Machado

"Caminante, son tus huellas el camino y nada más; Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace el camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante no hay camino sino estelas en la mar". Machado.

sábado, 12 de mayo de 2018

ELS PONTETS AL PANTANO DE CREVILLENTE

POR EL SURESTE DE LA SIERRA DE CREVILLENTE


FICHA TÉCNICA-
Día: 12/05/2018
Participantes: Julián y Lourdes.
Tiempo estimado: 4 horas.
Distancia: 12 km.
Desnivel: 290↑↓
Senderos: PR CV 108
Dificultad: Media-Baja.
Como llegar: De Elche a Crevillente por la N-340. En el pueblo dirigirse al Ayuntamiento, de ahí a la derecha a cruzar la Rambla y seguir por el carretil hasta Els Pontets, no hay carteles indicadores. 

ITINERARIO:
Crevillente/Els Pontets - PR CV 108 - Costera dels Dragons - Embalse Els Pontes - La Garganta (Les Colles de les Porrues) - PR CV 108 - Barranc de la Garganta - Paso - Casa Cueva - Mirador del embalse - Casa Cueva - Mirador del Embalse - Cañada de las Moreras - Carretera - Ermita de San Pascual - Cornisa del Barranco del Castelar - Sext Molí - Els Pontets.






RUTA:
Aparcamos en Els Pontets, acueducto por donde pasaba el agua proveniente dels “qanats”, cuyos orígenes se remontan al periodo Andalusí. En él se abren dos pórticos con una arquería superior que soporta el canal de la acequia.

Y pasamos por primera vez por debajo de uno de sus arcos en dirección Noreste. Caminamos por una carretera asfaltada entre casas de campo, con vistas a la crestería del Alto de les Moreres, a la derecha.





















A nuestra izquierda divisamos la roca de Cabeza de Gorila.

De frente nos acercamos a los acantilados rocosos del cordal del Alto de les Moreres, y a las espaldas vemos la senda que baja de la partida del Pla directa a Els Pontets, y otra se va por la Loma Fonguda, conocida por nosotros de la ruta del Campaná.
Desechamos un cruce a la izquierda, señala hacia San Pascual de la Moexa. Sobrepasamos un embalse para riego, el dels Pontes.
Avanzando las miradas reparan en un farallón rocoso, el Flare, colosal tanto por su longitud como por su sólida estructura pétrea.
El carretil nos sitúa en una explanada entre la sierra de les Moreres, a la derecha, y el Flare, contraria. La belleza del enclave es tal que decidimos improvisar, abandonamos el PR CV 108, y nos desviamos a la derecha para ver si hay un paso al embalse entre ambos colosos.

























Pasamos al lado de unas casas de campo y encontramos un angosto sendero que nos conduce al interior del encajonamiento de ambas sierras. Hay en medio un par de grandes rocas, que sorteamos, unos chicos hacen prácticas de escalada en ellas, buen sitio para principiantes.

Vamos adentrándonos en el estrechamiento, ambas cumbres nos van cerrando el paso.
























El sendero apenas tiene un espacio para caminar, es la zona de La Garganta.

Hacia atrás vemos ambas peñas, adelante una poza de agua que se puede cruzar por un lateral, pero la siguiente es más profunda y difícil (Les Colles de les Porrues) y no sabemos si hay un obstáculo más. Intentamos subir por un lateral y descender por ahí pero no vemos continuidad, tenemos que regresar.
No sin antes recoger esta imagen de una fotogénica rana.

























Los paredones del Flare son una descomunal muralla pétrea.


Por el mismo sendero volvemos al carretil que comunica a las casas de campo y enlazamos de nuevo con la carretera y el PR CV 108. A la derecha, para contemplar una bella imagen del escarpado y fiero Flare.
























De frente descubrimos las peñas del Castell Vell, sobrecoge ver tal roquedo, inmenso, ¡como no las habíamos visto hasta ahora!, espectacular.
Variando nuestro rumbo vemos al costado el Racó de la Palmereta, al fondo la espina dorsal de Les Ermitetes.
























Abandonamos de nuevo el PR CV 108. Volvemos a introducirnos por un carretil que comunica las casas de campo situadas entre el Flare, a la derecha; y Racó de la Palmereta, que hemos dejado atrás, y las Ermitetes a la izquierda. Esta vez hemos sido precavidos y preguntado a un señor si podemos salir a la zona del pantano de Crevillente, y nos ha dicho que si. Adelante.
Nos sorprende que dentro de un terreno hay una enorme piedra, como si formara parte de la casa.

De frente tenemos una verja cerrada y no vemos senda por la loma, pero a la izquierda hay una valla rota, probaremos.
Nos introducimos en el Barranc de la Garganta. Primero caminamos por unas fincas, pero enseguida surge una preciosa senda.

La inmensidad del roquedo nos hace detenernos, al costado hay una enorme cueva o sester para refugiarse. 
Este se va cerrando poco a poco. Confluyen las sierras del Flare, derecha, y la de Les Ermitetes, izquierda, encajonando el sendero. La única posibilidad es caminar por el centro.


























Y surge el primer charco de agua que sobrepasamos por un lateral.


























Una segunda charca sin mayor problema, pero mirando la continuación vemos una tercera con un salto de un par de metros y repleta de agua, que contrariedad.

A grandes males grandes remedios, vemos que la loma de la derecha parece muy sencilla de subir y el investigador trepa para buscar una salida. Y eureka, ve un sendero muy cerca y sencillo delante. Nos ponemos al nivel de la sierra de Les Ermitetes.
Y descendemos de forma sencilla a la senda que surge, dentro de una gran vaguada, es el cauce seco del Barranco de la Garganta.


A la izquierda se halla la salida del encajonamiento del barranc de la Garganta, desapareciendo todo rastro de agua. A la derecha la senda difuminada, al principio, que vamos a seguir.

El sendero transcurre entre la loma Este del Flare, a la derecha,  y una sierra que ha ganado altura, a la izquierda. En la base de ésta encontramos una casa cueva.
Y seguimos unos minutos rectos apreciando la cara Este de la sierra de les Moreres.  

























Hasta virar con brusquedad a la izquierda, dirección Sur, para tomar por una preciosa senda de herradura, que nos alza sobre los interminables barrancos.


Imagen de la sierra sobre la que se asienta la casa cueva y las terrazas de piedra seca que todavía se conservan en su loma.























Vista de la cara Este y Sur del Flare, de la sierra de les Moreres y de La Garganta que se abre entre ambas. 

























Ahora vemos en primer plano la sierra de la Casa Cueva, al lado de la que hemos pasado (que no parecía tan alta) y al fondo distinguimos La Garganta y les Colles de les Porrues, o pozas erosionadas en la roca.
Vamos dejando atrás las montañas que hemos rodeado, y desde esta posición parecen pequeños barrancos con suaves desniveles. Pasando al lado de otra Casa Cueva.
Y hacia el Sureste ya vemos uno de los recodos del embalse de Crevillente, a lo lejos.
Avanzando por el camino nos acercamos al pantano de Crevillente, obteniendo una imagen algo difuminada por las nubes que van llegando, hay previsión de lluvias.























Y entre casas de campo y el final de la recogida de cantueso llegamos a la carretera que sube als Pontets, pero vemos en lo alto una ermita.


A la derecha tenemos panorámicas de la sierra de les Moreres. 
Decidimos ir a visitar la ermita de San Pascual, la imagen es idílica, al fondo pintada de blanco en el alto de un otero.























Es una ermita-cueva. En la parte de abajo hay una especie de chimenea para poner velas encendidas, dentro de la caseta de Viva S. Pascual se ve entre barrotes al santo, y a su lado hay un pouet.













Excelso mirador de Crevillente, el mar Mediterráneo, el Hondo, la Vega Baja...  en días despejados.
Las panorámicas de 180º nos dejan ver el Alto de les Moreres, el Pantano de Crevillente, la ermita de San Isidro...
Bajamos por la cara opuesta para buscar el camino que sube de Crevillente als Pontets.

























Una última mirada a la ermita de San Pascual para comprobar la belleza de su emplazamiento. La habíamos visto en la ruta desde San Isidro al Raig o Rach.
























Y encontramos la senda que va por la cornisa izquierda, paralela a la rambla del Castelar. Cuenta con marcas de pintura blanca/amarilla.
El sendero es espectacular de por sí, con su altura a la rambla, con el roquedo que tenemos a ambos lados, las antiguas canalizaciones para el agua, pero las vistas de frente a toda la sierra son de una belleza sin parangón.
Nos pasamos unos metros, pero vemos que ascendemos (volveríamos a San Pascual) y regresamos al punto en el que nos hemos despistado. 
Una gran roca que parece un mirador tiene señalizado con marcas amarilla/blanca el sendero. Pero en esta dirección no se ve el paso, hasta que no te colocas encima.
 
Bajamos y continuamos por esta excepcional senda por la que es una delicia caminar.

Vamos perdiendo altura, el sendero transcurre en muchos tramos por antiguos canales de agua, y en un punto hay derrumbes que nos obligan a subir a otro sendero superior. Las vistas de la sierra son sublimes.

Salimos por este paso, entre dos vallas, dejando a la espalda la colina sobre la que se asienta la ermita-cueva de San Pascual. Por la carretera pasamos al lado de Sext Molí y avanzamos con vistas al congosto.


Los últimos metros, y echamos la vista atrás para ver la senda que va por la cornisa derecha del barranco del Castelar y el acueducto que se conserva.
Una ruta improvisada, diseñada sobre el armazón PR CV 108, pero que hemos ido alterando conforme la naturaleza nos ha llamado, nos ha puesto limitaciones y que hemos recorrido con continuos "ayes" de asombro por la belleza de los parajes que nos han salido al paso. Muy recomendable esta parte Sur de la sierra de Crevillente que desconocíamos. No cuenta con desniveles ni cimas altas, pero sus parajes son montañeros y salvajes.

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