Machado

"Caminante, son tus huellas el camino y nada más; Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace el camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante no hay camino sino estelas en la mar". Machado.

jueves, 18 de agosto de 2016

7ª ETAPA- DEL REFUGIO DE RELAIS D'ARPETTE AL DE MONT BLANC POR LA FENÊTRE D'ARPETTE

TMB- 7 TOUR DU MONT-BLANC



(6ª ETAPA)                                                                                                (8ª ETAPA)
FICHA TÉCNICA-
Día: 18/08/2016
Participantes: Pedro, Nacho, Julián y Lourdes.
Tiempo estimado:  8 horas.
Distancia: 13 km.
Dificultad: Media-alta. Por su continuo desnivel.
Wikiloc: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=14675003


ITINERARIO: 18 de agosto
Relais d’Arpette (1.642) - Fenêtre d’Arpette (2.665) - Chalet du Glaciar o Les Givrés du Valais(1.583) - Bisse du Trient y canal de madera - Trient (1.280 m) - Auberge du Mont Blanc.
Auberge du Mont Blanc: http://www.aubergemontblanc.com/




RUTA:

El perfil de la etapa de hoy es exigente. El recorrido es largo. Inicialmente, cuenta con un duro ascenso, mientras que el último tramo transita entre un roquedo y cuenta con una larga bajada hasta llegar al Auberge du Mont Blanc. Es la más montañera de todo el Tour.

















Dejamos atrás el impresionante refugio de Relais 
d’Arpette y comenzamos la ascensión.
Primero, suavemente, luego, con más brusquedad, por el Val d’Arpette. 
El col de la Fenêtre d’Arpette no es el que vemos desde el refugio, sino que queda escondido a nuestra derecha y hasta bien avanzado el trayecto, cuando entramos en una zona de canchales, no lo veremos.
Vamos avanzando entre pequeños barrancos en los cuales debemos sortear arroyos que corren por las zonas más bajas de este.
Fluye el agua por cualquier rincón. No es extraño por ello que durante el recorrido haya tanta vegetación y todo se conserve tan verde.
Como todos los días, está bien señalizado, pero no nos preocupamos de ello, porque Pedro se encarga de organizar la jornada y de indicarnos los  distintos cruces. 



 Al poco rato del comienzo de  la etapa dejamos una bifurcación, a la izquierda, hacia Revers d'Arpette y la Cabanne de Trient. Nosotros, con un suave giro a la derecha, continuamos rectos ganando altura poco a poco e internándonos entre escarpadas y puntiagudas montañas, que conservan neveros en su cara más sombría.
El arbolado comienza a escasear y la vegetación va desapareciendo progresivamente a la vez que ganamos altura.

Pero las flores no nos abandonan. Existe una variedad de infinita. Muchas de ellas ya las hemos encontrado por los Pirineos, en Navarra e incluso en Alicante, pero la que está a la derecha, que toma forma de pendiente, no la habíamos visto en la vida.
Los matorrales de rododentros también están presentes en la ladera de las montañas como si de una alfombra verde se tratará.


 La senda va girando ligeramente hacia la derecha para dirigirse hacia el encajonamiento de dos sierras y situarnos de frente al objetivo más inmediato de la jornada de hoy, la Fenêtre d'Arpette.
Van surgiendo los bloques de piedras típicos de las zonas más altas de las montañas, que nos van engullendo poco a poco.


Y sin darnos cuenta entramos en la zona más rocosa y nos encontramos rodeados de enormes piedras.

A partir de este punto guardamos los bastones en las mochilas y optamos por usar las manos para ir trepando y sorteando los obstáculos. Pero en ascenso siempre es más sencillo, más esforzado por la cuesta, pero caminar entre rocas no es tan peligroso para los tobillos.











Si alzamos la vista ya vemos el collado por el cual vamos a cruzar hacia la otra vertiente. 
Es el collado más alto de nuestro Tour, con sus 2.665 metros de altura, entre dos afiladas cimas: la Pointe des Ecandies, a nuestra izquierda, y, el pico Génepi, a la derecha.












A nuestras espaldas las enormes rocas que hemos dejado atrás lucen desparramadas por el suelo. Y delante debemos cruzar un pequeño nevero y un pequeño repecho herboso para llegar al collado.
Remontando el último trecho llegamos, en unas dos horas y media, a la Fenêtre d'Arpette. 
Nos sorprende que al otro lado haya tanto nubarrón. A nuestros ojos aparece el Glaciar du Trient.

Antes de proseguir hacia el lado contrario subimos, desde el collado a la izquierda, avanzando con saltos sobre las rocas, para situarnos con preciosas vistas al Glaciar de Trient. Fascinante, su caída precipitada hacia el valle, sus tonos azulados...
Pero en la otra vertiente el día está muy cubierto, debemos darnos prisa si no queremos que nos pille la lluvia.

Volvemos al col de la Fenêtre y comenzamos el descenso. Enseguida tenemos que ponernos los chubasqueros. Una pequeña tormenta nos recibe al otro lado.
La suave llovizna nos acompaña un buen rato.
Nos giramos para contemplar el glaciar en repetidas ocasiones.
Y de frente, hacia el Norte, se asoman las cumbres de las montañas y llegamos a ver un pequeño lago encajonado entre sus paredes. 













 
El descenso es muy empinado y largo pero permite vistas sobre glaciar desde todas sus perspectivas y relativamente cercanas. Las lenguas de hielo se agrietan.










Mirando hacia adelante apreciamos al fondo el valle de Trient en toda su longitud. 

La estampa del ancestral glaciar nos sobrecoge durante todo este tramo, parece al alcance de nuestra mano, tomando unos tonos azules eléctricos.












Y en nuestro lateral izquierdo, se ve un sinuoso río que baja veloz por la ladera, entre dos montañas
Finalmente  llegamos a la Prise du Bisse (1.583 m.) donde está el Chalet du Glacier, que es un bar cercano a una carretera, porque va la la gente a contemplar el glaciar. Entramos a tomar una cerveza y a comer.

 











Es un bar muy pequeño pero nos sirve para quitamos el chubasquero mojado y aprovechamos a recuperar fuerzas. No sé si es muy seguro en invierno (sic). Hay fotos antiguas de una gran piedra que destrozó el recinto en algún derrumbe que existió hace años en esa zona.
























Desde este punto vemos un puente que  cruza el río, pero por ahí no va nuestra ruta. Nos comentan que se accede a la carretera y por eso viene tanta gente hasta este bar,  a ver de cerca el glaciar de Trient.




Encontramos unos carteles que nos indican que es el Sentier du Bisse du Trient.
Caminamos paralelos a un canal de cantarina agua, que pasa por la cuneta de tierra, pero, más adelante, por unos cajones de madera. Nunca habíamos visto un canal de madera porque nos parece que forman una pareja condenada al fracaso, agua y madera.

 Y vemos el cruce que nos conduciría directos al Col de Balme. Nosotros lo desechamos para ir a dormir a Trient.



Entre matas de frambuesas, que nos hacen detenernos a recoger algunas, vamos aproximándonos al pequeño pueblo de Trient. El día está algo nublado y húmedo pero no tiene aspecto de volver a llover hoy.







Y llegamos al Auberge du Mont Blanc. Un sitio acogedor, con unas estupendas duchas que nos reponen inmediatamente de todo el esfuerzo del camino. Muchísima gente y de todas las partes, de Jordania, de Japón... Nos damos una vuelta por el pueblo antes de cenar y a las ocho nos sentamos a la mesa delante de un espectacular televisor que nos permite volver  por unos momentos a la realidad. Las Olimpiadas  de Río, un alud en el Mont Blanc... Mejor vivir aislados del mundanal ruido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario