y las cimas que lo rodean....

Nos detenemos a identificar las cumbres que nos marca la tabla de orientación, pero siempre nos atrae la que más la del Mont Blanc, nuestra vista de forma inevitable acaba mirando en esa dirección. 
En las alturas hay una pequeña capa de niebla, es exigua, pero lo justo para cubrir la cúspide de la cordillera del Mont Blanc.
La Tête Nord des Fours es nuestra cumbre más alta en el Tour del Mont Blanc, 2.756 metros de altitud,  ha costado esfuerzo por el desnivel y los kilómetros, pero sin ninguna dificultad técnica. Meta conseguida.
Reemprendemos la vuelta al collado des Fours, sencillo descenso que nos lleva hasta las mochilas. Las recogemos y buscamos un rincón resguardado para comer. Hace calor, pero cuando paras el viento sopla fresco.
Parada para comer y disfrutar de las impresionantes panorámicas. Y después hora de siesta o descanso.


Desde el nevero, que todavía cubre el Col des Fours, salimos en diagonal pisando las marcas que han dejado nuestros predecesores.

Y nos espera un largo descenso. Es un sendero sin apenas piedras, pero con muchos kilómetros por delante de pronunciado desnivel.
Dejamos atrás la Reserva Natural des Contamines-Montjoie y nos dirigimos a buscar acomodo en el refugio des Mottets a los pies de la Aiguille  des Glaciers y de el glaciar del mismo nombre.

Por los laterales del camino encontramos una multitud de variedades de flores, algunas las conocemos, pero otras son nuevas para nosotros.
La genciana, de color azul intenso, la hemos visto por el Norte de España, en Navarra, en  los Pirineos.

Una mirada hacia atrás para ver el collado del cual hemos pasado. Desde esta perspectiva no se ve el nevero, pero entre la roca erguida de la izquierda y el cauce del río es el lugar de paso del GR Tour du Mont Blanc.

A nuestra izquierda nos sorprende ver el color de unas lejas de piedra blanca, resplandeciente, moldeadas por las aguas que descienden vertiginosamente, y rompen la tupida alfombra verde de los prados alpinos.
Casi a la carrera seguimos bajando viendo de frente el ascenso que cogeremos mañana para pasar por el Col de la Seigne, y cruzar la frontera entre Francia a Italia.














Después de cruzar el río nos alzamos sobre una pequeña colina y mirando hacia atrás divisamos la imagen de la leja de piedra surcada por el arroyo Ruisseau de Tufs, cuyo color tan blanquecino destaca entre las colinas verdes.

















Proseguimos un buen rato hasta enlazar con una pista de tierra que baja en bruscos zigzags. Pensamos en hacer atajos, pero decidimos seguir el sendero hasta llegar a la Ville des Glaciers. Ya vemos a la izquierda l'Aiguille des Glaciers, su glaciar e intuimos debajo de ella nuestro refugio de hoy, el de Mottets.














Desde la pequeña aldea, donde se venden quesos, hacemos un giro a la izquierda para cruzar un puente y disfrutando de cada paso, de cada rincón vamos acercándonos al final de la etapa.
El río suena al caer vertiginosamente cauce abajo y las postales de la montaña que tenemos delante son impactantes.
Medio kilómetro antes de llegar un cartel hacia la derecha nos indica dirección a Les Chapieux.



















 








Es la vía de llegada oficial, la alternativa que podemos tomar en el Col Croix de Bonhomme para en caso de lluvia. En vez de llegar por el interior se puede venir bordeando el macizo,  más bajos.
En la falda de la Aiguille des Glaciers, a casí 4.000 metros en el macizo de Mont Blanc, se encuentra nuestro aposento de hoy. Es el Refuge des Mottets (1.870 m.) Una granja transformada en albergue. Las habitaciones son enormes y bastante viejas, pero las duchas y aseos muy bien. No hay cobertura telefónica y hay mucha gente, franceses, ingleses,  asiáticos....
Después de una buena cena la encargada del refugio nos obsequiará con canciones tradicionales, incluso el "¡Que Viva España!" de Manolo Escobar, acompañada con un organillo. Inolvidable.

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